Las crónicas feministas de Alfonsina Storni

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Las crónicas feministas de Alfonsina Storni

17 Marzo 2019

Por Analía Ávila

Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido
no fuera más que aquello que nunca pudo ser, 
no fuera más que algo vedado y reprimido 
de familia en familia, de mujer en mujer.

Dicen que en los solares de mi gente, medido 
estaba todo aquello que se debía hacer… 
Dicen que silenciosas las mujeres han sido 
de mi casa materna… Ah, bien pudiera ser…

A veces en mi madre apuntaron antojos

de liberarse, pero, se le subió a los ojos 
una honda amargura, y en la sombra lloró

Y todo esto mordiente, vencido, mutilado, 
todo esto que se hallaba en su alma encerrado, 
pienso que sin quererlo lo he libertado yo.

“Pudiera ser” (1920)

 

El 25 de octubre del año pasado se cumplieron 80 años de la muerte de la poeta Alfonsina Storni. Su vigencia e influencia en la literatura contemporánea son innegables y los colectivos de escritoras feministas como Nosotras Proponemos Literatura, rescatan su obra y la reivindican como una visionaria y adelantada a su época. El libro más completo sobre su vida es Alfonsina Storni. Una biografía esencial, de la escritora y académica Josefina Delgado, publicado por editorial Sudamericana. Alfonsina nació en Suiza en 1892, fue criada en San Juan, vivió en Rosario, Buenos Aires y Mar del Plata donde se suicidó el 25 de octubre de 1938.

Lejos de la imagen romántica donde la instaló la popular zamba “Alfonsina y el mar”, de Félix Luna y Ariel Ramírez, con la sugerencia de una pena amorosa, lo cierto es que la poeta se arrojó al mar desde un espigón del Club Argentino de Mujeres, angustiada por su padecimiento de cáncer. Alfonsina fue desde niña una gran lectora, maestra rural, modista, cantante, incursionó en el teatro y adhirió al socialismo. También fue amiga y amante del escritor Horacio Quiroga y madre soltera por elección.

Storni empezó a escribir poemas desde muy joven, muchos de ellos ya muestran su posición acerca de los derechos de la mujer y con respecto a las relaciones amorosas. En 1916 publicó La inquietud del rosal, obra poética que le deparó críticas tanto en lo literario como en el plano moral. Siguieron El dulce daño (1918), Irremediablemente (1919), Languidez y Ocre (1920). Mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938).

Un libro quemado

Resultado de imagen para Un libro quemado de editorial ExcursionesUno de los aspectos menos difundidos de la obra de Alfonsina es su faceta de periodista. Entre 1919 y 1921 fue cronista y columnista en diarios y revistas como Mundo Argentino, La Nota, Caras y Caretas, y La Nación. Su marca fue el tono polémico acerca de usos y costumbres de la mujer en esa época. Los artículos de Alfonsina fueron recopilados por las académicas Mariela Méndez, Graciela Queirolo y Alicia Salomone, en Nosotras…y la piel de editorial Alfaguara (1988).

Las mismas investigadoras ampliaron y reordenaron las columnas para la publicación de Un libro quemado de editorial Excursiones (2014), llamado así por la crónica homónima donde Alfonsina comenta la tradición de mujeres que mucho antes de que existiera el concepto de feminismo, sufrieron “el prejuicio antifeminista”. Este estigma lo padecieron escritoras como Santa Teresa de Jesús, que por sus comentarios sobre el texto bíblico El cantar de los cantares fue obligada por su confesor a quemarlo. Además, en la misma nota Storni manifiesta: “No hay mujer normal de nuestros días que no sea más o menos feminista. Podrá no desear participar en la lucha política, pero desde el momento en que piensa y discute en voz alta las ventajas o errores del feminismo, es ya feminista, pues feminismo es el ejercicio del pensamiento de la mujer, en cualquier campo de la actividad”.

Las crónicas de Storni fueron agrupadas en capítulos según los temas tratados: “Modelando feminismos” (demandas de derechos), “Urbanas y modernas” (tipología de mujeres), “Lectoras y escritoras” (cuestiones literarias), “Mujeres que trabajan” (profesiones y empleos), “Masculinidades”(los hombres) y “Rituales e instituciones” (hábitos y entidades).

Columnas periodísticas

Alfonsina sufrió la censura y la asignación de determinados espacios de escritura, la publicaban sólo en las secciones “Feminidades” de revista La Nota o “Vida femenina” en La Nación. La estrategia de la poeta fue aprovechar estos lugares para subvertirlos desde adentro “mediante diversas estrategias del discurso”, según dicen las compiladoras en el Prólogo. La poeta usó la ironía, la sátira, la parodia, el humor y la construcción de una voz narradora que traviste su nombre, así firmó varias notas con el seudónimo "Tao Lao". Desde ese lugar la cronista reclamó por los derechos de las mujeres.

La influencia de Sor Juana Inés de la Cruz sobrevuela la lectura de Un libro quemado. En la Respuesta a Sor Filotea, la poeta lograba primero captar la atención con su retórica y estilo coloquial, para luego usar la ironía con una crítica virulenta al obispo de Puebla. De la misma forma, en sus columnas periodísticas, Alfonsina dispuso trampas en su discurso para acercarse a quienes la leían, como el lenguaje familiar y los diminutivos, para luego ir in crescendo hacia un tono irónico que se transforma en una crítica social. Esto se ve por ejemplo en “La costurerita a domicilio”.

En la columna “Un simulacro de voto” publicada en La Nación en 1920 con su seudónimo “Tao Lao”, Alfonsina escribe para visibilizar el segundo simulacro de voto femenino, con motivo de las elecciones municipales. Allí destaca la organización de la Unión Feminista Nacional – donde actuaba Alicia Moreau- , y también arma estadísticas que detallan las nacionalidades, edades y profesiones de las votantes. Cabe recordar que la cronista apoyó la candidatura de la diputada Julieta Lanteri, fundadora del Partido Feminista Nacional.

Alfonsina también se mostró a favor del divorcio vincular en su columna “¿Quién es el enemigo del divorcio?” publicada en La nota en 1919. Allí dispara: “¿Por qué no existe el divorcio en la Argentina? Porque tiene un enemigo declarado; la propia mujer”; así  pone sobre el tapete la actitud de las mujeres que aceptaban la subordinación al matrimonio y que por “cobardía económica” no se independizaban. Además la poeta apoyó las causas gremiales de las trabajadoras; en su nota “Feminidades” planta su postura acerca de la huelga de telefonistas: “Creo que es una huelga justa. Estas pobres muchachas ganan una miseria y tienen un trabajo antipático”.

Los textos periodísticos de Storni siguen vigentes y hoy son resignificados desde la lectura feminista. A través de ellos se palpa no sólo el pensamiento moderno y de avanzada de la poeta, sino que también son un valioso testimonio histórico de su época. La mejor forma para valorar la figura de Alfonsina en toda su dimensión.