Carlos Aletto: “Pongo a Maradona en mi novela para vivir la eternidad con él”

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    Aletto
    Foto: María Laguyás
ENTREVISTA LITERARIA

Carlos Aletto: “Pongo a Maradona en mi novela para vivir la eternidad con él”

27 Agosto 2023

AGENCIA PACO URONDO dialogó con Carlos Aletto, licenciado en Letras y periodista cultural, que acaba de publicar su nueva novela Once Segundos (Sudamericana, 2023). El disparador es el gol de Maradona a los ingleses en la final del Mundial de México de 1986, a través de la historia de dos amigos. Una novela que rinde tributo a la mística del barrio, la canchita salvadora, los amores perdidos, las viejas canciones y a la fuerza transformadora de la literatura y los libros.

Además publicó la novela Anatomía de la melancolía, el libro de cuentos Antes de perder y el ensayo Julio Cortázar. Diálogo para una poética. Estas obras recibieron premios y elogios públicos de prestigiosos escritores como Ricardo Piglia, Noé Jitrik, Guillermo Martínez y Ana María Shua.

APU: ¿Once segundos es una novela autobiográfica?

Carlos Aletto: En un principio pensaba una novela autobiográfica que en algún aspecto no sólo cruzara la vigilia de mi vida, mis sueños y la fantasía que tengo generalmente como escritor, es decir, cruzar esos tres planos, pero que nunca se dijera en qué momento pasara de un plano al otro, para dar una sensación surrealista. El día que murió Maradona sentí un dolor terrible. Entonces dije “quiero escribir” y me di cuenta que la vida de Maradona estaba cifrada también en mi vida, porque nací en un lugar muy humilde y tuve la fantasía de ser jugador de fútbol, pero inmediatamente me di cuenta de que era un tronco.

A partir de ese desgarro articulé las dos historias que tenía pensadas, como la parte por el todo. También es en once segundos que Maradona hace la jugada de aquel gol emblemático el 22 de junio; un tiempo después tuve un infarto y me resucitaron, la casualidad es que fue justo en el aniversario del gol de Maradona.

APU: ¿Qué recuerdo de la infancia tenés de Maradona?

C.A.: El primer recuerdo lo tengo sin saber que era Maradona. Un sábado estaba en la casa de mis abuelos y veo por la televisión que un nene está jugando y haciendo malabares con la pelota, en un programa que después supe que se llamaba Sábados circulares, y decía, ¿qué tiene este nene? ¡Qué cautivante que es! Tanto que la semana siguiente lo esperé en el programa y sólo hubo cosas para grandes, no para para niños. Cuatro años después me enteré que era Maradona. Y así ha trabajado toda mi vida, después lo vimos en el estadio mundialista en Mar del Plata hacer los dos primeros goles en primera, después sufrimos cuando en el `78 quedó fuera del Mundial, nos dio la alegría del `79, después se fue a Boca, a Barcelona, al Nápoles de donde son mis abuelos. En mi familia hay gente que se llama Diego Armando Aletto, que es muy fuerte como marca identitaria.

APU: ¿En el inicio de la novela hay un compromiso entre los personajes?

C.A.: En la novela los personajes viven una situación muy humilde, uno en una casilla y el otro en una casa recién armada. Tienen la fantasía de que jugando a la pelota o teniendo una concesionaria de autos van a tener mucha plata. Es decir, siempre todo esta relegado al dinero y no pueden conseguir las cosas que quieren, por ejemplo van a buscar juguetes al basural y ahí se prometen que el día que uno sea millonario va a ir a buscar al otro para sacarlo de la pobreza. Que no se van a abandonar, aunque no se vean por mucho tiempo. Esa es la promesa que está en la novela, está latente. De alguna forma hay un regreso a la novela, no sé en cuál de estos tres planos que te dije, el lector tendría que darse cuenta, si en la fantasía, en el sueño o en la vigilia.

APU: Diego Armando Maradona y Leonel Messi ganaron una Copa Mundial. ¿Qué identificación y diferencias podés hacer?

C.A.: Diferencia con Messi, es una cuestión generacional y de geográfica. Yo lo vi salir del barro a Maradona, del barro donde nosotros estábamos, y convertir su vida en oro. La pasión es la misma y la identificación nuestra es de una persona mucho más humilde que la de Messi, Maradona salió deVilla Fiorito y Messi de un barrio de Rosario, luego se fue a Barcelona y no está mal porque es de una generación que ascendió en una escala social y ahora está en otra clase. Maradona era de una clase social mucho más humilde, hay una una trayectoria distinta entre uno y el otro.

A mi generación nos toca Maradona, por una situación geográfica, clasista, nosotros nos sentimos identificados con Diego y con una forma de rebeldía de esa cosa humana tan cercana a Dios, esa cosa de rebelde, que no la tiene Messi, lo más rebelde que ha hecho fue justamente en este último Mundial, donde dijo “¿qué mirás bobo?, andá para allá!” Aparece recién ahí. Fíjate que no es tirarle con rifle de aire comprimido a los periodistas, como hizo Diego. La rebeldía que tenía Maradona nos identificaba a muchos que estábamos disconformes con muchas situaciones de desigualdad, eso en el aspecto social. Después en el juego hay una clave. Si tomamos la jugada del Mundial de 1986 nos quedamos con esos once segundos de Diego que hace una jugada magistral donde cruza toda la cancha y hace el gol, después de haber hecho el gol con la mano.

En el Mundial 2022 me quedo con la jugada de Di María. Es la mejor jugada del Mundial contra Francia en la final. Hizo un toque maravilloso. Va Messi con una jugada magistral, pero es una jugada colectiva. En Maradona es mucho más épico y me siento mucho más identificado. Me parece un personaje literario mucho más interesante que Messi. Si yo tuviera que escribir una novela de Messi, la verdad no sé por dónde iría, por más que me encanta futbolísticamente. Que es un buen padre, que tiene tres hijos, una mujer, que es generoso con sus amigos, pero no sé a dónde llevaría una novela. Pero si tengo que escribir una novela, Maradona me parece un personaje literario mucho más rico. 

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Tapa Once segundos

 

APU: ¿Cómo surgió el interés por la lectura y la escritura?

C.A.: En mi casa había un solo libro, que era Las recetas de Doña Petrona. No tengo familia lectora, soy el primero que hace la escuela secundaria de mi familia, no había biblioteca. En algún momento con una chica que me gustaba mucho, pintora, e inventé que era escritor, pero me salió mal, de ahí surgió. Y ahí empecé a escribir porque dije, tengo que demostrarle que soy escritor. Y me empezó a gustar, entonces me propuse leer; era una mentira que se terminó convirtiendo en realidad. A los nueve años empecé a escribir mis cosas, eran historias de piratas, fantasías de niños. Y leía cosas que realmente eran desafíos para mí; por ejemplo, a los 12 años pedí en la biblioteca y leí El Quijote de la Mancha.

APU: ¿Cómo se une el oficio de escribir ficción con el de hacer periodismo?

C.A.: El periodismo me hace leer dos o tres novelas por semana, disfruto muchísimo, generalmente trato de leer lo que me gusta y a veces no, pero generalmente le busco la vuelta para que me guste. Y después tengo que hacer la escritura de la nota. Hay un ejercicio que es periodístico pero no lo articulo con la ficción, lo llevo por otro lado. Muchas veces me lamento del tiempo que me quita para escribir ficción, pero cuando estoy en un proceso creativo de una novela, un cuento, le doy prioridad a la mañana temprano cuando estoy más fresco, escribo primero ficción y después lo que es más mecánico más tarde. Estoy con el periodismo de los dos lados del mostrador, haciendo notas y a la vez entrevistas.

APU: Comentabas que de chico fuiste a una biblioteca a preguntar por el Quijote de La Mancha. ¿Qué importancia tienen la biblioteca y el libro como soporte de información y formación de la cultura?

C.A.: La biblioteca tiene que ver, en el sentido con el mueble, con el objeto libro. Ahora, la biblioteca en algún momento se devalúa un poco, porque te das cuenta que el objeto libro que vos tenés no tiene ningún valor, es el soporte el libro. Imaginate en el asiento del colectivo, la primera persona leyendo un libro, y al lado una persona con un celular. Ahora, yo me acerco a la escena y veo que el que está leyendo un celular está con “Las ruinas circulares”, de Borges. Y el otro está con un libro de autoayuda muy malo. Entonces, por sí, el objeto libro me hizo pensar que era mejor que el que estaba leyendo en un celular. El libro que está en la biblioteca es un soporte de la literatura. El soporte se acomoda con la biblioteca mental que uno tiene.

En algún momento malo de mi vida tuve que vender libros, tenía una librería de usados, estos libros lo he conseguido en PDF o digitales que a la vez conforman otra biblioteca digital. En la novela hay un momento en el que dice que una biblioteca es el Quijote con otros libros. Hay un juego literario ahí en el párrafo, porque la mujer le dijo ¿Cómo? ¿Si tenés una biblioteca no vas a tener el Quijote? Entonces, Don Ángel dice, “a partir de ese día me di cuenta que una biblioteca es el Quijote con otros libros". Eso quiere decir un poco que la gran literatura, no importa el soporte que tenga, se disfruta de cualquier forma.

“Me di cuenta que la vida de Maradona estaba cifrada también en mi vida, porque nací en un lugar muy humilde y tuve la fantasía de ser jugador de fútbol”.

APU: ¿Cómo fue que convertiste tu biblioteca personal en una librería?

C.A.: Estuve viviendo tres años en Buenos Aires y cuando volví a Mar del Plata me vine quebrado, lo único que tenía era una biblioteca y una computadora, entonces vendí la computadora, alquilé un local y puse la biblioteca dentro del local. Esa biblioteca se convirtió en una librería. Retroalimenté esa venta, compraba libros y los vendía. Era una librería de usados, duró tres años y se llamaba El Cuervo. Después, cuando hubo despidos de la Agencia Télam otra vez tuve que poner la biblioteca en venta, porque no me alcanzaba el dinero, siempre fue por situaciones económicas. Es muy interesante esa experiencia.

Si es una biblioteca, cualquier persona puede leer lo le interesa o puede tener cosas que no le gusta. En la biblioteca se van acumulando libros, pero creo que le sucede a muchísimos lectores, siempre la pregunta frente a una biblioteca es: ¿te leíste todo esto? Por supuesto que hay enciclopedias, hay libros que no, o diccionarios de consulta, o gramáticas, pero además de eso, están los clásicos que uno ya ha leído o quizás le quedan por leer, como que hay una literatura por delante, siempre es imposible abarcar todo.

APU: ¿Cómo ves la literatura actual argentina?

C.A.: De Hernán Ronsino me gusta mucho su literatura que trabaja en una zona de lo rural. También otros escritores que me fascinan son Di Benedetto, César Aira, Samanta Schweblin, Mariana Enriquez. Hay una literatura muy rica, también aprendí a disfrutar de la literatura un poco más popular como la de Osvaldo Soriano, la literatura popular de hoy también me gusta. La literatura argentina me parece que está viviendo un buen momento.

APU: ¿Cómo la definirías y qué características tiene la literatura popular?

C.A.: Es una literatura que se separa un poco de la burguesa. Es decir, la literatura burguesa toca tópicos que tienen que ver con una clase media, los tópicos que podrían tocar Silvina Ocampo, Victoria Ocampo, Adolfo Bioy Casares, hay escritores que trabajan con esa historia, que lo hacen de forma maravillosa, pero es una literatura mucho más burguesa. La popular trabaja con un campo, con personajes que son trabajadores, humildes, que tienen una trama, una historia. Por ejemplo, Juan Pisano es un escritor que trabaja esa literatura popular como la gauchesca. Esa literatura popular trabaja los márgenes de las clases sociales, con recursos también literarios que están en esos márgenes, porque no podés tener una escritura burguesa cuando estás trabajando en un margen. Sería como algo disonante.

Por ejemplo en Once segundos, cuando van al basural a buscar juguetes encuentran libros, el protagonista encuentra saberes de su amigo o del padre que después lo encuentra en la universidad, entonces, hay un nivel entre lo popular y lo académico. Trato de cruzar esas dos vías en la novela porque hay un personaje que sale de lo popular, pero después tiene una formación académica que es más burguesa. Entonces, trato de que ese encuentro en el basural que luego va a estar en la universidad, en un saber académico, tenga el mismo valor que el conocimiento de un hombre que trabaja en el campo, que trabaja de albañil, que estén ahí, a la misma altura; que lleven el mismo registro, que tengan la misma importancia.

APU: ¿La novela es un homenaje a Diego Maradona?

C.A.: Justamente hablando del cruce entre literatura y vida, en La Divina Comedia, había algo que me encantaba, que había leído, en donde Dante como no pudo estar con Beatrice, la puso como personaje para poder vivir la eternidad con ella. Y de alguna forma, pongo a Maradona en mi novela, está conmigo todo el tiempo, para vivir la eternidad con él. Quizás dentro de mil años alguna persona abre un material, que no sé cómo van a ser los libros y diga mirá, un escritor que se llamaba así, escribió sobre Maradona y retoma la vida otra vez de esos personajes, de la lectura de alguien. Porque los libros un poco son eso, como una especie de arca de Noé. Es un homenaje, por supuesto.