¿Por qué hay brasileños que hinchan por Argentina?

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    Morro do Dendê selección Argentina

¿Por qué hay brasileños que hinchan por Argentina?

01 Diciembre 2022

Desde Salvador de Bahía.

Grande la sorpresa al ver imágenes del Morro do Dendê en Río de Janeiro, con las paredes y calles pintadas de celeste y blanco, dibujos de Messi, de Maradona, de la bandera. ¿Cómo explicar una cosa de esas? Voy a intentarlo con los casi nueve años que llevo viviendo en Brasil. Lo fui subiendo, de  Porto Alegre hasta Salvador, pasando por Florianópolis y San Pablo. En todos lados se encuentran personas que hinchan contra la selección brasilera. En general, por el uso que se hace de la selección y de la Copa del Mundo. Las críticas son siempre políticas. Hoy gente de izquierda hincha contra su propia selección porque Neymar hizo campaña para Bolsonaro. Porque la camiseta de la selección quedó asociada a la derecha. En Brasil se inventaron un Messi de izquierda, crearon la fake de Messi con la camiseta del Che Guevara abajo y millones se lo creyeron. Lo cierto es que en la Copa de 2014 hizo campaña para el gobierno de la ciudad de Buenos Aires y se sacó foto con Macri en Barcelona. Perdimos la final.

La Copa del 2014 fue nuestra primera cobertura internacional, tres periodistas de APU viajaron para Porto Alegre, llevaba seis meses viviendo en Brasil. En la Fan Fest grité el gol de Camerún contra Brasil, Quique de la Calle me miró y me dijo “¿vos querés que te maten?”. Sabía que no pasaría, acá la gente es más evolucionada en ese aspecto, en Argentina somos más primitivos. Nunca vi dos personas discutir violentamente por cuestiones de fútbol. Para el brasilero el fútbol es con belleza, valora la belleza del fútbol, que está en correr riesgo, hacer magia con la pelota. A Ronaldinho Gaúcho lo bautizaron “Bruxo”, brujo. Aman la belleza del fútbol, por eso quienes aman al fútbol aman a Román. La camiseta que más se ve en Brasil es la de Boca y cuando preguntás te dicen: por Riquelme. Riquelme ganó tanto, que siempre hizo feliz a un brasilero. Unos lo aman porque dejó afuera al Palmeiras, otros porque dejó afuera al Gremio, y así con cada equipo brasilero que jugó. Pero lo que respetan es la belleza del futbol que juega.

Romario negociaba goles por carnaval en el Barcelona. A Sócrates le gustaba el samba, con los bares y botellas que eso signifca, era bohemio. Son fiesteros. Ahí está la cuestión africana. La mayoría de la población brasilera es negra y la población negra crece con mucha música. La cultura negra es musical. En el vestuario de Argentina gritos, alientos, se golpean los armarios. En el vestuario brasilero los jugadores tocan instrumentos, la mayoría que toca son personas negras. Los rituales de las religiones de matriz africana son con instrumentos de percusión. Los terreiros de candomblé son grandes escuelas musicales. Lo mismo las iglesias evangelistas. La cultura negra hace culto a la belleza. Y también lo hacen en el fútbol.

Como me dijo un amigo argentino que creció acá en Salvador, Messi parece ser un eslabón fundamental en la aproximación del pueblo brasilero con la selección argentina. Messi es un jugador correcto. Respeta las reglas, no discute, no se tira, es el mejor con la pelota, hace cosas increíbles. Cuando me preguntan quién es mejor, si Pelé o Maradona, siempre digo la verdad: que a Pelé no lo vi jugar. Luego digo que de lo que no hay duda es quién es mejor entre Messi y Neymar. Nadie lo discute. Vi el partido contra Polonia en un bar de la esquina de mi casa, el bar de los borrachos del barrio. Cada vez los veo más. Antes que el partido comenzara un hombre me dijo que hinchaba por Argentina. Me contó que siguió la carrera de Maradona en el Nápoles, pero me dijo “lo que hace Messi es de otro planeta”. Claro que en el bar también estaban los que hinchaban por Polonia, existe la rivalidad, la diferencia es cómo cada uno se la toma y lo que nos impide de apreciar.

No imagino que el día que muera Pelé en Argentina hagan lo que hicieron en Brasil por Diego. El Corintinhians proyectó sobre las paredes del estadio imágenes de Diego, el Inter iluminó de celeste y blanco el Beira Rio. Renato Gaúcho salió a dirigir con la camiseta de la selección argentina. Yo me emborraché con las únicas dos personas que entendían lo que significaba para mí y en el bar un hombre lloró de cabeza baja. Cuando se fue pasó por mi lado y me dijo “es como si se hubiera muerto Bolívar”. Viviendo acá aprendí que una cosa es la imagen que en Argentina tenemos de Brasil y otra lo que Brasil es. Y a veces las distancias son enormes. Nos es imposible imaginar las paredes de la Villa Carlos Gardel pintadas de amarillo y verde, con dibujos de Neymar y los Ronaldos en las paredes. Eso en Brasil pasa, yo no voy a negar que me indigno.

Beira Rio homenaje a Maradona

En 2014 discutía con mis amigos petistas que hinchaban contra la Copa del Mundo. Estaban indignados con las topadoras desalojando familias para que construyan los estadios, con las concesiones que el Estado hacía a la FIFA, entregando la soberanía del Estado dentro de los estadios. Era comprensible la indignación por la cantidad de recursos que se gastaron para hacer la Copa del Mundo en un país con las necesidades básicas insatisfechas que tiene Brasil. Sigo creyendo que fue una gran decisión de Lula hacer el Mundial acá, la posibilidad de que extranjeros conocieran el país, vieran el partido en la Fan Fest de Río y después de cada gol se pudieran dar un chapuzón en el mar y seguir viendo el partido. En términos turísticos me pareció una gran decisión.

Hay gente que cree que hinchar por la selección es ser cómplices de la corrupción de la Confederación Brasilera de Fútbol, la CBF. Recordemos que este es el país de João Havelange y que Maradona se le plantó de frente a la FIFA. Cuando encuentro una persona que hincha contra Brasil me indigno, le digo que no tienen que hinchar contra su selección,  que eso es estar contra la alegría del pueblo, al pueblo lo hace feliz que su selección gane. Más de uno me dijo que les da alegría que gane el equipo que tiene a Messi.

 

El barrio que se viralizó pintado de celeste y blanco es Morro do Dendê. En Argentina ya sonó mucho ese nombre. Yo tengo la canción asociada a Ricky Fort en algún programa de Tinelli. “Parrapapapapapapapapa Parrapapapapapa. Morro do Dendê é ruim de invadir. Nós, com o Alemão, vamos se divertir. Porque no Dendê eu vou dizer como é que é, Lá não tem mole, nem para DRE. Para subir aquí no morro até o BOPE teme. Não tem mole pró Exército Civil nem prá PM”. Ese funky de 2007, se hizo famoso en Argentina por la película Tropa de Elite, que muestra al BOPE, la Brigada de Operaciones Policiales Especiales. “Não tem mole” quiere decir que no tienen miedo. El dendê es un aceite que se hace con el fruto de la palmera conocida como dendezeiro. Hay quienes lo conocen como aceite de palma. Es muy utilizado en la culinaria africana y brasilera. En Bahía se usa mucho en las comidas, el típico acarajé se frita en dendê, la moqueca también lleva dendê.

Es ese amor por el fútbol, más allá de las rivalidades creadas externamente, lo que hace que en Brasil se vean tantas camisetas de Messi de la selección argentina, del Barcelona, del PSG, de los colores  que sea de cada equipo. Frecuentemente escucho “esta Copa se la merece ganar Messi”. Nos es imposible a los argentinos conjugar una cosa como esa. “Ay, sí, quiero que gane Brasil porque un jugador brasilero se la merece”. “Ay, quiero que gane la Copa Portugal porque es el quinto mundial que juega Ronaldo y no la ganó”. Nos es imposible de pensar una cosa de esas. Bueno, pero en Brasil pasa. Aman tanto al fútbol, a la belleza del fútbol, que consiguen desear que gane el equipo que tiene al mejor del mundo. Unos pocos hinchan por Uruguay, por la marihuana y el Pepe Mujica.

También existe el que hincha por las dos. El partido contra México lo vi con uno que tenía la camiseta argentina. Contra Polonia crucé en la calle un señor de unos sesenta y cinco años, con la camiseta celeste y blanca del Kun Agüero. Un vecino le preguntó si era argentino. El señor le respondió que no, pero que hinchaba por Argentina. Ya vi a los dos con la camiseta de Brasil. Es complejo porque a veces hasta desde el conservadurismo reivindican a Argentina, de que somos un país educado. La imagen que tienen de Argentina en Brasil es la de los porteños, gente blanca, con modales europeos. Por otro lado también es reconocida la pasión y la entrega en lo que hacemos. El sentimiento nacional que los argentinos tenemos, no lo tienen los brasileros. La mayoría de los brasileros coincide en eso. Brasil es un territorio muy extenso, son muchas naciones y culturas las que habitan y no consiguen, aún, hacer una unidad. Lo que los une es la lengua.

Y después hay gente que hincha contra la selección brasilera porque la derecha se apropio de la camiseta de la selección. Durante el proceso de golpe contra Dilma Rousseff la Federación de las Industrias del Estado de San Pablo, colocó en la puerta de su sede  sobre la avenida Paulista, un pato amarillo inflable que decía “No voy a pagar el pato”. Las manifestaciones contra el gobierno del PT eran con las personas vestidas con la camiseta de la selección para ir de amarillo, como el pato. Como muestra de las diferencias culturales entre Brasil y Argentina, sobre tener cuidado de hacer sentir mal al otro, después del golpe a Dilma, el crítico Daniel Link fue invitado a un seminario en la Universidad Federal de Santa Catarina y fue con una chomba azul con patos inflables amarillos. La población brasilera petista o que apoya a Lula, dejó de usar la camiseta de la selección y a rechazar la bandera porque era símbolo de la derecha. Quien ande con la bandera brasilera o con la camiseta de la selección es sospechado de ser bolsonarista. Por eso durante la campaña de Lula se vio tanto la bandera de Brasil, para recuperarla.

A nosotros nos parece una locura, pero pasa. Brasileros que hinchan por Argentina, que pintan las paredes de su barrio, que reivindican a Messi y Maradona. En tiempos de Messi en la Copa, en Brasil pasan estas cosas.