El peronismo desde un cine kirchnerista

El peronismo desde un cine kirchnerista

20 Junio 2015

 Por Juan Ciucci

Este año termina su mandato presidencial Cristina Fernández de Kirchner. Los adherentes a los postulados sobre el fin de ciclo que esto acarrearía son cada día menos, en especial luego de la inmensa movilización que se registró el pasado 25 de mayo, fecha patria por antonomasia, en la Plaza de Mayo de la Ciudad de Buenos Aires. Allí el kirchnerismo se movilizó a escuchar las palabras de la Presidenta de la Nación, tanto desde organizaciones políticas y sociales como desde autoconvocados que comulgan con el ideario plasmado por este modelo político y social durante 12 años.

Sin embargo, la imposibilidad de que Cristina sea reelecta como Presidenta abre un manto de sombras. Como en todo movimiento, al deber su Conductora dejar la más alta investidura de la Nación nace la incerteza ante el porvenir. Pero el legado kirchnerista está lejos de cerrarse, en todo caso comienzan los debates en torno a cómo continuará. Y a su vez, comienzan los balances de estos años de peronismo en la Casa Rosada.

De allí que nos interese pensar cómo ha recuperado e indagado en el pasado peronista un cine que podríamos llamar kirchnerista a partir de tres películas con las cuales construimos un corpus de realizaciones y realizadores cercanos al gobierno, e incluso con funciones de Estado. Es decir: construimos el concepto de cine kirchnerista por sernos útil para analizar estas películas en su ligazón a la recuperación del peronismo. Pero difícil sería pensar si esta década ha construido ese cine kirchnerista, y más aún, cuales serían sus características. Estas que aquí analizamos las entendemos como herramientas políticas y militantes desde un sector del kirchnerismo, en especial a partir del marco de producción y estreno de cada una de ellas.

Haremos mención entonces a 1973, un grito del corazón de Liliana Mazure (Presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales al momento del estreno), Los resistentes de Alejandro Fernández Mouján (responsable del Área de Cine Ficción y Documental de la TV Pública al momento del estreno) y Perón, apuntes para un biografía de Jorge Coscia (Secretario de Cultura de la Nación al momento del estreno). Tres películas de realizadores con una obra previa y posterior, sin un estilo común, pero que podemos agrupar por las temáticas abordadas y el posicionamiento político y social al momento de realizar estas películas.

Mencionábamos el momento del estreno no solo para remarcar que los tres cumplían alguna función en el Estado, sino también para analizar el contexto en el que les tocó estrenar sus obras. Muchas veces fue por esa coyuntura específica que podemos considerar a estos discursos fílmicos como herramientas políticas y militantes, porque así las asumieron quienes fueron a las salas y les implicaron ese signo. Los distintos momentos del estreno fueron también instancias en las cuales se fue forjando el kirchnerismo. Es por eso que nos interesa pensar cómo estas películas podían interpretar ese pasado del peronismo, pero a su vez ser interpretadas desde ese presente de conflictividad que el kirchnerismo llevaba adelante o que encontraba a su paso.

La maravillosa juventud

1973, un grito del corazón fue estrenada en junio de 2008, justo en medio del conflicto con las patronales agrarias, uno de los momentos bisagra de lo que ha sido el kirchnerismo. Se dio la particularidad de que su estreno en el Cine Gaumont provocaba un diálogo casi ineludible con las carpas que tanto el sector agrario, como el nacional popular y la izquierda montaron en la Plaza de los Dos Congresos, en la Ciudad de Buenos Aires. Mazure ya para ese entonces era Presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, lo que le agregaba la particularidad de ser una película de un funcionario del gobierno, en medio de ese feroz conflicto.

Ya desde el título, 1973, un grito del corazón dejaba claro ante qué historia el espectador se encontraría, y desde qué punto de vista lo haría. En esos días los afiches promocionales dialogaban con tantos otros que por el conflicto con las patronales agrarias inundaban la ciudad. Así, el de la película podía ser confundido como otro más de los numerosos con que diversas organizaciones kirchneristas inundaban las paredes de la ciudad. Por esto, quienes se acercaban a la sala lo hacían con alguna voluntad militante en su mayoría, al ser casi imposible aislarse del contexto.

Los aplausos en sala y las charlas posteriores tenían que ver con reivindicar lo que estaba sucediendo en el hoy, pensando en el 73. Película sin tantos grises, organizada desde la dicotomía "peronistas o gorilas", con una tensión a expulsar del relato a todo aquel que no estuviera en ese marco.

Desde aquel año de felicidad, recupera las historias de quienes se acercaron al peronismo en su juventud. Pero también los del país, con ficcionalizaciones que dialogan con el material de archivo de los años del peronismo histórico. En el contexto en que Carta Abierta hablaba de un clima destituyente, volver a ver las imágenes de los bombardeos a Plaza de Mayo y la posterior persecución criminal que las diversas dictaduras cívico militares implantaron, era necesariamente interpretado y vitoreado en la sala como una oposición a los nuevos golpistas.

El relato, sin embargo, finaliza en esa movilización popular del 25 de Mayo de 1973, momento pleno de la felicidad de un pueblo y de los miles de militantes populares que creyeron ver ahí la culminación de sus sueños. Apoteótica, deja la mención de los durísimos años por venir, al pasar. Y del creciente enfrentamiento entre sectores del peronismo casi nada dice. Puede pensarse nuevamente en el contexto para esta elección, en tiempos que el peronismo era atacado por los sectores más conservadores de la sociedad, estas críticas o análisis podrían interpretarse como inoportunas. Como sea, los sucesos que van desde ese 25 de Mayo al 26 de marzo de 1976 siguen siendo difíciles de analizar. Más aún con un gobierno peronista en Casa Rosada.

Es notable que en su último discurso como Presidenta de la Nación en un 25 de Mayo, esta vez del 2015, sea Cristina Fernández de Kirchner quien sí haya planteado públicamente esas pujas dentro del peronismo. “Y nosotros vinimos a saldar esa deuda que también era una deuda de todos en la democracia y de todos los partidos políticos pero nosotros teníamos mayores responsabilidades. No quiero agregar más, porque voy a decir tal vez cosas que sean muy fuertes. Sí, lo voy a decir, porque si no voy a reventar y no pienso reventar. Teníamos que hacernos cargo nosotros, los peronistas, que muchas veces de un lado había una víctima y entre los victimarios había también algunos que se decían o que eran de nuestro movimiento. Tenemos que decirlo, a la gente no se le puede mentir, a la gente hay que plantársele al frente y reconocer, aunque haya sido otro, las cosas que nos pasaron”.

Resistir

El caso de Los resistentes es también particular, aunque por la propia lógica de la obra implicaba otra forma de exhibición. Fue exhibida en varios espacios no tradicionales (como la Biblioteca Nacional, centros culturales, etc.) pero estuvo mucho tiempo en la pantalla del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, y debido a sus casi tres horas de duración era exhibida con un intervalo de 15 minutos. Ese momento era especial para el intercambio, la discusión, la crítica. Recuperar lo visto, pero a su vez intentar anticipar lo por venir, ir construyendo el aparato crítico necesario para seguir allí, observando.

La película aborda los años de la resistencia peronista desde el relato de sus propios actores, aquellos que deciden recordar lo que había sucedido. Quienes han sobrevivido a esos años difíciles, le solicitan a Mouján que los acompañe en el intento de recuperar aquellas historias. De allí nace como herramienta política, y los diversos contextos de exhibición la actualizaban necesariamente. En una entrevista que le realizamos en aquella época, Fernández Mouján se refería a esto: “La gente hablaba mucho durante la película, o discutían entre sí, se reían mucho, hablaban como si hablaran con los personajes, había mucho ida y vuelta entre la película y el público”.

Ver: http://revista.cinedocumental.com.ar/2/notas.html

El estreno fue en febrero de 2010, en el marco de algunos conflictos que casi ya se han olvidado: Martín Redrado como Presidente del Banco Central se negaba a dejar su puesto y la Presidenta debió suspender un viaje a China por la posibilidad de que su vicepresidente Julio Cobos (radical que se alejó del gobierno apenas asumió, aunque sin renunciar a su cargo) quedara al frente del gobierno. Es por esto que durante las proyecciones, cuando aparecían ciertas referencias al radicalismo había risas, aplausos, conflictos en la sala.

Lo mismo puede decirse de la recuperación de las formas organizativas de los compañeros, que en el contexto de diversos conflictos del gobierno servían para repensar el presente. Y en especial al peronismo, ya que la película pone su acento en los años más combativos del movimiento, con la unidad del campo popular para enfrentar al enemigo. Esas son enseñanzas que en 2010 se leían con mucho interés, cuando el kirchnerismo parecía golpeado de muerte luego de la derrota en el conflicto con las patronales agrarias y en las elecciones de 2009. Sonaban aires de fin de ciclo, y las respuestas hacia el porvenir comenzaban a diagramarse, a la vez que para muchos parecían tiempos de abandonar el barco.

Con una recuperación del movimiento y de la historia mucho más interesante que 1973, Los Resistentes nos muestra a este grupo de viejos militantes que se juntan a pensar críticamente su pasado, en pos de transmitirles a las nuevas generaciones el legado de la lucha popular. Recuperan los años del peronismo revolucionario, proscripto, perseguido, asesinado. Una herencia que debe necesariamente dialogar con este presente de gobierno estatal. Un camino hacia la reconfiguración de lo que entendemos por democracia, algo que el kirchnerismo ha reivindicado y recuperado, también en palabras de la Presidenta, cuando hace mención a una noción de democracia que se ha recuperado, algo que era menospreciado por la generación militante a la que ella pertenece.

Apuntes de Perón

Realizada mientras continuaba siendo Secretario de Cultura de la Nación, Perón, apuntes para una biografía de Jorge Coscia intenta indagar en los orígenes del conductor del Movimiento Nacional Peronista. Enfatiza su recorrido en sus años en Lobos, su posible casa, su nacimiento disputado por dos pueblos, su formación militar, el hombre antes del 43; datos todos que han quedado perdidos detrás del mito del General. Pero, además, fue estrenada en noviembre de 2010, a menos de un mes de la muerte de Néstor Kirchner. La película esta dedicada a él y se enmarca ya en una instancia de construcción o de recuperación del mito, ante el nacimiento de uno nuevo.

En esos meses también se daban otras discusiones coyunturales, como ser que por primera vez en las últimas décadas el presupuesto no le era aprobado a un gobierno en el Congreso. Enmarcado en la reciente desaparición física del compañero de vida y militancia de la Presidenta, parecía otro inconveniente dado para desestabilizar su gobierno. Pero fue un contexto en el que a su vez se dio un crecimiento de la militancia kirchnerista luego de las exequias al ex-Presidente, algo que se convirtió en otro de los mojones importantes que ha vivido este movimiento político en su construcción, no solo del liderazgo de Cristina, sino de las adhesiones populares que despertó.

Por eso a un mes de su muerte, Perón, apuntes para una biografía establecía un diálogo necesario entre ambos dirigentes. Quizás fuera imposible no hacerlo en esos días, cuando incluso la CGT había construido una tríada que décadas atrás parecía imposible de realizar con Perón, Evita y Néstor. Era algo que nunca en el peronismo había sucedido, pensar ese otro que pudiera dialogar con ellos, y planteado desde la central de trabajadores. Esto duró incluso hasta el primer aniversario de su muerte, cuando las distancias de lo que pasaría a ser la CGT Azopardo con el gobierno comenzaban a ser más fuertes.

A fines del 2010 estaba tan presente la figura de Néstor, que dialoga permanentemente con la película. Algo remarcado por la dedicatoria de Coscia, y que la reafirma como voluntad militante del presente en recuperación del pasado peronista. Siendo un documental clásico y bastante pobre, la idea de “apuntes” quizás sirve justamente para recubrir un trabajo más leve, que encuentra cierto valor en los años menos conocidos del General, su carrera y su primera infancia en la Patagonia, su origen indiano, situaciones que Perón en vida intentó ocultar; pero que se vuelve un racconto desordenado de su historia más conocida. Esto nuevamente nos alerta sobre la compleja recuperación del Perón anciano, que vuelve a la Patria para encarar su tercera presidencia. Son años que resultan difíciles aún, volvemos a decir, para analizar. Se suma a esto el tiempo de enfrentamientos vividos con la iglesia, en especial con Jorge Bergoglio, que hermana ese 2010 con aquel 1955. Sin embargo, su asunción como Papa Francisco cambiaría esta relación tirante, pudiendo apreciar hoy el cambio coyuntural que se produce en la lectura de esta película. La cúpula de la Iglesia Católica ya no es tan fácilmente asimilable al bando enemigo.

Cine kirchnerista

Creemos que estas películas nos permiten analizar parte de lo que ha sido la recuperación que sigue realizando el kirchnerismo del peronismo. Un diálogo permanente con ese pasado, con los múltiples pasados posibles; pero que no ha sido ni por mucho agobiante ante sus banderas llevadas a la victoria. Si bien siempre presentes, la evocación a Perón/Evita fue diversa en el tiempo y con la figura de guía, pero no como sustento absoluto de las políticas o las decisiones a tomar.

Estos discursos fílmicos son tres momentos, tres posibles recuperaciones, de aquel legado histórico. Desde ese 1973 que sigue siendo mitológico, entre el amor y el espanto, y que se continúa evocado aunque solo sea de refilón, en cada acto en esa misma Plaza de Mayo. Pensar en Los resistentes como otro momento del peronismo, el de la resistencia y construcción de un legado militante, algo que quizás dialogue con el futuro del kirchnerismo luego de alejarse su Conductora de la Casa Rosada, aunque sin el manto de horror que se vivió en aquellos años. Y un Perón como ente fragmentado, una cita difusa, un panegírico inconcluso; parte de la tensa relación del kirchnerismo con el legado y con la creación del propio mito, que aún está por verse. Tres posibles miradas sobre ese pasado, pero también sobre ese futuro que se prefigura en el Movimiento Nacional Peronista.