Pepín Rodríguez: perfil del polémico asesor judicial de Macri

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Pepín Rodríguez: perfil del polémico asesor judicial de Macri

12 Enero 2016

Por Redacción APU

Rodríguez Simón tiene una relación muy fluida con el grupo Clarín. El abogado macrista asesoró y defendió al Grupo en la disputa por la ley de Medios y actualmente sigue siendo consultado por el monopolio mediático. “Pepin” es, junto a Daniel “el Tano” Angelici, uno de los operadores judiciales del macrismo. Pero a diferencia de Angelici -con el cual se encuentra en una disputa interna-, Simón Rodríguez, expresa la rama más “refinada” del macrismo.

Rodríguez Simón es un ex alumno del Colegio Marista Champgnat, tradicional colegio de las familias patricias argentinas. Su relación con Macri, fue mediada por el actual asesor del presidente, José Torello, quien los presentó. Macri y Torello fueron alumnos del colegio de “elite”, Cardenal Newman, junto al mega-empresario de la construcción e íntimo amigo presidencial, Nicolás Caputo. En el Newman empezaron su larga relación. En ese cuarteto hoy se juega el núcleo duro del macrismo más representativo de las clases dominantes históricas del país.

Torello y Rodríguez Simón pertenecen a la mesa directiva del CPC (Compromiso para el Cambio), engranaje clave del esquema judicial del PRO y de su armado nacional. La figura de Rodríguez Simón expresa polémica inclusive hacia el interior de Cambiemos. Muchos  creen que “Pepin” es el responsable de la primer crisis política del macrismo. Fue el impulsor del DNU que intentó designar dos jueces en comisión en la Corte Suprema. Y ese movimiento generó una ruptura hacia el interior de la corte entre el actual presidente de la corte Ricardo Lorenzetti y la vicepresidenta, Elena Highton de Nolasco.

El creador de los jueces “subrogantes” de la Corte es visto como responsable de la “vanguardia de los halcones” dentro del mundillo Pro. Tiene grandes influencias judiciales, disputa con Angelici y el actual Ministro de Justicia de Nación, German Garavano, espacios de poder dentro del gobierno y su esfera judicial. El Ministro de Justicia retrocedió algunos casilleros, al quedar como la cara visible de los embates macristas a la justicia. Garavano, más cercano a posiciones institucionalistas, es señalado como “paloma” en esa disputa interna de Cambiemos. El Ministro marcó, inclusive públicamente, su desacuerdo ante los DNUs para la Corte y tampoco se mostró cómodo en los embates de Macri y su sector de “halcones” a la Procuradora General de la Nación, Gils Carbó. La autonomía del Ministerio Público Fiscal fue presionada por Macri, quien pidió la renuncia de la Procuradora porque según sus criterios estaba vinculada a la “gestión kircherista”. Algo que la procuradora nunca reconoció. Insólita apreciación del presidente teniendo en cuenta que el ex jefe de fiscales de la ciudad, Martín Ocampo, se ha jactado abiertamente de su relación política con el Pro, a tal punto que su obediencia fue premiada con el máximo puesto en el Ministerio de Justicia porteño.

Por su parte, la jueza de la Corte Higthon de Nolasco jugó fuerte la interna dentro del poder judicial con el macrismo, marcando su fuerte disidencia con el intentó de designar dos magistrados en comisión. Higthon mostró firmeza ante el comando bifronte de Lorenzetti y Macri. Garavano quedó expuesto en el medio de esa explosiva interna que también tenía a Rodríguez Simón y Angelici presionando desde el macrismo más duro a favor de la avanzada del Poder Ejecutivo sobre el Poder Judicial. En esa ocasión los planes de “Pepin” fueron frustrados pero Macri lejos de hacerle pagar un costo político se siguió mostrando cerca del abogado de Clarín. “Pepin” venia de un triunfo importante: fue el impulsor de la medida judicial que terminó en el fallo de Servini de Cubría anticipando el recambio del mandato presidencial de la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner al actual presidente. Tras la batería de DNUs, el presidente se mostró cercano en un evento realizado en el Hotel Sheraton por ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas).

A “Pepin” también se lo vinculó en medios de comunicación a la administración de un extravagante club nocturno, ubicado en San Telmo. La locación funciona también como las oficinas del letrado. Rodríguez Simón y Torello serían los que regentean este bar privado al cual solo se puede acceder con contraseña y que posee una pista con un “caño de baile”, “reservados con cortinas" y “pintura de desnudos”. El club nocturno es utilizado como “bunker político” del Pro.

El asesor procesado y sus causas

El meteórico ascenso de la figura política de Rodríguez Simón atravesó claroscuros que lo expusieron mediáticamente como una figura polémica. Todavía se encuentra procesado por su rol activo en el funcionamiento de la UCEP (Unidad de Control de Espacio Público). La UCEP fue denunciada más de una decena de veces por personas en situación de calle que denunciaban ser amenazadas, golpeadas y perseguidas. Las pertenencias de las víctimas eran robadas e incendiadas. La UCEP llegó a recibir una denuncia por abusos sexuales a una mujer embarazada en situación de calle.

Pero la historia de "Pepin" es extensa y tiene muchos rubros y facetas. En el año 2007, fue procesado por el juez federal Sergio Torres por su participación en la “administración fraudulenta” en la quiebra del Banco Medefin. Dos años después magistrados de la Cámara Federal le ratificaron el procesamiento. La investigación de la causa tiene como su eje la refinanciación “irregular” de una deuda de 60 millones de dólares relativa a la quiebra del banco. Y los cañones de la justicia apuntaban al asesor judicial de Macri. 

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