El contraataque de Vidal

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El contraataque de Vidal

22 Mayo 2018

Por Cristian Secul Giusti*

Se esfumó de las grandes ligas mediáticas y su ausencia llamó la atención. Algunos dijeron que estaba visitando municipios del interior de Buenos Aires, otros contaron que se encontraba inaugurando rutas particulares de la provincia; muchos destacaron que se escondió para no quedar vinculada al ajuste, la economía crítica y la inestabilidad bancaria. Nadie parecía tener el dato específico ni tampoco sabía a ciencia cierta dónde estaba la gobernadora María Eugenia Vidal, pero avanzaban con las elucubraciones. 

En este contexto de dólar disparado, golpes financieros que empezaban a sentirse en el interior de Cambiemos y pedido de auxilio al Fondo Monetario Internacional (FMI), Vidal puso en tensión su capital más valorado por las internas del actual gobierno neoliberal: la presencia en situaciones difíciles. Por tanto, su decisión de replegarse y evitar quedar marcada por ese fuego abierto la expuso paulatinamente entre propios y ajenos. De buenas a primeras, el silencio se volvió ensordecedor y las preguntas sobre su presencia comenzaron a crecer fuertemente. 

El macrismo tomó nota de esto e inició un operativo retorno fríamente calculado y acaloradamente conversado en las internas -Vidal es una figura política que mide más que el presidente Mauricio Macri y tiene poder para negociar, a esta altura-. Horas antes de que se diera rienda suelta a esa especie de SuperMartes del subdesarrollo, la gobernadora apareció en Radio Mitre, dijo unas palabras alusivas y se resguardó nuevamente. Macri, por su parte, puso la cara en la siguiente escena, recibió los palazos correspondientes y trató de dominar la situación con el discurso de la información a favor. 

Tras la renovación de Lebacs y el guiño "positivo" del FMI, la gobernadora inició una paulatina aparición. Por este motivo, ayer se presentó en el programa “La Cornisa”, conducido por Luis Majul y expuso la reforzada estrategia comunicacional que la acompañará en los próximos meses. Ahora, más que nunca, su discurso girará en torno al “cuidado” y la “defensa” de los derechos "de todos los vecinos bonaerenses". 

En estos términos comunicacionales, Vidal se mostró al amparo de los más débiles, poniendo énfasis en “la pelea contra las mafias policiales, sindicales” y las oscuridades del poder -un caballito de batalla que es amplificado por los medios hegemónicos-. Del mismo modo, reiteró que su lucha también irá contra los empresarios que se pasen de listos y los gradualistas del propio gobierno que no se sensibilicen "con la gente que nos confió su voto". 

Desde este plano de enunciación, la mediática "leona" y "madre de tres soles", la favorita de Pamela David, Mariana Fabbiani, Mirtha Legrand y Susana Giménez, exhibió una nueva construcción mediática que la apaña y le genera aún más armaduras. Siguiendo esta línea, su dominio televisivo en terreno de amistad es, a esta altura, innegable y debe remarcarse para poder analizarla: su modo de generar empatía con el entrevistador, su gesto adusto y sus ojos entrecerrados al hablar ya son una marca registrada que le trae buenos frutos y que continúa siendo un capital simbólico difícil de doblegar. 

La faceta sensible

La novedad de la lógica comunicacional radica en su entonación -más firme y filosa- y en su sonrisa que tiene más muecas, ademanes y manejo de los tiempos. Por esto, la construcción mediática de Vidal no es un mapa único e inamovible ni tampoco es de fácil abordaje para la oposición. Las pocas veces que se colocó en crisis ese dominio de escena no fue por responsabilidad de su propio despliegue, sino a causa de quienes la secundan -Esteban Bullrich, Mauricio Macri o Gabriela Michetti- y como resultado de los traspiés financieros -suba del dólar y/o vinculación con el FMI, por ejemplo-. 

Teniendo en cuenta ese combo de efectos de sentido, la actualidad de Vidal se construye en relación a los que menos tienen, “los vecinos a los que les cuesta pagar las boletas de luz y gas”, los más débiles de la provincia y aquellos que no pueden ver el crecimiento invisible. En ese trance duranbarbero, la gobernadora trata de emular la característica más emblemática de Cristina Fernández de Kirchner: la cercanía con los despojados por el sistema y su presencia ligada a la defensa del ciudadano que es avasallado en su derechos. 

Retomando este último aspecto, poco queda de aquella figura delgada que visitaba supermercados y jugueterías como una chica convencional y típica de barrio. Ahora su vestimenta está alineada con la formalidad y su cabello suelto tiene hasta las mismas ondas y color que el de CFK.  En resumidas cuentas, el discurso mediático y de divulgación que plantea el macrismo, se centraliza en la estética de Vidal, pero también en su poder de persuasión y el cuidado del aparato hegemónico de información que la rodea. 

A partir de esa trama, la gobernadora “leona” expone la faceta "sensible" del neoliberalismo gobernante -el falso rostro humano-. En tanto, Macri es postulado como el ingeniero poco empático que le cuenta a todos los argentinos lo difícil que es gobernar con "la pesada herencia"; y Elisa Carrió es la protagonista que nivela y contiene a esos independientes votantes de Cambiemos que oscilan con su humor y sus consideraciones: un día se arrepienten del voto, al otro día confían, luego se enojan y finalmente se alinean.

En ese corolario de puestas en escena y revisiones made in Big Data, María Eugenia Vidal es esencial y una clave fundamental para mantener en pie la lógica de avance que propone el gobierno. Los medios de comunicación se comportan como un eslabón central en esa construcción porque, de cara a las elecciones de 2019, son necesarios para configurar un escenario de estabilidad y seguridad, y quitar de la vista masiva el desplazamiento potente de la inflación y el endeudamiento feroz generado por Cambiemos. 

Ella, denominada “la leona”, “ madre de tres soles” y “mujer que trabaja desde el sentido común”, se desplaza por las zonas confortables y, seguramente, recrudecerá su discurso de sensibilidad y de búsqueda empática. En esa danza, retomando a Charly García, es una bailarina que sabe todo lo que debe saber, pero guarda sus naipes hasta el final, porque todavía hay algo que no pudo hacer. Y ese es el mayor peligro. 

* Doctor en Comunicación/Docente (FPyCS-UNLP)- Twitter: @cristianseculG