Dossier Fractura: El gracioso y valiente Dr. Gonzo

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Dossier Fractura: El gracioso y valiente Dr. Gonzo

25 Abril 2020

Por Rodrigo Lugones

Oh, a storm is threat'ning
My very life today
If I don't get some shelter
Oh yeah, I'm gonna fade away

War, children, it's just a shot away
It's just a shot away

Oh, see the fire is sweepin'
Our very street today
Burns like a red coal carpet
Mad bull lost its way

Gimme Shelter – Rolling Stone

 

Hunter Thompson fue uno de los cinco nombres fundamentales del Nuevo Periodismo, junto con Truman Capote, Norman Mailer, Tom Wolfe y Rodolfo Walsh. Nacido el 18 de julio de 1937 en Louisville, Kentucky, de casi dos metros de alto, se lo puede recordar empuñando un revolver Colt, ostentando unos Ray Bans translúcidos color ámbar, y sus infaltables Dunhill, que elegía fumar siempre en boquilla.

Su pluma fue el útero de la literatura gonzo, un género al cual dio a luz, conectado con el periodismo de rock, la gran novela norte americana, la no ficción y la crónica. Su estilo fundó la literatura post-beat.

En los últimos años de su vida se había vuelto adicto a la adrenalina. Según relataba Enrique Symns, se inyectaba miedo puro; Hunter se había vuelto adicto al horror. Terminó suicidándose de un disparo en la cabeza en su casa de Woody Creek (Colorado).

“Miedo y Asco en Las Vegas” (la conocimos como “Pánico y Locura en Las Vegas”, por la película de Terry Gilliam), fue publicada por entregas, en Rolling Stone e ilustrada por Ralph Steadman (el dibujante de fino estilo expresionista que solía acompañar al “cazador”).

Sin dudas un sello característico de su estilo (con momentos memorables como su crónica del Derby de Kentucky- fundacional para el estilo “gonzo”-, o su lúcida mirada sobre el atentado al World Trade Center, publicada el 12 de septiembre del 2001), es esa tendencia a medio camino entre el periodismo, la novela, y el decadentismo delirante y etílico que lo empujaba a ser el protagonista de las historias en las que se inmiscuía con el objetivo de lograr una noticia. Esa es la estética gonzo.

Amazon.com: Hunter Ralph Steadman – Póster de conducción Hunter S ...El legado de Hunter es el legado de la tradición de la novela norteamericana, atravesada por los desastres imperiales producidos por Estados Unidos en las décadas del 60 y 70, y también el resultado de una lúcida reflexión desencantada sobre el intento de toda una generación de renegar del american way of life.

El “Discurso de la Ola”, que cierra la película de Gilliam, puede leerse como una gran reflexión sobre los 60 y la experiencia contra-cultural; un discurso post-hippie.

La figura de la fiebre lisérgica tomando por asalto el desierto de Nevada que, luego de la Revolución Cubana, se convertiría en el prostíbulo y el casino de la burguesía norte americana (que había perdido, con el derrocamiento a manos de Camilo Cienfuegos, Fidel Castro y el Che Guevara de la dictadura de Batista, su paradisíaco burdel narcótico), configura un gran recurso crítico.

Las peripecias paranoicas, ansiosas y depresivas de Hunter y su abogado samoano, parecen ofrecernos una invitación a ver la disolución estrepitosa de una generación que se había formado rechazando las grageas que ofrecía la sociedad de consumo yankee; el imaginario hippie, chocando de lleno con la cuna de la prostitución, el juego y las mafias.

Una escena que configura un impecable retrato alucinógeno y alucinante de su época. Estados Unidos tuvo, en Hunter Thompson, al más correcto crítico de la experiencia contracultural. No sólo innovador en términos literarios, continuador de una gran genealogía de escritores que refundó la manera de construir el periodismo y la literatura (donde las fronteras de ambas son difusas), sino que encontró además a una figura clave de la contra-cultura.

Va para el amigo Hunter un brindis: ¡Gracioso y valiente!