“El cuerpo es político de todas maneras”

  • Imagen

“El cuerpo es político de todas maneras”

18 Octubre 2016

Por Nuria Silva

Agencia Paco Urondo: ¿Qué te llevó a pensar la migración desde la perspectiva del cuerpo como arma de resistencia?

Clarisse Hahn: Mi método de filmación consiste en lo que suelo denominar como “método de deriva”. Me encuentro con gente y simplemente me dejo llevar hacia donde ellos me dirijan. Los cortos que componen la trilogía son encuentros que fui registrando en distintos momentos. Antes de ponerme a trabajar con todo ese material, dejé pasar un tiempo para procesar lo que había conseguido de ellos, y así fue naciendo la idea del cuerpo como arma. Voy naturalmente hacia temas que me interesan y el cuerpo es desde tiempo una temática central en mis obras.

APU: Fuera del cine documental y de la temática migratoria ¿hay algún director o película que te resulte relevante en ese sentido?

CH: En lo personal me resultó fundamental Chelsea Girls (1966) de Andy Warhol y Paul Morrisey. Todo el cine de Warhol me parece imprescindible para la cuestión del cuerpo en el cine. Él da a sus protagonistas todo el tiempo que necesiten para ser, estar, moverse.

APU: ¿Qué opinás de la relación que gran parte de la sociedad aún tiene con el cuerpo, de todos tabúes que lo rodean y los dobles discursos? Me refiero al cuerpo rechazado como manifestación política pero no publicitaria, por ejemplo. Especialmente con el femenino.

CH: Simbólicamente el cuerpo femenino todavía ocupa un lugar muy importante en la sociedad. Cuando está instrumentalizado tiene un impacto muy distinto al cuerpo del hombre. Pero el cuerpo es político de todas maneras. El cuerpo del hombre es muchas veces instrumentalizado durante las guerras. El cuerpo femenino es el que está instrumentalizado en general en la pornografía, en la publicidad y también como cuerpo maternal. En Francia y en Europa en general existe en la actualidad una presión muy fuerte a favor de la lactancia materna, por todas sus cualidades no sólo alimenticias sino también afectivas. Pero esto también implica una suerte de renacimiento del moralismo en torno al cuerpo de la mujer. La campaña a favor de la lactancia fue una puesta en alerta desde la OMS alrededor de los 70 a raíz de mujeres africanas e hindúes que accedían a la burguesía y dejaban de amamantar a sus hijos para empezar a darle biberón, porque les parecía una costumbre propia de la clase alta y porque además se sentían menos agotadas, se sentían mejor. El problema es que en aquellos países no existían normas ideales de higiene por lo que muchas veces se rompía la cadena de frío, o las mamaderas utilizadas eran de muy baja calidad, fabricadas con materiales nocivos. Así empezaron a surgir problemas de salud. El problema moralista es que se generalizó un estudio contextual de estos países. Aquí o en Francia no es igual. La Leche League International viene de la extrema derecha estadounidense, son ellos quienes están detrás del origen de la lucha para que la madre amamante y este retorno del moralismo sobre el cuerpo de la mujer.

APU: Volviendo a tu trilogía, me parece muy interesante la claridad con la que abordás cada tema, sin interferir demasiado formalmente. ¿Cómo fue el trabajo de cada caso en particular?

CH: En el caso de Los desnudos me encontraba en México para filmar otra cosa y me encontré a estos campesinos en la calle de forma inesperada. Los veía todos los días porque manifestaban dos veces al día, y empecé a notar que la gente no se sorprendía, ya se habían acostumbrado y esto me pareció surrealista.

APU: En lo personal me llamó la atención la actitud de los policías. Tranquilos, riéndose.

CH: Era parte de ese paisaje surrealista: policías vestidos rodeando a un grupo de personas desnudas que se manifestaban. Y cuando terminaban, volvían a sus lugares y se vestían. Estaban bastante contenidos.

APU: ¿Y cómo accediste al material de los rebeldes kurdos que se ve en el corto Guerrilla?
CH: Hay material disponible que resulta bastante sorprendente de estas guerrillas. Estas son imágenes grabadas por asociaciones de refugiados kurdos.

APU: ¿Te las hicieron llegar o de alguna manera las solicitaste?

CH: Fui a verlos personalmente, estoy bastante en contacto con ellos, de hecho ahora estoy preparando una ficción sobre la guerrilla. Ellos fueron los que me hicieron saber sobre las mujeres del corto Prisons, que son refugiadas políticas en París. Cuando estas asociaciones me comentaron sobre ellas inmediatamente fui a buscarlas.

APU: Hay un plano de ese corto que me gusta muchísimo, en el que una prisionera desde el piso y rodeada de guardias mira a cámara y grita “filmá, bastardo, filmá”. Lo sentí como una manera tuya de interpelarnos a nosotros los espectadores y a nuestra mirada. Como una manera de exigirnos ver y registrar esas realidades de frente. Si bien no es un plano que hayas filmado, es tu elección haberlo puesto ¿fue esa tu intención, la de interpelarnos desde ese lugar?

CH: El cuerpo se transforma al ser mirado. Es definitivamente un llamado al espectador y a esa capacidad transformadora.

APU: Es una manera de volverlo consciente de su cuerpo también. Contáme un poco más sobre la ficción que estás trabajando ahora ¿es sobre la guerrilla o sobre estas mujeres?

CH: Se filman muchas películas sobre mujeres. Si bien son grandes luchadoras, el aparato de propaganda kurdo las usa demasiado porque son conscientes de que, justamente, el cuerpo de la mujer es de por sí llamativo. Es lo mismo en América Latina con lo que hacen los servicios de comunicación de las guerrillas latinoamericanas. Si buscamos en internet vamos a ver que siempre aparece la imagen de una mujer con un arma. Esto es llamativo. Yo estoy a favor de la lucha del pueblo kurdo pero, a pesar de eso, tiene que haber una resistencia frente a ese uso de la mujer. Por ejemplo, cuando llegan periodistas occidentales a filmarlos, los llevan en colectivos a ver a las mujeres porque tienen que estar filmando esto, no lo demás. El director Stefano Savona ha intentado no ser instrumentalizado por la propaganda guerrillera, y él mismo explicó que era muy difícil ir hacia donde los guerrilleros no les indicaran. Ellos siempre están contentos con la llegada de los periodistas, no es un gran logro poder filmarlos, así lo quieren, pero lo difícil es filmar lo que ellos no desean. Como los Zapatistas en Chiapas, México, que te indican dónde pararte para ellos hacer la puesta en escena de la llegada con los caballos a lo largo del lago. Ya saben que es visualmente impactante, como Marcos con su pipa. No hace mucho los medios habían bautizado a una guerrillera muerta en combate como la Angelina Jolie kurda. Los kurdos no estaban felices con esta definición, les parecía una falta de respeto que hablaran así de una mujer de veinte años que murió en combate, pero en cierta forma ellos mismos construyeron esa imagen. Quedan atrapados en su propio sistema de propaganda que resulta demasiado exitoso. En Guerrilla utilicé material de propaganda, pero hice mi propio montaje para evitar caer en el juego.

APU: Y eso se nota. En el final de ese documental aparece la imagen de una mujer. ¿Es ella a la que denominaron Angelina Jolie?

CH: No, era otra, pero básicamente es lo mismo. Nos gustan los mitos.