Encuesta: ¿Puede el partido de Evo Morales quedarse con las elecciones en Bolivia?

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Encuesta: ¿Puede el partido de Evo Morales quedarse con las elecciones en Bolivia?

11 Marzo 2020

Foto Daniela Amdan

Por Enrique de la Calle

El 3 de mayo se desarrollarán las elecciones presidenciales en Bolivia, luego del golpe de Estado que sacó a Evo Morales del Gobierno. El plebiscito tendrá una particularidad: ni Evo ni su ex vicepresidente, Álvaro Lineras, podrán participar porque fueron proscriptos por el actual gobierno de facto. Todo con la complicidad de la Organización de Estados Americanos (OEA). 

¿Qué puede pasar? Según la vapuleada constitución boliviana, un/a candidato/a debe sacar el 50% de los votos, o el 40% más 10% de diferencia, para quedarse con la elección. Según una ncuesta de la CELAG, el candidato del MAS, Luis Arce, cuenta con el 33% de intención de voto. En segundo lugar, está la actual presidenta de facto, Jeanine Áñez, con el 20,5%. En tercer lugar, figura Carlos Mesa (17,4%) y cuarto, Fernado Camacho (7%). 

Como se ve, el escenario parece abierto, aunque la derecha en el poder deberá despejar las dudas sobre posibles irregularidades. ¿Si pudo hacer un golpe de Estado, por qué no podría intervenir sobre las elecciones? ¿Quién va a sancionarla, la OEA?

Según la CELAG, "en Bolivia existe una gran sensación negativa (angustia y enojo) en torno a varios problemas: violencia contras las mujeres (80,4%), potencial devaluación de su moneda (68,5%), temor a perder el empleo (63,3%)". Además, "el 82,6% cree que sigue habiendo racismo y que ello es algo a superar; el 85,5% considera que los bonos sociales son necesarios, y sólo un 31,1% piensa que las privatizaciones mejoran el funcionamiento de la economía". 

Esa agenda compleja da cuenta de una paradoja que cruza a Evo Morales: por un lado, está su "victoria cultural", que obliga a sus opositores a retomar temas y problemas planteados por el MAS durante tantos años de Gobierno. Por otro, cierta derrota política, ya que es su liderazgo el que parece ponerle techo a las aspiraciones del Movimiento Al Socialismo, que enfrenta el desafío (que ya atravesaron otros movimientos populares en la región) de cómo hacer para ampliar la base de sustentación. Como sea, la moneda está en el aire...