La carta de una alumna kirchnerista sobre el caso Dante Palma

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La carta de una alumna kirchnerista sobre el caso Dante Palma

19 Agosto 2016

Por Luisina Colombo (En su Facebook personal)

Escribo esto desde una visceralidad poco "periodística" pero necesaria. Lo escribo para propios y ajenos, para los que me conocen y para los que son solamente contactos de facebook. Principalmente lo escribo para cuidar a nuestras organizaciones y para empezar a blindar al campo nacional y popular de esta clase de personajes repulsivos.

Esta nota, o más bien descargo*, lo escribió en su blog personal Dante Palma. Mostrando el lado más surrealista de su inconmensurable ego, se anima a decir que las denuncias en su contra son una operación política para dañar su imagen y destruirlo psicológicamente. El tipejo cree tener una relevancia académica, política e intelectual tal que se da el lujo de tirarle mierda a las mujeres que lo denunciaron, tanto a sus ex parejas (una de las cuales interpuso una denuncia PENAL) como a sus ex estudiantes.

Quiero contar acá que yo fui una de sus denunciantes.

Yo había cursado la materia que dicta Dante Palma en la UNSAM unos meses antes, y durante los cuatro meses que duró esa cursada me sentí absolutamente incómoda y preocupada. ¿Por qué? Porque mi docente (que además es el Jefe de Catedra), el tipo del que depende mi desarrollo académico, me avanzó varias veces. Una vez en privado, otra vez adelante de mis compañeros y amigos, y otra vez más en una fiesta. Y no, yo no tenía la pollera muy corta. Tampoco lo provoqué. No lo busqué. No quise que supiera de mi existencia. Ni siquiera fui muy participativa en clase. No, nada de eso. Y estos tres hechos, que dichos así nomás suenan bastante intrascendentes y hasta medio pelotudos, dejan de serlo cuando la persona que tenés adelante ostenta una clara relación de absoluta desigualdad. Y aclaro, por si alguien realmente siente que es necesario, que yo respondí a sus avances con absoluta indiferencia.

Meses después leo en facebook el relato desesperado de Julieta, ex pareja de este ególatra patológico. Lo leí varias veces. También leí los comentarios de aquellos que dudaban y de aquellos que directamente la acusaban de ser una asalariada de Clarín, Magnetto y los cuatro jinetes del apocalipsis. Terminé de leer todo y le mandé un mensaje para decirle que yo le creía. Nada de lo que ella contaba me parecía imposible por parte de una personalidad como la de él. Un psicópata de manual.

La cosa fue avanzando, las denuncias tomaron estado semi público (nunca va a trascender mucho una noticia que involucra a un varón, que es personaje público del ámbito académico, y al que se lo acusa de violento), y las denuncias de otras estudiantes como yo se empezaron a apilar de a decenas. Finalmente, y gracias al trabajo de Julieta, de Vina (otra ex pareja que también lo denunció) y de varias organizaciones, la UNSAM decidió abrir un sumario contra Palma. Por una de esas casualidades impensadas, en un sorteo entre todos los y las estudiantes que habían cursado con él, el primer nombre que salió fue el mío. Sí, por sorteo.

El Tribunal Superior Académico de la universidad me citó a declarar. Eran tres señores, tres varones. Un poco me preocupó eso. Les conté cómo había sido la cursada con Palma. Mi relato estuvo totalmente despojado de adjetivaciones y valoraciones, lo conté tal y como pasó, en orden cronológico, y sin escenas de ningún tipo. No puedo definir la cara de los tres docentes cuando terminé. No lo podían creer. Me contaron que mi nombre salió de un sorteo y me dijeron que no se imaginaron jamás que iba a surgir algo así. Todo lo que me daba miedo contar porque tenía temor de que no fuera tomado en serio, fue interpretado por estos tres señores tal como yo esperaba. Me contuvieron, me hicieron saber que todo lo que yo decía tenía la gravedad que yo sentía que tenía, se escandalizaron conmigo. Entendieron desde el principio que lo grave es ese abuso de poder que implica la relación desigual alumna-docente, y no lo anecdótico. No se quedaron con el prejuicio, no me preguntaron qué tan corta era mi pollera, ahondaron en lo realmente relevante.

¿Por qué cuento esto? Porque esta nota de Dante Palma le hace daño a nuestras organizaciones. Porque esconderse atrás de un proyecto político, que con sus limitaciones ayudó a ampliar derechos y a visibilizar la situación de las mujeres, es una actitud cobarde. Este tipo de psicópatas no representan a ningún tipo de proyecto nacional, popular, emancipatorio, igualitario, ni liberador. Un tipo que usa el posicionamiento político y la exposición pública como argumentos para defenderse de las denuncias de un gran grupo de mujeres merece el más amplio de los repudios. La militancia no se puede dejar manchar así. No dejemos que personajes como este ensucien nuestros triunfos y compliquen las batallas que todavía nos quedan por ganar. No caigamos en el dualismo berreta de "la grieta", porque no hay grieta ni abismo que justifique defender violentos.

A la violencia machista hay que escribirle su Nunca Más. Ya empezamos. Ayúdennos a terminarlo.

*Nota relacionada: Con un texto, Dante Palma describió su posición sobre su suspensión en la UBA