Buscando al Capitán Pelusa: Amando a Maradona

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Buscando al Capitán Pelusa: Amando a Maradona

29 Octubre 2021

Por Jorge Hardmeier | Fotos: Juan Cruz Guido

En un potrero forjó una zurda inmortal

con experiencia, sedienta ambición de llegar

De cebollita, soñaba jugar un Mundial

y consagrarse en Primera

Tal vez jugando pudiera a su familia ayudar

(Rodrigo, “La mano de Dios)

Me dispongo a salir de mi casa ubicada en Caballito. Reparo en que hoy se cumplen diez meses de la muerte del Diez: la cita para acudir a La Casa de D10s es casual en cuanto a la fecha convenida, pero en las situaciones relacionadas con Diego la magia siempre mete la cola. Tomo el colectivo 44. Siempre que nos disponemos con Juan, el fotógrafo, a hacer notas o crónicas sobre Diego el día es espléndido. Camino hasta Juan B. Justo y Andrés Lamas, la plaza de Pappo, Norberto Napolitano, uno de los héroes de La Paternal. Niños y niñas jugando. El homenaje a Pappo está compuesto por una suerte de base cementicia con muchas púas pegadas en uno de sus lados y una placa que tiene inscripta esta frase: “Cuando no sientas las caricias de mis manos ni el calor de mi cuerpo, guitarra, vas a llorar”. Me pregunto si será una frase del tema de George Harrison. Sobre la base hay una escultura bidimensional de metal, pintada de negro. Absoluto clima de barrio. La Plaza de Pappo se llama Roque Saenz Peña. Pero para la gente del barrio es la plaza de Pappo. Basta de farsa, es la plaza de un héroe de La Paternal  y mi objetivo es la casa de otro héroe del barrio, el más célebre, y es la vivienda que adquirió Argentinos Juniors para Diego cuando El Pibe de Oro dejó Fiorito para instalarse en el barrio junto a su familia. Diego y Pappo tenían devoción por sus madres, cavilo mientras camino por Juan B. Justo hacia Boyacá. De hecho, el guitarrista nunca abandonó su hogar familiar.
 


 

Un pibe pasa con su carrito y aplasta los cartones para lograr mayor capacidad. Veinte pesos el kilo. Esperando a Juan, antes de ir a La Casa de D10s, ocupo una mesa  en Vamos la Parri, una parrilla bien de barrio, justo en la esquina de Remedios de Escalada y Boyacá, a una cuadra de Juan B. Justo. Pido un vino para matizar la espera y  hablo con el mozo  que me indica que unos señores que están en una mesa cercana conocieron a Diego. Me acerco tratando de ser respetuoso, ya que están almorzando. Son dos señores y una dama. Hablo con Juan Cortés, de unos setenta años. ¿Cómo era ese Diego que caminaba La Paternal? “Diego era excelente persona y un excelente jugador”. ¿Fueron sus mejores años esos de Argentinos? “Sí, por supuesto. El descubrimiento. Íbamos a la cancha, a todos lados. La emoción de ver a Diego”. Interviene Marta: “Te cuento, cuando Diego se inició, los domingos ellos se iban a la una de la tarde para ver los jueguitos del Diego. Era muy chiquito Diego. Era un grupo grande ¿Qué edad tenia Diego?” Y Juan: “Entraba Diego y hacia jueguito y en el entretiempo, iba de arco a arco, con la pelota, tirándola para el aire, y la gente no iba a ver el partido, iba a ver eso. Nosotros veraneamos en el Mundialito del 80 con Diego y su familia. En Uruguay”. Vuelve a intervenir Marta, en tanto el segundo de los señores sentados a la mesa permanece en silencio: “Tenés que ir a La Cuneta, una pizzería en Jonte y Gavilán. A veces cerraban la pizzería para que fuera a comer Diego con toda su familia y nadie los molestara. Es una pizzería que después estuvo en Cuenca pero él iba mucho ahí. Yo no lo traté mucho”. Pido disculpas, les interrumpí el almuerzo. “Si es por Diego, no pasa nada, todo bien.” Llega Juan con su cámara. Chori y sanguche de vacío. Un tres cuartos, siempre tinto. Y vamos hacia La Casa de D10s. Pasamos por la cancha de Argentinos Juniors. Se están preparando las paredes para nuevos murales. ¿Dónde habrá más murales de Diego, en Fiorito, en Nápoles o en La Paternal? Los tres, sea como sea, pienso mientras fumo, son barrios que no han perdido su esencia. De hecho La Paternal resiste al embate de la especulación inmobiliaria instalada desde hace años en el ámbito porteño.
 


 

Llegamos a Lascano 2257. Nos recibe César Pérez, el coordinador de la Casa: “Hoy es una fecha muy especial, es que es 25  y Diego entró en la eternidad un 25”. Hay una visita guiada, una de las primeras luego de la pandemia. Ingresamos. La emoción es inevitable. Todxs lxs visitantxs guardan un respetuoso silencio. La guía es Sofía Antonacci, una chica oriunda de Villa Diamante, un barrio cercano geográficamente al Fiorito natal de Pelusa. Y la casa de ese Diego de La Paternal: planta baja con patio y cocina comedor, una escalera angosta y al otro piso. Entre otras habitaciones, está el dormitorio de un Diego adolescente y sin embargo ya estrella futbolística planetaria, y el baño que usaba Diego y lo que ahora se denomina el santuario, seguramente la habitación de algunxs de sus hermanxs y un lugar actualmente atiborrado de objetos de y sobre Maradona.
 


 

Entramos a la habitación: en esa cama de una plaza dormía Diego. Sobre el piso el equipo de música, una suerte de Winco, y diversos longs plays, los que escuchaba en aquellos tiempos el diez de Argentinos. Sofía muestra el cuarto: “para ir al baño, en vez de salir por la puerta, saltaba por esta ventana”, indica y luego detalla que la familia Maradona se mudó a esta casa en el año 1978 y estarían hasta fines de 1980. “Esta casa se la entregan cuando él cumple dieciocho años”.
 


 

Cesar Pérez nos conduce hacia la terraza con parrilla. Es imposible no imaginarse a Don Diego haciendo un asado en este lugar. César me comenta que en el barrio también vivía Pedro Quartucci, actor y boxeador. Bilardo también es de Paternal. Ingresamos a ese lugar que ahora es un show room bien Diego, sencillo, con las camperas, los buzos y las camisetas colgando de percheros. Está la camiseta famosa del Nápoli con la marca Buitoni, camperas del equipo italiano y otras camisetas emblemáticas. En la terraza  hay gente posando en un sillón con una peluca especialmente dispuesta para emular la cabellera ensortijada de ese Diego veinteañero.
 

Carlos vino de San Bernardo para ver a su familia “pero especialmente por esto”. ¿Y qué te genera? “Es impresionante. Yo mamé esto de mi viejo y no se puede creer. Yo viví lo último y tuve la suerte de verlo en cancha. Y esto es como para un creyente ir al Vaticano. Me tomé el día para ver los murales, la cancha, un día bien maradoneano”. Puro amor a Diego. Leonardo Martínez, de Ramos Mejía cuenta que está feliz de estar en el lugar: “Para mí es un honor, porque cuando vi que salían las entradas para venir acá salí embalado. Para mí Diego es todo, no sé cómo explicarte, para mí es todo más allá del fútbol, no puedo compararlo con nada, así que muy feliz de estar en la Casa de D10s”. Leonardo está con su familia. “Yo soy de Paraguay y hace treinta años que estoy acá y sigo a la Selección Argentina por todos lados. Cuando nos dejó Diego estuve en el Obelisco.  Tuve la oportunidad de conocerlo en una reunión, en Haedo, pero no me permitieron acercarme, yo estaba haciendo algunas mollejitas, estaba Scioli también”. Se acerca su mujer, Daniela. ¿Qué es Diego? “Recién le comentaba a la chica que te da energía y ahora tristeza, podría haberse evitado su muerte. Estar acá me emociona”. Leonardo señala hacia el sector de la sencilla parrilla: “Mirá el cajón de Seven Up de aquella época, saber que estuvo acá, que usó esta parrilla…” Leonardo calza una camiseta de la Selección Argentina con el nombre Messi en la espalda: “Son dos cosas diferentes, pero Diego es el mejor de todos, qué querés que te diga, pero absoluto respeto por Messi”.
 


 

La visita ha concluido. Caminamos con Juan, en silencio, hacia Villa del Parque. Nos detenemos en un kiosco y bebemos unas latas de cerveza. La luz del sol ensordece. Regreso a mi casa y sigo investigando sobre Diego y me topo con cierta noticia: En La Casa de D10s se filmó parte de la serie sobre Diego Maradona cuyo estreno será en una fecha no casual: Nochebuena, 29 de octubre. Se titula “Sueño Bendito” y el papel de Diego, en sus diversas etapas, estará a cargo de Nico Goldschmidt, Nazareno Casero y Juan Palomino. La serie se reproducirá en doscientos cuarenta países. Qué locura lo que genera Diego. Cortaron la calle Lascano para filmar. Me sirvo una copa de vino y busco en la red los mejores goles de Maradona en Argentinos Juniors. Lloro, amando a Diego. El vino está exquisito.