Destino, la saga winx: se terminó el cuento de hadas

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Destino, la saga winx: se terminó el cuento de hadas

30 Enero 2021

Por Malena Bianca

Para quienes no recuerdan las caricaturas, Club winx se trataba de un grupo de hadas y amigas, que bajo la premisa de la unión entre chicas, combatían a los distintos villanos que atacaban su mundo mágico. Netflix retoma parte del guión original, pero enfocado en un público adolescente, dándole un parecido con Riverdale o Las aventuras de Sabrina. La serie live-action también tiene como protagonista a Bloom (Abigail Cowen), una joven hada de 16 años que, tras descubrir sus poderes de forma accidental, decide concurrir a la escuela Alfea. Allí espera aprender a controlar su magia, y en ese camino la acompañan otras hadas y especialistas (una división de la escuela entrenada para combate). El escenario escolar es un castillo antiguo en medio de un bosque neblinoso, lo cual recuerda un poco al legendario Hogwarts (la escuela de Harry Potter), a pesar de no tener el encanto del colegio hechizado.

Frente a la nueva producción, hubo sentimientos encontrados entre los fans. Hay quienes aman el giro más maduro y oscuro que tiene la historia. Pero también hay quienes reclaman que solo quedaron los nombres de los personajes originales y nada más. Suele suceder, al tratarse de una adaptación, que se genere una tensión entre lo esperado y el producto final. Destino, la saga winx poco tiene que ver con aquellas hadas coloridas y alegres que para luchar contra sus enemigos sufrían una transformación al mejor estilo Sailor Moon, donde se desplegaban sus alas y aparecían trajes deslumbrantes. Acá la ropa es completamente normal y, para utilizar la magia, parece no ser necesario un cambio de atuendo. Tal vez, la mayor pérdida sea la unión de ese grupo de amigas, donde había discusiones, pero no competencia. Si bien hay una intención estética de mostrar a las nuevas winx como un equipo, no sucede así en el relato. Del primer capítulo al último, hay un hueco en la narración sobre la construcción de esa amistad, y no se termina de explicar qué las unió.

Por otro lado, hay una tendencia, en algunas producciones para público adolescente en esta plataforma, de intentar incorporar planteos feministas, pero sin profundizar en ellos, o con la intención de cumplir con solo nombrarlos. En el caso de Destino, la saga winx hay varias escenas donde se utilizan palabras como "mansplaining" o "patriarcado", las cuales quedan fuera de contexto o se dicen sin que aporten algo a la narración o evolución de los personajes. Un ejemplo concreto de esto es cuando Bloom dice no saber qué es un “especialista”, y cuando un chico estaba por contestarle, ella replica con el concepto de mansplaining. Cuando las mujeres hablamos de este concepto nos referimos a la costumbre sistemática en la que se da por entendido que la mujer no tiene conocimientos y necesita ser instruida por un hombre, incluso cuando sí lo tienen. No obstante, lejos estaba de aplicarse a esta escena, cuando Bloom realmente necesitaba información sobre el tema.

En conclusión, puede decirse que la serie decepcionará a quienes busquen una adaptación fiel a la original. En cuanto a guiones reversionados o adaptados de forma libre, es claro que nunca terminarán por conformar a todo el mundo. Más allá de eso, no hay mucho a favor de Destino, la saga winx salvo los buenos efectos CGI y un paisaje de misterio que, al menos, capta la atención visual. Resulta un poco tedioso que no hayan podido construir y explorar el pasado de los personajes principales, lo cual genera que no se comprendan del todo sus acciones o parezcan descolgadas de la trama. Los seis capítulos, de 50 minutos cada uno, pueden cumplir la función de entretener un rato. Aunque es recomendable no empezar a verla con muchas expectativas, ya que es tan solo una historia más dentro de lo que ofrece el universo fantástico en Netflix.
 

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