El fenómeno político Gildo Insfrán: ¿Qué me importa lo que digan los porteños?, por Alejandro Crivisqui

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El fenómeno político Gildo Insfrán: ¿Qué me importa lo que digan los porteños?, por Alejandro Crivisqui

24 Junio 2021

Por Alejandro Crivisqui  

¿Quién en la Argentina vio una entrevista a Gildo Insfran? ¡Nadie! ¿Quién en la Argentina no escuchó hablar de Gildo Insfrán? ¡Todos! ¿Cómo se explica esto? 

Gildo Insfrán es gobernador de Formosa desde el año 1995 cuando ganó las elecciones por márgenes del 70% de los votos. Todos los medios porteños con alcance nacional o hegemónicos hablan de este político que jamás en toda su carrera política pisó un estudio de TV en Buenos Aires. ¿Qué político no quiere un segundo de cámara y publicidad en un programa en alguno de estos poderosos canales? ¡Todos! Pero aquí en estas líneas hablo de “Gildo”, un bicho raro de la política argentina: él tiene su estilo que va a contrapelo del resto de los dirigentes tradicionales políticos, no es de hablar con la prensa, ni de sacarse fotos de ocasión, él prefiere hablar directo con la gente y lo hace de una forma que jamás Clarín te contará, porque si vos conocés lo que realmente hace Gildo se cae la construcción clarincrática del “Dictador Insfran”. 

No hay forma de ser político y ganar elecciones sin hablarle a la gente, ¿verdad? La mayoría lo hace por los medios, por las redes sociales o en un palco, pero Gildo va directo a las bases de su pueblo y habla con el pueblo cara a cara allí donde vive, viva donde viva, en la ciudad o en la comunidad campesina u originaria más perdida monte adentro de esta frontera norte de la Patria. 

¿Cómo lo hace? Existe un programa provincial denominado “Por nuestra gente, todo” que se realiza los días sábados en una escuela, en algún barrio, pueblo, colonia, comunidad originaria, donde desde el gobernador Gildo Insfrán, sus ministros, legisladores hasta el ascensorista de la Casa de Gobierno bajan a la comunidad a dar la cara, escuchar a la gente y hablar con ella; allí todo la estructura del Estado baja al pueblo brindándole todos sus servicios, desde el carnet de conducir, la dentadura postiza, los anteojos, sillas de rueda, hasta plantines para su huerta familiar. En ese marco que se convierte en un encuentro único del gobierno con la gente, allí sábado a sábado habla Gildo Insfrán y recibe los reclamos directos del pueblo. 

¿Cuántos gobernadores hacen esto en la Argentina? ¿Dónde podés encontrar a tu gobernador para darle tu reclamo, estimado lector? Bueno, en Formosa cualquiera puede llegar a Gildo y hablar con él y con sus funcionarios, quienes no pueden faltar a dicha cita con el pueblo los días sábados. 

¿Qué dictador o tipo odiado por su pueblo puede tener este tipo de contacto con la gente? ¡Ninguno! 

La primera verdad de las 20 de la doctrina peronista dice: “La verdadera Democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés el del pueblo”. Aquí, en Formosa, Gildo hace realidad no solo esta verdad peronista; ha logrado hacer la Comunidad Organizada en la realidad efectiva, esto que jamás fue mostrado de esta provincia tan desconocida del país, es lo que entre otras muchas acciones hace de Gildo un ejemplo peligroso que podría extenderse. Por eso es estigmatizado y atacado constantemente como esta semana cuando TN titulaba: “Formosa, Nicaragua y Venezuela” con la clara intención de darle forma de “régimen” de “comunismo” al modelo formoseño, pero nunca dicen que Formosa tiene sus cuentas ordenadas, que no tiene deuda, que produce sus medicamentos en sus propios laboratorios para dárselos gratuitos a su pueblo dentro de uno de los sistemas de salud más modernos y eficientes del país, etc, etc. 

Podría seguir enumerando políticas como la organización del campesinado en "comunidades organizadas campesinas", las más de 1.390 escuelas nuevas bilingües, el hospital de Medicina Nuclear, el Polo Científico Tecnológico, planes de viviendas únicos en el país. 

Entonces: ¿Por qué Insfrán no se defiende ante tantos ataques mediáticos? Eso mismo le pregunté uno de los sábados cuando se encontraba con el pueblo y me respondió literalmente: “Qué me importa lo que digan o piensen de mí los porteños, a mí solo me interesa lo que piensan los formoseños para los que gobierno, los porteños no votan en Formosa”. Y yo le agregaría: ¡Gracias a Dios!