“Hermanas” y Conversatorio “Floreciendo en palabras, Mujer Afro”

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“Hermanas” y Conversatorio “Floreciendo en palabras, Mujer Afro”

04 Agosto 2019

Fotos: Ramiro Comes 

Por Ramiro Comes 

Todo se preparaba para el inicio del conversatorio en el espacio cultural Ochava Roma, donde, además de múltiples actividades, se anida una radio comunitaria. Una presentación inédita en la Argentina del siglo XXI sería la edición de Hermanas, que es mucho más que un libro. Hermanas es la construcción de 12 relatos de mujeres afrodescendientes. Once afroargentinas de diversas geografías como el Chaco, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Ciudad Evita del gran Buenos Aires y una brasilera de Bahía.

Sobre la mesa esperan las primeras ediciones, todas únicas, con tapas en cartón reciclado pintadas a mano por una red de artistas plásticas de Santa Fe.

Después de recorrer y abrir la tapa ilustrada a mano podemos encontrar un agradecimiento a las autoras del libro de los dos espacios autogestivos, impulsores del proyecto Legüera Cartonera y La casa Indo-Afro Americana. 

Guadalupe Román, ardua colaboradora de la Casa de la Cultura e impulsora de este proyecto, nos cuenta: "Hermanas se constituyó como un proyecto colectivo amoroso y afectivo cargado de historia, identidad y ancestralidad”. Y nos hipnotiza diciendo: “Son voces que nos invitan a cantar, a bailar, a mover el cuerpo de otra manera, como lo hacían las mujeres afroargentinas en los carnavales en los barrios y en sus casas. Hermanas es pura música, es un encuentro con vos misma con tu identidad con tu propia historia”. 

Micaela Piccini, fundadora de Legüera cartonera, también fue la constructora de este proyecto: “La propuesta y producción fue de Guada. Yo hice la edición del libro”, dice humildemente. “La realidad es que Micaela fue la iniciadora de un proyecto que nació con la necesidad de visibilizar voces invisibilizadas. Fue así que en su poco tiempo de vida ya hicieron una edición con mujeres en situación de encierro y esta última que presentamos. Nunca nos íbamos a imaginar que se iba a agotar la edición de 250 libros”, nos comenta emocionada.

A “modo de presentación...”, texto que es parte de esta obra de arte, dice: “Existen palabras que habitan en diferentes territorios”, y replica: “Buscan anidar en aquellos rincones donde la palabra es campo de batalla”. Culmina diciendo: “Lxs invitamxs a formar parte de este viaje, por rincones (des)conocidos y para (re)conocernos a nosotros mismxs.” Travesía mágica garantizada.

I. Maga

Después de la presentación, la primera conversación será con Maga. María Gabriela Pérez es artista plástica, periodista y militante de DDHH.  Se reconoce afroargentina del Tronco Colonial. No es para menos, ya que es bisnieta del destacado músico Manuel Lucio Posadas (1860-1916), hijo del militar y músico afroargentino Manuel Gervasio Posadas (1841-1897). Su narración comienza de manera libre a manera de búsqueda pero termina afirmando y mostrando su compromiso militante “pintando afroargentinxs hoy y siempre”.

II. Marina

Marina Crespo es la segunda de nuestras 12 apóstoles afro. Fundadora de “Entre Afros”, primera organización de Entre Ríos que integra la red y que trabaja por cercanía y afecto junto con la casa cultural de Santa Fe. Dice ella: “Escribir junto a mis hermanas fue movilizante y enriquecedor, me permitió pensarme como mujer afro; si bien uno lo siente y lo dice todo el tiempo, ponerlo en la palabra escrita fue una de las experiencias más lindas que me tocó en la causa”. Y luego reflexiona: “Generalmente nos leemos nosotros mismos, que estos textos puedan trascender es valioso”.

En su escrito Marina relata la experiencia de (re)encontrarse con su identidad; como le pasa a muchos afrodescendientes que no son visiblemente afros por sus rasgos, la sociedad no los percibe como tal. Ella nos cuenta sobre cuando se sintió discriminada por no ser visiblemente afro. Esto sucedió cuando le hicieron una nota en Diario Uno (digital) de Paraná, donde apareció hablando sobre discriminación racial. Varios comentarios aparecieron publicados en referencia a que su apariencia no era la de un afrodescendiente, inclusive un compañero afro negó que ella fuera descendiente de africanos. Nos cuenta al respecto: “Eso suscitó varios comentarios y desde la agrupación decidimos invitar a este compañero a que conociese un poco más de la historia argentina y del mestizaje del que somos hijos e hijas y así hacerle entender que no existe un medidor de negritud, un “negrometro”, como decimos nosotros, sino que los tonos de nuestra piel son diversos como es diversa nuestra población.”

III. Luciana 

Marta Rocha y Luciana Andrea Loza Escudero asistieron al encuentro como integrantes de la Mesa Afro Córdoba. Esta última es la tercera en dar su palabra y se reconoce como “habitante de las sierras de Córdoba. Reconocedora y recolectora de frutos y plantas silvestres y (...) de la memoria también.”

Dice Luciana: “Estoy acostumbrada a pensar con imágenes y haciendo un paralelismo con la naturaleza, para mí este encuentro sembró muchas semillas; semillas de conciencia, de integración, de nuevos vínculos. Ahora hay que esperar con la paciencia del monte. Yo siento que están dadas las condiciones para que logremos la primavera de nuestra causa”.

Luciana lleva consigo la sabiduría que supo recoger de sus ancestros y de la experiencia de observar y transmutar la historia de su familia. Así, nos cuenta que su bisabuela fue hija ilegítima de su patrón y siendo su sirvienta, sufrió maltratos. Por ser pobre y negra, debió cubrir su cabello para ocultar su identidad. Ahora ella incorpora ese tejido como parte de su resistencia y escribe: “Por eso hoy yo transformo el uso del pañuelo en mi cabeza que ocultaba, que reprimía el poder de mi linaje femenino, por un uso que lo reivindica. Es la manera de honrar a mis ancestros”.

IVMirta

Mirta Alzugaray se define feminista por los derechos de las mujeres afrodescendiente. Es artesana y ceramista y uno de los pilares de la casa Indo-Afro-Americana de Santa Fe. En su texto explica, desde su perspectiva, cómo el feminismo blanco todavía no pudo incluir a la “asiáticas, indúes, africanas e indoafroamericanas” como parte de sus logros. Y aclara que: “hasta John Lennon cayó en la trampa del lugar común al decir: “La mujer es el negro del mundo”. Finaliza con un mensaje de sororidad y hermandad: “Es por esto que las mujeres no blancas necesitamos generar nuestras propias luchas”. Con respecto al libro, Mirta expresa: “Nos dio la posibilidad de expresar a las mujeres negras en palabras nuestros sentires, nuestros sufrimientos, nuestras alegrías, nuestras utopías, y nuestros anhelos”.

V. Lucía 

Lucía Dominga Molina, fundadora de la casa Indo-Afro-Americana de Santa Fe “Mario Luis López”, anfitriona de 8° encuentro, con más de 30 años de activismo por los derechos de los afrodescendientes en Argentina, Latinoamérica y diversas partes del mundo, nos cuenta: "El libro Hermanas surgió de un proyecto presentado por Guadalupe Román a la editorial Legüera cartonera". Guadalupe es una de las mujeres más activas, junto a Mirta Alzugaray, que tiene esta maravillosa Casa de la Cultura en Santa Fe. 

Lucía también escribió en este libro varias poesías de su autoría como “Busco”, “Rememorar”, “3 de Diciembre. Paseo de las tres cultural” y “Me quiero”, que no sólo muestran su larga experiencia con la pluma, sino también un profundo conocimiento de la literatura afrolatinoamericana. Nicomedes y Guillen agradecidos. “Fue maravilloso”, nos dice Lucía, “fue la primera vez que mujeres afrodescendientes argentina pudimos escribir lo que sentíamos y dentro de la amplitud de lo que es ser mujer, sentir el empoderamiento que tenemos cada una y como visualizamos esta temática”.

VI. Jésica

Jésica Salinas Lamadrid se autoidentifica como feminista en formación e integrante de la Red Federal de Afroargentinos/as del Tronco Colonial. Es sobrina de María Elena y Carlos Lamadrid, presidenta y secretario –respectivamente– de la Asociación Misibamba de Ciudad Evita. Además de ser militante, Jesy –como le dicen en familia–, baila y canta en el grupo Misibamba los candombes transmitidos de generación en generación. Su primer poema comienza así: “Me dicen que no soy Argentina/que provengo de otra tierra”. Y agrega: “Si mi piel es poco oscura/más oscura es mi esencia”. Un comentario especial merece “Cascabelera”, poema que nos conmueve. La autora describe a través de este objeto de control social usado durante la esclavitud “el dolor del sonido”.

“Cascabelera 

Suenan los grilletes al compás del canto, suenan cascabeles con el dolor”.

Remata:

“Un alma se aleja y se va 

Hoy consiguió la libertad”.

Pablo Cirio, antropólogo y etnomusicólogo, en una publicación de Facebook celebra la realización de Hermanas y agradece su poema y de manera cómplice agrega: “Ella sabe por qué”. 

VII. Melisa

Melisa Lamadrid, prima de Jésica, se autodefine como afrobonaerense, cantora, artesana y militante afrofeminista, madre y militante social.

Tal vez una de las más crípticas e introvertidas, es hija de Carlos Lamadrid. Por su presentación y su poesía, Melisa tiene un fuerte vínculo familiar; su poema culmina haciendo referencia a una de las relaciones sororas más preciadas de una madre:

“Luna llena siempre eterna

siempre presente como una madre

silenciosa que vigila al hijo dormido

Luna llena es lo único más grande que nosotros.

Úrsula será lo que quieras ser”.

VIII. Haydée

Ya en su presentación llena de poesía y ancestralidad, Carmen Haydée Vázquez Quiroga (74) se identifica como santafesina nacida en Helvecia, chozna de mozambiqueños, y nos susurra al oído uno de sus secretos más preciados: “Calabó y bambú, bambú y calabó, es el sol de hierro que arde en Tumbuctú”. El tesoro recibido de su tatarabuela es un fragmento de “Danza Negra”, de Luis Pales Matos, uno de los poetas afropuertorriqueños más exponentes de la poesía afroantillana. De las tres poemas de su autoría uno nos revela:

“A tambor batiente olvidan sus penas 

airairó, airó airó

tambó, tambó , tambó , tambó”.

Tal vez un canto antiguo afrosantafesino muestra el conocimiento y la intuición para retratar un paisaje afroargentino desconocido. 

IX. Analía 

Analía Cecilia Espinosa es integrante de Misibamba , al igual que Jésica, baila y canta en el grupo. Vive en La Matanza. 

En su texto Analía nos cuenta cómo se vinculó a la música desde su niñez escuchando los ritmos folclóricos que siempre sintió que fueron un legado familiar. Siempre supo de su descendencia afro por parte de madre pero hace poco descubrió que esa descendencia afro también estaba en su padre. Analía piensa el autorreconocimiento como estrategia .

“El autorreconocimiento nos da nuestra identidad para reconstruir, comunicar y valorizar la historia, nuestra historia”.

X. Deje

Djanira Abreu o Deje, como le dicen sus hermanas, es artista visual multiperformática. La plástica, el arte textil, la cerámica, el video y la fotografía son parte de su espectro afrocultural. Deja es Licenciada en Artes Plásticas en Bahía (Brasil), uno de los polos más importantes de cultura afroamericana. Como dijo Bob Marley cuando la visitó en los 70: “Un pedazo de África en América”. Ella es una colaboradora incansable de la Casa Indo-Afro-Americana “Mario Luis López” de Santa Fe, colaborando en el programa de radio de esta última institución.

En su texto nos narra escenas del carnaval de Brasil con una mirada sobre las estrategias de resistencia cultural en ese país. Hoy esas mismas resistencias del arte y la política aprendidas en su tierra natal son utilizadas en Argentina. Lo que muestra, sin duda, el carácter heterogéneo de la lucha de los afroargentinos del Tronco Colonial.

XI. Claudia

Claudia Carolina Margosa Conti es afrochaqueña de Resistencia. Se define como militante social a través del arte. Y es fundadora, junto a Javier Flor “Jao”, de Autoconvocados Afrochaqueños A.Afro.Ch, parte de la red nacional. Se desempeña como bailarina, profesora de danzas y coreógrafa. Dirige “Danza e Identidad” donde desarrolla la estética del arte afrochaqueño. 

La escritura de Claudia es de una profunda sensualidad así como el arte que realiza sobre el escenario. El conversatorio fue el momento donde toda esa energía plasmada en palabras toma un verdadero poder de sororidad afroargentina: “Fue un momento muy nuestro, y con la intención, las ganas y el deseo de compartirlo con todos y todas las que estaban ahí”. Y concluye: “Fue muy mágico, una sensación de absoluta calidez y de empatía. Ese abrazo colectivo cuando terminó la ronda fue de mucha complicidad y sororidad, con la diversidad de edades que había. Después se completó todo bailando chamamé y danzando con los tambores. Fue una noche muy plena”.

El final de su presentación es una fiel muestra de su pluma guerrera. “El cuerpo porta historias que corren por la sangre, sangre que dice, que grita ‘esto somos, aquí estamos ¡Sangre negra!”.

XII. Marta

Marta es tamborera y su nombre completo Marta Robles Lamadrid. Muestra su linaje afroporteño reconociéndose como sexta generación de africanos y africanas esclavizada/os. Ella nos cuenta que: "Gracias a estos encuentros me lancé a escribir cada vez más. Antes no lo hacía nunca". De sus dos poemas,  “Afroargentina soy” muestra en pocas palabras la profundidad y complejidad de la mujer afroargentina. “Afroargentina soy” nos deja pasajes de mucha sinceridad humildad y profundidad. 

“Mujer afro que 

en mi siempre estuviste”

Replica:

”ya aceptando mi ancestralidad

mi sentir en cada toque de tambor”

Y remata:

¡“NEGRA SOY Y QUÉ!”

 

*Esta nota eligió la x para abarcar ambos géneros, mostrando un perfil original y definido en su lucha de género.