Del grupo los Salieris de Charly

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Del grupo los Salieris de Charly

31 Marzo 2018

Foto: Cari Aime
Por Jorge Hardmeier

Santiago Grandone publicó en 2013 el álbum “Vicente Mazeira” – nombre de su bisabuelo materno –  en 2016 “Cuadrados” y en este 2018 “Psicotropidelia”. Nos encontramos en el Bar Lamarca, Flores. A falta de ginebra, pedimos una cerveza. Santi, muy joven, resume su trayectoria: "Empecé a tocar tipo a los siete años la guitarra, con un profesor particular, aprendiendo folklore, música clásica y ejercicios. Después empecé a tocar el piano, a los nueve. Tenía un piano en la casa de mi abuela y había aprendido teoría y solfeo. Seguía estudiando guitarra, o sea que sabía cómo se formaban los acordes. Me saqué todos los temas de Sui Géneris en el piano, era re fan, no lo podía creer, era como que conocí algo que era muy distinto a mi realidad. Yo nací en una familia católica, clase media, conservadora. Y nunca dejé de tocar, después empecé a armar bandas y a componer tardíamente, digamos, como a los dieciséis, diecisiete, tengo amigos que componían desde más chicos. Para mis dieciocho años yo quería un piano y mi viejo me regala un auto, yo tenía piano eléctrico y quería uno vertical, de madera, acústico. Un piano. Y mi viejo me regala un auto. Vendo el auto, me voy a grabar a Circo Beat, el estudio de Fito Páez, un disco con mis primeros temas. Eso fue subirme a un caballo y choqué contra una pared de la realidad. Me había empezado a gustar Lisando Arastimuño. Mis amigos iban a bailar, otra onda. Grabé ese disco, al auto lo vendí y lo transformé en un disco que se llama “¿Así?”. Creo que se lo podría haber dedicado a mi papá y a la Fiat. Desde ese momento empecé a salir mucho, era un pequeño niño capitalista. Empecé a ir a ver a Tomi Lebrero, al Pacha, después empecé a tocar con Tomi, de esto hace siete años, que empecé a salir por el under. Con Tomi estamos grabando el disco más largo de la historia. Tiene como ciento treinta canciones, ya grabé como cien. Hice mi viaje hippie, fui a Latinoamérica, después volví, grabé “Vicente Mazeira”, un disco muy para adentro, tuve una hija, después “Cuadrado” y ahora este disco que es, creo, el que quería hacer desde siempre, que lo fui haciendo como de a pasos.

Cuando el arte ataque

La camarera venezolana arrima la segunda cerveza. Santi me narra el punto de inflexión entre “Cuadrados” y su nuevo disco: "Venía de grabar “Cuadrado”, que lo grabé con mi banda, un trío…y se sumó un productor, Alfonso Barbieri, que fue muy sutil y fue un disco bastante crudo de la banda; a mí me gustó, pero me gusta cuando hay varias cosas sucediendo. Ese disco lo quería así, crudo. Tuve la necesidad de componer. Me fui de retiro compositivo tres días y compuse doce temas en tres días y dije, bueno, de acá sale el disco (refiriéndose a “Psicotropidelia”). Tenía ya otros temas. Compuse cuatro temas por día, algo así. Me fui. Me gusta componer y como vivo en familia y no tengo mucho tiempo de silencio en mi casa, capaz que me pongo a componer un tema y cae Gaby, llora Aurora. La soledad a veces cuesta. Así que me hice un retiro. A Tigre, me fui. Y compuse otros temas, y tenía otros temas que justamente compuse con Gaby, mi compañera. Cuando los tuve quise grabar el disco de quince temas ya. Me encontré con Guli, que tiene su estudio en la casa, Agustín Bucich, tiene su estudio que se llama La Alfombra Mágica. Yo había escuchado su disco, que había salido el año pasado y me había encantado. Me sentí muy par de él. Y le escribí y le dije: "che, mi próximo disco lo quiero grabar con vos". Así que nos encontramos cuando yo ya tenía los temas maquetados y se los pasé. Y la verdad que encontrarme con él fue algo buenísimo, porque es de esas personas que no hacen las cosas por guita, que lo hacen porque les gusta y por amor al arte, de alguna forma. Hubo guita de por medio, pero fue como nada importante, el chabón se copó y le puso mucho trabajo. La verdad es que no había trabajado con alguien así, de trabajar a la par, siempre hice las cosas más solo. Por ejemplo, en “Cuadrados”, terminé produciéndolo yo, Alfonso como que estuvo en unos ensayos y vino a la grabación, pero no estuvo en la producción en sí".

Hay un salto notable entre “Cuadrados” y el nuevo disco de Santi: "Es eso, el laburo. El amor. Igual los temas, desde la composición, ya son distintos. Las letras. Este año creo que voy a grabar otro disco, si pudiese, me encantaría. No sé, pero lo próximo que haga me gustaría que fuera distinto también, como cantar más grave, menos afectado o con otra afectación, pero escribí distinto. A mí lo que me motiva a hacer arte es que vayan cambiando las formas. Y poder mutar, que eso también es lo que me motiva en la vida. 

APU: ¿Te referís a la gente que encuentra la fórmula y la repite hasta el hartazgo?
SG: Yo no lo puedo hacer porque es una imposibilidad mía. Eso es una virtud y otras veces es una imposibilidad, es así. Me parecen bien las dos cosas. Que cada uno elija su camino, si alguna vez llego a encontrar una fórmula y la empiezo a repetir no me juzguen… Ojalá la encuentre… es guita…

Carcajada y pedimos otra cerveza y, por favor, maníes. “Psicotropidelia” es un disco crítico a la escena musical actual, una autocrítica y un comentario sobre el álbum mismo y todo con un dejo irónico casi macedoniano, ya desde el título, un neologismo digno de Macedonio Fernández.

En el tema que da título al álbum, Santi escribe: Otra época despierta / como los años sesenta / escenarios más brillantes / pero los mismos problemas / Pocos poetas/ gente vacía (…) Ellos son los chicos de / la psicotropidroguidelia / un buen circo para hacer / reír a tías y abuelas (…)

Santiago explica: "Ese tema lo hice antes de conocer las bandas nuevas que están saliendo. Me pareció que la escena necesitaba psicodelia. El tema es de principios del año pasado. No era un palo a la escena local. Es un toque un palo, voy a ver bandas que me embolo. Hay muchas que me gustan. Pero en muchas cosas me parece que el posmodernismo dice que toda cosa es arte. Es pose. A mí me gusta que el arte me llame la atención y que me conmueva, como las personas. Sentí que estaba aburrida la escena pero que se está poniendo. Y también es por uno, por eso hice el tema, una crítica hacia mí. Y también “psicotropidelia” lo saqué de esa palabra que dice el tema “Psicotrodroguelia”; que le taché un drogui más por ritmo poético.  Estamos en un quiebre de época. Está todo más facho, el mundo está pidiendo arte, como que el arte sea más –a mí me pasa eso – contestatario, me parece que somos un reflejo de lo que estamos viviendo. Hay que divertirse más, es fundamental, que sea divertido, que tenga un valor… Yo lo que busco es cada vez divertirme más. Cuando escucho canciones tristes, la melancolía, es como que me liberan, me sacan un peso. Yo quiero hacer canciones tristes y también canciones contentas". 

Le robamos melodías a él

“Psicotropidelia” es un disco optimista, por llamarlo de alguna mala manera, un Santiago Grandone más energizado y más García con respecto a “Cuadrado”: "Yo soy muy fan de Charly, siempre lo fui, es mi ídolo. Y me pasó que cuando empecé a cantar estos temas, me senté en el piano y sentía a Charly y necesitaba diferenciarme de Charly. Entonces agarré la guitarra, siempre toque la guitarra, y también la idea de cantar al frente, cantarte un tema acá, con la guitarra, cara a cara, para aprender a cantar, más que nada. Y en este disco dije: vuelo la guitarra y voy a tocar teclado, voy a hacerme cargo de mi Charly, de esa influencia. Este disco es un homenaje a Charly. Cuando Charly sacó el disco el año pasado yo no le tenía nada de fe, y me súper emocionó, hasta usé palabras en el disco, sin saber, dije: voy a sacarme a Charly de encima, como que en los discos anteriores no me hacía cargo del Charly que tenía adentro, y en este disco sí me pude hacer cargo, aparte lo hice con Guly, que también es re Charly, es esa onda Charly, Spinetta, esa sonoridad de los ochentas, que te lo ponés a analizar es: batería electrónica, teclados, y una cierta actitud, también. Aguante Charly, me parece que todavía no se lo reconoce como se lo debería reconocer. En mi disco hay muchas referencias a Charly, te digo, el primer tema: “Otra época despierta como los años sesenta”, tiene la acentuación de Peperina, ahí hay una cita a Charly. Después, “No me gusta el romanticismo”, el estribillo es igual a “Reloj de plastilina”, por eso digo en la letra qué patético estribillo… Santi autocomenta sus letras en la misma canción: Es que para evolucionar necesito cuestionarme vivo". 


Lo que vendrá

La cerveza se termina: "El año pasado estuve muy triste. La verdad es que estaba necesitando mucho componer. Estuve re triste. En un momento tuve como mucha depresión, y me fui a hacer este retiro, compuse todos estos temas y después de ahí me curé. Era lo que necesitaba, estar solo, hacer algo así, necesitaba un retirito. Así que ya sé cómo curarme cuando estoy mal. Irme, verme, despejarme. Me había llamado la atención eso. Es necesaria la soledad, a veces, para algunas cosas. A veces sí. Y en otras la soledad no está tan buena. No hay cosas que estén bien o mal, es según el marco… a veces robar está bien. Tenés hambre y robás algo en el supermercado, conozco gente que lo hizo. Estaban pasando necesidad y lo necesitaban hacer. En un momento límite puede ser que algo que ves con otro foco está mal, pero en otros casos está bien. Si robás sin faltar el respeto, está bien.

APU: Me dijiste que querés grabar otro disco este año, ¿Lo tenés ya en la cabeza?

SG: Ahora estoy escribiendo rap, porque todavía no incursioné en el estilo y veo que es lo que va. San ti lanza una carcajada: No creo que me convierta en un rappero, pero soy fan de Nathy Peluso, me parece que va más allá del rap, es un lugar, moderno, otra estética. Me parece que está bueno abordar la mayor cantidad de estéticas que puedas. Mientras te identifiques y las quieras hacer, la cosa es hacerlas. Hacer siempre lo mismo es re aburrido. 

La amable camarera venezolana nos cobra, Santiago posa para las fotos, en Flores anochece.