Alejandro Iparraguirre: “Los videojuegos tienen que trabajar la institucionalidad, la búsqueda de identidad”

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Alejandro Iparraguirre: “Los videojuegos tienen que trabajar la institucionalidad, la búsqueda de identidad”

11 Julio 2015

 

Por Boris Katunaric

Agencia Paco Urondo: ¿Cuál es la situación actual de la industria de los videojuegos en el marco de la producción nacional, en el desarrollo?

Alejandro Iparraguirre: Respecto al desarrollo de los videojuegos en Argentina podemos decir que hay dos miradas: una positiva y otra más pesimista; yo soy el de la mirada positiva. La realidad tiene que ver con lo que viene a futuro. Tenemos un montón de empresas que están disolviéndose porque les cuesta adaptarse a un modelo de negocios distinto. Venimos de una industria de desarrollo de muchos años que lo que hizo fue exportación de servicios. Hoy estamos en un desafío que es el de generar propiedad intelectual. A las empresas les cuesta mucho adaptarse a ese modelo, no porque les falte creatividad, sino porque están estructuradas de otra manera, porque ese modelo de trabajo se les complica o porque lo saturan. Entre 2010 y 2012 hubo, lo que se llamó "burbuja de los juegos sociales", donde crecían empresas de 200 0 300 empleados y eso saturó el mercado, digamos que dentro de lo que fue un modelo de dependencia de los videojuegos.  Con "dependencia" me refiero a una persona jugando y dándole click a algo y esa permanencia genera una monetización, y la realidad es que el consumidor se saturó de eso. Hubo una gran cantidad de juegos con ese modelo y sin respetar a los videojuegos y trabajando con un concepto de monetización y no tanto con la creatividad.

La realidad es que hoy hay 15 comunidades de juegos organizadas en Argentina, desde Resistencia, Chaco hasta Bahía Blanca. Cuando digo "organizadas" hablo de 30 o 100 chicos que se juntan y trabajan bajo el marco de eventos como el Game Work Jam que tienen nueve sedes en Argentina y próximamente va a haber en Bolivia. Son modelos de emprendedores de juegos en donde se arman equipos, cooperan entre sí, hay una comunidad muy grande. Para mí eso es el futuro de los videojuegos, está recontra asegurado, tenemos una base de la pirámide maravillosa.

APU: ¿Cómo se encuentra este sector dentro del MICA? 

AI: Estamos al lado de sectores como el editorial, el de la música que son monstruos y nosotros trabajamos como un sector más, nos vinculamos con los otros sectores. Que podamos coordinar un área de videojuegos en el Ministerio de Cultura de la Nación es importantísimo. Uno de los tres puntos que son fundamentales y que hay que trabajar es el tema de la institucionalidad. Los videojuegos tienen que trabajar la institucionalidad, la búsqueda de identidad, que también es latinoamericana, y luego hay otra cosa que tiene que ver con una cara interna: mostrarle a Argentina, al consumidor argentino y decirle que acá se hacen videojuegos y que los pueden jugar, eso también falta. El rol del Estado tiene que estar para eso. El MICA es un inicio de eso, tenemos unos años venideros, más allá de los partidos hay un interés político, es decir política de Estado, es algo muy fuerte pero la clave de los videojuegos es la instrumentación porque el impacto social que generan es muy grande. Entonces, sí, asociamos a la cultura lo que hacemos, si no, miremos la encuesta de lo que hizo el Simca.

APU ¿Cuál sería el porcentaje?

AI: El 30% de la sociedad asume que juega videojuegos periódicamente, es un montón de gente. No es solo eso, si subís a un colectivo de cinco personas que están con el celular hay dos que están jugando.

APU: ¿El MICA sirve para la interdisciplina con los otros sectores?

AI: Hacer videojuegos es multidisciplinario, entonces te encontrás con un diseñador y con un ilustrador que nunca se pensó haciendo un personaje de videojuegos; lo mismo con un músico, un equipo de videojuegos necesita un músico, obviamente. Claro que puede. Y eso pasa acá en el MICA. Hay un montón de artistas de otros sectores que dicen ¿qué pasa acá? Lo venimos viendo con los coordinadores y lo hacemos juntos, lo potenciamos.