Elecciones 2025: el peronismo, cada vez más bonaerensedependiente

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Elecciones 2025: el peronismo, cada vez más bonaerensedependiente

14 Noviembre 2025

Pasado unos cuantos días de las últimas elecciones de término medio se puede afirmar que sus resultados, sorprendentemente, no sorprendieron sino confirmaron algunas certezas, especialmente cuando los fenómenos no se miran sólo desde la coyuntura, sino desde lo estructural y las tendencias a largo plazo.

Como referencia inicial, un recuerdo. En las elecciones del 27 de abril de 2003, a sólo 1 año y 4 meses del estallido del 2001, Carlos Menem, no el de la revolución productiva y el salariazo sino el que había llevado el peronismo hacia el neoliberalismo, sacaba el 24,45% de los votos y salía primero. En tercer lugar, aparecía con más de 3 millones de votos (16,37%) Ricardo López Murphy el ministro de Economía de Fernando De la Rúa que había sido eyectado de aquel gobierno por movilizaciones estudiantiles contra los recortes en educación. Entre ambos, la derecha sin eufemismos superaba el 41% de los votos con poco menos de 8 millones de argentinos que la elegían cuando el estallido neoliberal estaba todavía demasiado fresco.
¿Por qué este recuerdo? Simple, hay tendencias muy estables en cuanto al comportamiento electoral. Los espacios ideológicos son relativamente persistentes en el tiempo, lo que cambia es la expresión político electoral que los expresa.

El radicalismo supo ser durante el Siglo XX la fuerza que desde la matriz liberal republica expresó electoralmente al espacio no o anti peronista ya que las opciones clásicas del liberalismo argentino (por ejemplo, la UCedé en los 80 o Acción por la Re pública en el final de los 90) no se convertían en sí mismas en opciones electorales competitivas exitosas. lograban ser terceras fuerzas exitosas. Pero, el recuerdo de la frustrante hiperinflación de Alfonsín y la crisis con De la Rúa agotó la experiencia radical en gobiernos nacionales definitivamente durante el primer cuarto del Siglo XXI.

Ese espacio político-ideológico necesitaba otro canal por donde expresarse. Allí es donde hace su entrada el PRO que con un Macri (que pasó a ser Mauricio y que con sus ojitos color cielo rompe con los candidatos de derecha “viejos”, de anteojos “culo de botella” que hablaban en difícil) tuvo por primera vez un candidato electoralmente atractivo y popular en parte gracias a Boca Juniors.  

Claro está que necesitó que el electorado de base radical liberal republicano lo digiriese. Y ese rol lo cumplió Lilita Carrió cuando en 2014 rompe UNEN dejándolo a Pino Solanas hablando sólo en un acto cuando ponía como límite de una alianza al mismísmo Macri. Desde entonces, tuvieron un año para darse a la idea que Macri sería su candidato, y tanto radicales como lilitos fueron a unas PASO que sólo iban a servir para legitimar a un Macri que gracias a esa forma de dirimir candidatos, se encaminaba a la presidencia, para poner fin a la década kirchnerista. Ese PRO, síntesis de toda la historia de la derecha liberal conservadora, desde Cambiemos-Juntos por el Cambio, se comió al electorado radical que fluye naturalmente hacia allí al expresarlo mejor. Hoy el partido centenario está al borde de su sinsentido político.

Luego, el también decepcionante gobierno de Macri, abrió la puerta a un triunfo peronista inesperado ya que era la primera vez que un presidente competía por su reelección y la perdía. Pero, entre la pandemia, la mala estructura de la toma de decisiones del gobierno con un presidente delegado, el desperfilamiento ideológico de la fuerza política, la incertidumbre económica y la inflación, sumada a la no candidatura de CFK y si la del ministro de economía de la inflación del 160%, otra nueva frustración asomó. No extrañó entonces el aumento de la abstención electoral en el 2021, aunque algo se recuperó en 2023.

Algo pasaba ahí. Si “los políticos” tradicionales fracasaban y también lo hacían los empresarios exitosos que por ser tales iban a garantizar el éxito en la gestión pública, la figura rutilante del panelista tertuliano, Milei, un personaje que decía barbaridades, pero que una gran parte de la sociedad estaba dispuesta a escuchar, salta desde los márgenes a la centralidad. Como dice la canción, “como nada puedo hacer puteo” y Milei lo hacía y te interpelaba a romper todo. Ya habíamos probado todo ¿por qué no con romper todo desde adentro?

La aparición fulgurante de Milei nace como opción más de rebeldía de sectores insatisfechos con la economía y la agenda post pandemia y parecía que en el ballotage el peronismo (que si no gana en primera vuelta se le complica cada día más llegar alas mayorías absolutas requeridas) tenía una chance. Era una única bala de plata: que entre un loco, peligroso, desquiciado y la racionalidad de un político del establishment, que casualmente manejaba lo peor evaluado del gobierno de entonces: la economía, aún con la nariz tapada, hasta la misma derecha y por descarte terminara votando por Massa. Pero no pasó y de la nada Milei se convierte en presidente cuando casi en su totalidad el votante de Bullrich en la primera vuelta lo votó en el ballotage.

Milei tuvo como novedad ampliar la base de representación del espacio no peronista, ya que originalmente no se nutrió del antiperonismo, sino de los decepcionados (con el propio peronismo) y de los frustrados (por la incertidumbre económica).

Ahora que transita por la mitad del mandato un par de certezas:


•    Lo único que puede hacer dudar a un ex votante de Bullrich en primera vuelta de hacerlo por los candidatos de Milei, luego de que los gobernadores de JxC aceptaran ir bajo el ala de LLA, al igual que el PRO de Macri, es que el impacto de las denuncias de corrupción en su gobierno, los excesos en el estilo personal del presidente, la falta de republicanismo en sus acciones gubernamentales fuera mayor que la baja de la inflación y la relativa estabilidad cambiaria. 

•    Ahora bien, no hubo para ese elector alguna opción electoral atractiva (el fracaso de Provincias Unidas fue notorio y de ninguna manera se inclinaría por votar al peronismo). 

•    ¿por qué, si ya lo votó en 2023 lo dejaría de apoyarlo ahora, si la opción es el “caos” económico, especialmente luego de que el mismísimo Donald Trump advirtiera que hacía volar todo por los aires si no ganaba y la vuelta del peronismo?

•    Por lo tanto, el votante desencantado de Milei no tenía muchas opciones. Sin opción atractiva alternativa para ellos, lo volvía a votar aún a desgano o se quedaba en su casa.  

Milei tenía que lograr contener al viejo votante de Juntos por el Cambio y a los suyos propios, por eso se vuelca a retener al antiperonismo más que a seducir a las nuevas expresiones de su apoyo original.

Cuadro de elaboración propia sobre datos de los escrutinios definitivos publicados por la Cámara Nacional Electoral

Elaboración propia sobre datos de los escrutinios definitivos publicados por la Cámara Nacional Electoral

La participación electoral no llegó al 68% es la más baja de la historia, claramente se observa que el fenómeno del desencanto y la desafectación sigue presente y que hubo mucho votante de Milei en el ballotage que no fue a votar. En el 2021 podía venir de la mano de la pandemia, ahora ya es estructural y es el dato más preocupante de la elección cuando casi 12 millones de argentinos decidieron dejar de votar. El ausentismo se convirtió en la primera opción elegida y un tercio del padrón electoral voluntariamente se excluyó del mismo, lo que llena de incógnitas hasta el futuro de la misma democracia. 

De los que si votaron lo primero que hay que señalar es que los libertarios en la sumatoria nacional claramente ganan esta elección independientemente de cuál de los tres indicadores claves se tomen: cantidad de votos totales por agrupación, cantidad de provincias ganadas y cantidad de legisladores obtenidos. Pero, y siempre hay un pero, lo hacen perdiendo votos respecto a la sumatoria de votos del espacio en 2023 y 2021. Y este dato es importante.

Si coincidimos en que se produjo esa traslación de votos del radicalismo al pro y de allí a La Libertad Avanza en tanto expresión de espacios políticos con un público electoral compartido, la incógnita era ver cuántos de aquellos votos podía retener. En la hipótesis de máxima retenía todo lo del 2023 y superaba el 53%, de mínima lo del 2021 47,18% y aún ganando no retiene todo lo que podía retener y llega al 40,66%. 

Es una pérdida importante para un presidente que nunca tuvo más imagen positiva que votos obtenidos en el ballotage, o sea que nunca pudo ampliar su base desde el gobierno, sino que se angosta, pero a la vez sigue manteniendo un núcleo duro de aceptación alto (ninguna encuesta marca niveles de aprobación por debajo del 40%).

Ahora bien, que la alianza que sostiene a Milei pierda votos, ganando la elección, no significa que esos votos hayan ido directamente a la oposición y particularmente al peronismo.

Esta es la elección en donde a nivel nacional el peronismo obtiene menor cantidad de votos y también es la que obtiene el porcentaje más bajo, 32,08%, 1,66% menos que en 2021, -4,44% menos que en 2023 y -13,18% menos que en 2019.

Elaboración propia sobre datos de los escrutinios definitivos publicados por la Cámara Nacional Electoral

Elaboración propia sobre datos de los escrutinios definitivos publicados por la Cámara Nacional Electoral

Mientras el padrón electoral de 2025 llegó a 36.470.354 (aumentó 1,71% respecto al 2023), nunca como ahora el porcentaje de votos al peronismo sobre el padrón fue tan bajo: 20,42%. En 2021 lo había votado el 22,88%. En las presidenciales sube, en 2019 cuando gana en primera vuelta llegó al 33,92% del padrón y en el 2023 baja al 25,31%.

En términos generales la elección se polarizó y casi no hubo espacios para terceras fuerzas. Sólo hubo terceras fuerzas competitivas en Chubut, Corrientes, Río Negro, San Juan, Santa Fe y Tierra del Fuego. En 8 provincias (Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, La Rioja, San Luis y Tucumán) la sumatoria de votos entre el peronismo y La Libertad Avanza supera el 80% de los votos positivos en cada distrito. Esas 8 provincias significan 18.575.189 electores, el 50,93% del padrón electoral. 

El espacio de Provincias Unidas tuvo una pésima elección, perdieron cuatro de sus gobernadores: Vidal en Santa Cruz, Nacho Torres en Chubut, Pullaro en Santa Fe, Sadir en Jujuy y Llaryora en Córdoba. Sólo gana Valdés en Corrientes. La Unión Cívica Radical se diluye electoralmente entre refugiándose en algunos distritos, pero compitiendo desde fuerzas diferentes. La izquierda pierde más de 300.000 votos respecto al 2021 cuando había casi llegado al millón trecientos mil votos y ahora no llega a los 850.000.

A nivel de representación parlamentaria los libertarios aumentan la cantidad de diputados y a la vez también aumentan la tropa de legisladores propios puros (porque entran pocos PRO y radicales de los gobernadores aliados), De esa manera, se homogeniza su espacio.

Milei no solo logra mantener la cantidad de diputados mínimos para impedir tanto el juicio político como sostener los vetos presidenciales en diputados, sino que se acerca más al escenario de aprobación de la Ley Bases contando con los aliados permanentes, por lo que, si le interesa, podrá retomar su agenda de iniciativa parlamentaria. En términos generales el peronismo mantiene su representación en diputados (pierde una banca) y la baja sensiblemente en el senado, mientras el radicalismo quedó reducido a la más mínima expresión parlamentaria de su historia

Un dato que no puede pasar desapercibido es que el peronismo no puede sostener una identidad electoral desde el fin del Frente para la Victoria. En 2019 el FRENTE DE TODOS se presentaba como tal en todas y cada una de las provincias, pero ya en el 2021 lo hizo en 2 menos, en 22 ya que en San Luis se presentó como Fuerza San Luis y en Santiago del Estero no se presentó como tal, sino que lo hizo dentro del Frente Cívico por Santiago y en 2023, aun cuando estaba en juego la presidencia, hubo 4 provincias en donde UNION POR LA PATRIA no fue la denominación del peronismo. En Entre Ríos compitió como Más para Entre Ríos y en San Luis como Unión por San Luis. En Misiones compitió dentro del Frente Renovador de la Concordia y en Santiago del Estero dentro del Frente Cívico por Santiago. 

En 2025 FUERZA PATRIA sólo se presentó con esa denominación en 14 provincias (incluye Santiago del Estero en donde le agregó PERONISTA al final). En Chubut, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, La Rioja, Mendoza, San Juan, San Luis, Santa Cruz y Tucumán el peronismo oficial compitió con denominaciones diferentes. 

Por más que en estas elecciones no hubo un distrito único nacional como en las presidenciales, no parece ser una buena estrategia que una fuerza política de carácter nacional no logre mantener una denominación común en la mayor parte del país, lo que aumenta las dudas del porqué del ensañamiento del cristinismo por sobre el gobernador de la provincia de Buenos Aires cuando decidió desdoblar. Si la conducción nacional lleva a que el peronismo tenga disímiles denominaciones ¿por qué cuestionar una decisión en un distrito tomada por quien la gobierna?

En las elecciones generales presidenciales el peronismo oficial logra representación parlamentaria en la cámara de Diputados en todas las provincias. En las elecciones de término medio de 2021 y la de 2025 hubo provincias en donde no logró obtener diputados: en 2021 en dos (Misiones y Río Negro) y en 2025 en cinco (Jujuy, Salta, Misiones, Córdoba y Neuquén). En tres de esas provincias, Jujuy, Salta y Misiones los partidos justicialistas provinciales se encuentran intervenidos por la conducción nacional. Es un hecho inédito y debería ser motivo de cuestionamiento hacia la estrategia adoptada, ya que por lo que se viene observando los votos que se fugan no están volviendo como se esperaba.

Elaboración propia sobre datos de los escrutinios definitivos publicados por la Cámara Nacional Electoral

Elaboración propia sobre datos de los escrutinios definitivos publicados por la Cámara Nacional Electoral

En todas las regiones del país fue mayor el porcentaje de votos a La Libertad Avanza que al peronismo. La diferencia más ajustada es en Buenos Aires donde el peronismo pierde por -0,33%, seguido por la región Noroeste con una diferencia de -0,98%. Las diferencias mayores fueron en la región núcleo centro (Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos) con -24,45%, seguido de CABA con -20,48% y Cuyo con una diferencia de 17,58%. 

El peronismo sale primero en esta elección en 7 provincias, 3 del Noroeste (Catamarca, La Rioja y Tucumán), 2 de la Patagonia (La Pampa y Santa Cruz), 1 de Cuyo (San Juan) y otra del Noreste (Formosa). En Formosa y Tucumán supera el 50% de los votos. En Córdoba termina cuarto y hubo 5 en donde terminó tercero, 2 del Noroeste (Jujuy y Salta), 2 del Noreste (Corrientes y Misiones) y uno de la Patagonia Neuquén. A pesar de salir tercero en Corrientes logró una banca, en las otras no. A su vez hay cinco provincias donde el peronismo saca menos del 20% de los votos (Jujuy, Neuquén, Salta, Misiones y Córdoba) destacándose que en Córdoba (el segundo distrito en cantidad de electores) apenas supera los 5%.

Desde el 2021 el peronismo a nivel nacional se está reduciendo y concentrando en la provincia de Buenos Aires. El 48,61% de los votos del peronismo a nivel nacional se obtienen en la provincia de Buenos Aires (cuando la PBA representa el 37% del padrón electoral). En ninguna región hay una diferencia tan grande entre lo que aporta al voto total al partido. Tampoco le pasa a La Libertad Avanza que tiene votos más homogéneos respecto al peso del distrito (en donde en el peor de los casos el rango más amplio se da con una diferencia negativa de 1,83 puntos en el noroeste.

Elaboración propia sobre datos de los escrutinios definitivos publicados por la Cámara Nacional Electoral

Elaboración propia sobre datos de los escrutinios definitivos publicados por la Cámara Nacional Electoral

•    Respecto a las elecciones legislativas aumenta fuertemente la incidencia de Buenos Aires (5,35) cuando ahora saca un porcentaje superior de 2,51% y levemente CABA (0,18) y Patagonia (0,42) y cae fuertemente en el Noroeste (-3), Núcleo Centro (-1,81), Noreste (-0,65) y Cuyo (-0,49). Comparando con la elección de 2023 aumenta la incidencia en Buenos Aires (3,03), Cuyo (1,09) y levemente en Noreste (0,37) y Patagonia (0,13). La constante pérdida de incidencia en el voto al peronismo de la región núcleo centro está llevando a que en una región que tiene un peso de casi el 20% del padrón los votos de la región al peronismo a nivel nacional apenas llegan al 11%.

Finalmente, se recuerda que en PBA desde el 2009 el peronismo nunca ganó una elección de término medio. 

En 2009 Néstor Kirchner sacaba el 32,18% de los votos y perdía frente a Francisco De Narváez que sacaba el 34,68%, una diferencia negativa de 2,5 puntos. En 2013 sacaba el 32,33% y Martín Insaurralde perdía contra Sergio Massa del Frente Renovador que sacaba el 43,95%. En 2017 cuando CFK perdía su elección a senadora nacional a diputados también perdía el peronismo ante Cambiemos por 5,87 puntos, Graciela Ocaña sacaba 42,15% y Fernanda Vallejos 36,28%. A senadora CFK sacaba el 37,31% y perdía frente a Esteban Bullrich por 4,04 puntos. En 2021 Tolosa Paz también perdía frente a Diego Santilli por 1,18 puntos (Santilli sacaba entonces 39,77%).

En estas elecciones 2025 Taiana también pierde, pero desde 2009 es quien más porcentajes de votos sacó para el peronismo (41,10%), más votos absolutos consigue (3.620.634) y menor diferencia con quien le ganó (-0,33%)

Respecto a la elección de septiembre el peronismo en PBA pierde 199.485 votos. 

Si se suman los 75.000 votos obtenidos en octubre por Alberto Samid respecto a los que obtuvo el partido Frente Patriota Federal en septiembre, al igual que los 117.149 que saca Santiago Cúneo desde Nuevo Buenos Aires y los 78.125 de Fernando Gray desde Unión Federal que no compitieron en Septiembre y apoyaron la lista del gobernador, el peronismo hubiera sumado 271.000 votos, lo que le hubiera permitido ganar la elección. Esos votos a estas listas claramente son opuestos a la lista nacional decidida por la conducción nacional del partido.

Conclusiones

El peronismo se sabía primera minoría, era como la mitad más uno de Boca (que es un símbolo más que un cálculo matemático). Pero en realidad, el no peronismo o directamente el antiperonismo es una porción de la torta más grande, siempre lo fue. Lo que le faltaba era agruparse orgánicamente y desde 2015 cuando usaron sabiamente las PASO lo hacen sin mayores problemas. 

Mientras tanto el peronismo desde entonces ha ido expulsando actores y sectores del movimiento, con una agenda centralizada y de reivindicación de un pasado de gloria que no resulta atractivo para recuperar voluntades, ni expresa las demandas actuales de los sectores que se pretenden representar.

El peso enorme que tiene el voto peronista en PBA se potencia por la caída del voto en el interior, particularmente en zona núcleo central y en el norte y por la dispersión del propio espacio. No es que el conurbano salvará a la patria, sino que si no se reconstruye el proyecto nacional el peronismo quedará confinado a ser un partido provincial. Es inédito que en cinco provincias no haya sido electo ningún diputado por el peronismo, no se puede pretender ser competitivo en serio y sacar en el segundo distrito electoral del país 5% y que eso no genere “ruido” respecto a la estrategia.

Claramente hay que recuperar el peronismo para recuperar la nación y para poder hacerlo hay que sincerarse. Lo primero, reconocer que ya no hay liderazgos incuestionables y que todos somos parte de algo más grande, nadie es la totalidad, todos somos necesarios. Luego que el bastón de mariscal está disponible, que hay quien está dispuesto a hacerse cargo y que es necesario dirimir esa cuestión y no esconderla debajo de la alfombra. Finalmente, que para volver a conectar con los sectores que necesitan ser representados es necesario escucharlos, hacerlos partes y construir entre todos una esperanza que nunca puede ser volver a lo que ya fue, sino la apertura de un camino para una nueva etapa que desde la identidad peronista, que está más vigente que nunca, sea el eje central articulador para recuperar lo que perdimos y supimos ser, el verdadero partido de la paz, el orden, y la garantía de gobierno responsable, en una comunidad organizada, en donde el pueblo pueda vivir feliz.