¿Por qué fracasó la revolución marxista? ¿China es la solución o el final de cualquier concepción socialista?
Frank García Hernández es sociólogo e historiador marxista cubano. Es autor de un reciente libro sobre la revolución cubana (Cuba: una historia crítica) donde también hace un balance sobre los desafíos y problemas de la revolución al estilo marxista. ¿Fracasó el modelo marxista de transformación social?
En una entrevista anterior, APU dialogó con García Hernández sobre la experiencia cubana. En este diálogo, nos enfocamos en la teoría marxista y su propuesta de sociedad comunista. ¿Por qué fracasó la Unión Soviética? ¿Por qué los partidos comunistas derivaron en procesos de "burocratización", crítica sobre la que parece haber consenso de izquierda a derecha? Y la pregunta más incómoda: La salida china, que involucra claros elementos capitalistas pero dirección estatal, ¿es una salida exitosa de la revolución marxista o su final?
APU: ¿Con la crisis de los socialismos reales - desde la Unión Soviética hasta Cuba - , fracasó la revolución marxista, tal como se la pensó en el siglo XX?
García Hernández: Las revoluciones socialistas que arrancan en 1917 con la revolución rusa - algunos la llevan a la comuna de Paris, en 1870 - fracasaron por la falta de democracia obrera, socialista. Cuando la dirección revolucionaria no está en manos de los trabajadores, se va separando de los intereses de las mayorías. La revolución bolchevique no empezó con lógica de partido único, había diferentes partidos. Estaban los bolcheviques pero se toleraba sectores opositores de izquierda. Cuando se desarrolla la guerra civil, esos partidos se van enfrentando a los bolcheviques por las armas. Esto conlleva que se suprima la democracia obrera. Para mi hay que diferenciar democracia obrera de democracia burguesa. No hablo de democracia en abstracto. Ese ha sido el fallo principal. Eso también pasó con los socialismos en África. El tema principal es que la clase trabajadora no tiene el control del gobierno y esa dirigente se vuelve casta, no en el término que lo usa el imbécil de Milei. Eso lo advirtió Trotsky.
APU: ¿Vos te definís trotskysta?
García Hernández: No, soy marxista. Pero Trotsky es una herramienta fundamental para pensar la degeneración burocrática de los procesos marxista. No de defino así porque es poner a Trotsky por encima de Marx, y no estoy de acuerdo. Pero hay cosas que me parecen interesantes y otras que no.
APU: Sigamos en la crítica a los socialismos reales: ¿el problema fue la existencia de un partido único?
García Hernández: No necesariamente, porque puede haber partido único pero la clase trabajadora tenga el control de la dirección de la revolución. Que elija de forma directa a ministros, gobernadores, intendentes, que tenga el control de las fábricas. Que se permita el debate, que no haya censura interna. Después que asuma la forma que tenga que asumir, no defiendo el pluripartidismo per se, pero sí la participación real de los trabajadores.
APU: Hablaste de Marx: ¿No hay un problema en los propios aportes de Marx sobre cómo construir esa sociedad comunista?
FGH: En Marx no vas a encontrar eso. Marx describe el capitalismo. Por eso recomiendo El capital, sobre todo el volumen 1. Él describe, no es el gran militante revolucionario que te va a decir cómo hacer una revolución. Eso es Lenin. Después, cada revolución tiene sus propias circunstancias históricas y sociales. No hay un método de hacer la revolución. Pero lo que no puede fallar es que sean los trabajadores los que tomen el poder. No alcanza con que un grupo revolucionario tome el poder. Y por último, ni Marx ni Lenin hablaron de partido único, esto es una idea de Stalin.
APU: Te llevo a los primeros años de la revolución soviética y la NEP, la propuesta económica de Lenin, que incluía elementos capitalistas. ¿Qué fue para vos la NEP?
FGH: La meta final de la revolución marxista es una sociedad con una sola clase, de los trabajadores, y sin Estado. Es el objetivo de la sociedad comunista. Después está el cómo, el proceso, la coyuntura. La NEP era necesaria, dicen muchos economistas marxistas, para que creciera la clase trabajadora, porque esa Rusia era muy rural. Era difícil una revolución así. No son iguales las relaciones de producción en la ciudad que en el campo.
APU: ¿Pero esa discusión no es similar en China, que pasó de una sociedad rural a otra urbana? No nos adelantemos pero entiendo que decís que China no es marxismo ni comunismo.
FGH: No, porque la gran diferencia es que Lenin lo propone como algo provisional. Dice muchas veces que es un peligro. Lo veo como una etapa coyuntural. Fidel Castro en la década de 1990 hace algo parecido. Abre la economía al sector privado pero como algo a revertir. En el caso chino no es así. En el último Congreso del partido comunista llaman a acelerar la expansión del sector privado. En la constitución china advierten sobre la desviación de izquierda, no de derecha. La crítica de izquierda qué dice: esto es capitalismo, no comunismo. Los chinos vieron la crisis de la Unión Soviética y permitieron las empresas capitalistas pero manteniendo el poder político. Pero las principales empresas en China hoy son capitalistas.
APU: Para vos China no es reivindicable en nada, no? ¿Es más, para vos es un problema para la concepción marxista?
FGH: Nada. China le vende de todo a Israel, por ejemplo. No le importa nada. China es hoy imperialista. Defino imperialista a un país que exporta capitales a otros países. Eso lo explica Lenin. Es lo que hace China, que defiende a sus empresas capitalistas en los países donde estén. No van a apoyar revoluciones socialistas.
APU: Evita dijo de Marx que ella reivindicaba al Marx militante - porque proponía unir a los trabajadores como el peronismo- pero cuestionaba al Marx teórico en dos aspectos, que para ella eran antipopulares: la crítica a la religión como opio de los pueblos y la crítica a la propiedad privada. Para ella, religión y propiedad privada son elementos populares. Recordé este debate, muy propio del peronismo, cuando leí en tu libro cómo la apertura de Raúl Castro a la iniciativa privada fue recibida con mucho respaldo popular, por ejemplo.
FGH: El modelo estatista de Cuba falló y ante ese fracaso la gente puede querer la privatización. Pero no es la única alternativa a ese fracaso. Otra alternativa puede ser el control de los trabajadores sobre los medios de producción. Pero Cuba no le propone eso a los trabajadores. La única opción entonces es el Estado o la iniciativa privada. Puede ser que la gente ahora termine eligiendo a las empresas. Pero esa privatización, en el sector del rubro alimenticio, es lo que está haciendo subir el precio de los alimentos. Antes tenías comida subvencionada. Ahora el Estado se corrió y manda el libre mercado.
APU: Vos hablás de la importancia de la participación de los trabajadores pero qué pasa cuando esos trabajadores participan y dicen: me parece bien la iniciativa privada.
FGH: La apertura en Cuba fue muy oportunista. Siempre se le dio a la gente un modelo estatista y ahora se le da otro, después de 50 años. Si durante todos esos años dijiste que eso era socialismo, es lógico que los trabajadores quiera otra cosa. Como cuando se habla de democracia desde Miami, no quieren democracia de los trabajadores. Van a reprimir a los trabajadores.
APU: Te definís un militante de la revolución marxista o comunista. ¿El marxismo es una concepción agotada?
FGH: El Che Guevara decía algo que me gusta. O hay revolución socialista o hay caricatura de revolución. Veo mucha lucha. No veo al marxismo agotado. Hay estallidos en todos lados. Solo la teoría marxista es la que permite que las rebeliones populares tengan un programa de transformación real. Es socialismo o es barbarie. Si no triunfa una sociedad comunista el capitalismo va a destruir al planeta. Y cada vez más vas a ver esta barbarie que ves en tantos países, como Milei en Argentina.
"En el último Congreso del partido comunista llaman a acelerar la expansión del sector privado. En la constitución china advierten sobre la desviación de izquierda, no de derecha. La crítica de izquierda qué dice: esto es capitalismo, no comunismo. Los chinos vieron la crisis de la Unión Soviética y permitieron las empresas capitalistas pero manteniendo el poder político. Pero las principales empresas en China hoy son capitalistas"