Venezuela: las camisetas rojas ocupan la escena

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Venezuela: las camisetas rojas ocupan la escena

29 Julio 2017

Por Geraldina Colotti

Cobertura especial, desde Caracas

En Caracas, la avenida Bolívar desborda, y desbordan también las vías adyacentes. En el palco, todos los y las dirigentes del socialismo bolivariano. El presidente Nicolás Maduro toma unos binoculares para mirar dónde termina la multitud. Es el principal acto de clausura de la campaña electoral para la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Este domingo 30 se vota.
El discurso del presidente culmina con un nuevo llamado a la oposición para un “acuerdo de unidad nacional” y el inicio de una nueva “mesa de negociaciones”. Algunas formaciones, como Un Nuevo Tiempo, Avanzada Progresista y Bandera Roja, han adherido.

En estos días, el jefe de los mediadores internacionales, el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, ha tenido diversos encuentros con los líderes de los partidos de oposición y ha aparecido relativamente optimista. Se ha encontrado también con Leopoldo López, jefe de la extrema derecha de Voluntad Popular.

Luego, han aparecido dos videos. En uno se ve a López, condenado a casi catorce años por los hechos de violencia del 2014 y ahora en prisión domiciliaria, atacar al gobierno y la ANC y volver a proponer la agenda de su equipo (la Mesa de la Unidad Democrática– MUD). En un segundo video -considerado falso- parece que, en cambio, invita a participar a la Asamblea Nacional Constituyente. ¿Un doble mensaje como es costumbre de las derechas que juegan siempre en dos mesas? Mientras tanto, la fake woman Lilian Tintori, su esposa, ha partido para Miami con la familia. Otros dirigentes extremistas tienen el pasaporte listo.

En el campo, quedan los pasdaran de las “guarimbas”, que han provocado más de cien muertos y daños por millones de dólares: jóvenes de las clases ricas, exaltados o aburridos, o mercenarios. A aquellos de buena fe, a quien tiene razones para protestar aunque ignorando los orígenes de los problemas, Maduro les ha ofrecido una orilla repitiendo el slogan “votos sí, balas no”. Una consigna inversa a aquella impuesta a las protestas durante la IV República. En los bloqueos de las calles que prosiguen en las zonas bien de la capital quedan poquísimos encapuchados, pero que tienen como rehenes a enteros barrios de la capital y han provocado la intolerancia de cuantos, en la oposición, quieren lanzar algún grito, pero no a costa de renunciar al propio estilo de vida.

“Uno de mis más grandes errores ha sido el de haber subestimado el potencial violento de la oposición”, ha dicho Maduro en una entrevista a RT. Luego de las 48 horas de “paro general” -que fracasó no obstante los falsos datos difundidos por los medios- la MUD ha lanzado la “Toma de Venezuela”. Los Estados Unidos han invitado a sus conciudadanos a dejar Venezuela o a no salir de casa. Para el día del voto ha partido la prohibición a manifestar por 24 horas, bajo una pena de diez años de condena. La medida ha sido impugnada por la ONG “Espacio Público”.

Los Estados Unidos han emitido sanciones para trece funcionarios públicos del gobierno de Maduro. Entre ellos, los jueces del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el máximo organismo de equilibrio y garantía de los cinco poderes de los que se compone la República. “Aquí comanda el pueblo, nosotros estamos a su servicio para una función de garantía. No tengo cuentas en el exterior, no me han golpeado personalmente. Se trata de una medida para echar descrédito sobre el proceso bolivariano, una medida de carácter neocolonial”, nos ha dicho ayer el presidente del TSJ, Maikel Moreno.

El TSJ se encontró el jueves con los visitantes internacionales, movimientos y organizaciones provenientes sobretodo de Latinoamérica, pero también de los Estados Unidos y de Europa. Los mexicanos han rechazado las declaraciones de su gobierno, que ha anunciado querer concordar a las sanciones emitidas por Donald Trump y avaladas por Europa. Los colombianos han denunciado y rechazado los planes de la CIA con México para derrocar al gobierno de Venezuela.

“Compañeros magistrados”. Así ha comenzado el presidente, suscitando un efecto chocante en los poquísimos europeos presentes. En sus palabras, la conciencia de presidir un paso delicadísimo del “proceso bolivariano” (“un proceso, en efecto, no sólo una jornada de voto para la ANC”), sino también un paso histórico: que hace “memoria”, jurídica y política, poniendo las decisiones en las manos del “poder popular”.

Entre los “sancionados” también está el ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino López, figura influyente fiel al socialismo bolivariano y sordo a los reclamos al golpe dirigidos por las derechas a las Fuerzas Armadas. “Estamos en Revolución pacífica, pero armada”, ha dicho muchas veces Padrino, repitiendo las palabras de Chávez. En estos días se ha hecho filmar durante una ejercitación militar: también para mostrar la plena recuperación de un tumor del cual había sido afectado.

En la OEA, el secretario general Luis Almagro, emisario de Washington contra Maduro, tuvo inmediatamente otro stop: sólo trece países han respondido a su nueva llamada contra la Asamblea Constituyente en Venezuela. Esta vez, también Uruguay ha hecho muro. El presidente boliviano Evo Morales ha advertido que han sido preparadas las condiciones para una agresión de Estados Unidos a Venezuela. También Nicaragua, golpeado por sanciones financieras emitidas recientemente por los Estados Unidos, ha lanzado la alarma. Para toda la América Latina progresista, Venezuela es una verdadera Stalingrado. La intervención contra Caracas está alzando el margen del nuevo colonialismo: las instituciones que obstaculizan los intereses de grandes conglomerados internacionales se pueden cancelar impunemente, con el silencio, el descrédito y el apoyo a la subversión interna disfrazada de “legítima rebelión”. Venezuela parece haberse convertido en el único país en el que flor de “pacifistas” defienden hasta el linchamiento con el fin de cancelar al insoportable obrero del metro Nicolás Maduro. El jueves, en el encuentro en el TSJ, un compañero del Paraguay ha denunciado que un robo multimillonario ocurrido allí ha pasado bajo el silencio cuando en el país estaba presente Tintori y podría haber servido para financiar a los extremistas en Venezuela. El gobierno de Paraguay -fruto del golpe institucional contra Fernando Lugo- es uno de los más feroces contra Venezuela en Mercosur. Sin Caracas, el Mercosur está firmando el Tratado de Libre Comercio con Europa.

Padrino López ha rechazado “la burla de las sanciones”, que no golpean sólo a los funcionarios, “sino a toda Venezuela”, independientemente de las posiciones políticas. “No podemos construir una comunidad internacional con las bombas, con la guerra, exterminando a la humanidad y al ambiente”, manifestó dirigiéndose a los países subalternos a los Estados Unidos. “Señores imperialistas -añadió-, se necesita respetar a los pueblos, respetar al pueblo Venezolano y su dignidad”.

Ayer, mientras la oposición preparaba la “toma de Venezuela”, otra gran parte del país, que no aparece en los medios masivos, recordaba el nacimiento de Hugo Chávez. “Chávez corazón del pueblo”, cantaban por las calles los obreros de la limpieza urbana.

 

(*) Traducción del italiano: Gabriela Pereira.