Tres claves sobre el proceso electoral: la Provincia, los desencantados y el futuro

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    Foto: Camila Ramírez

Tres claves sobre el proceso electoral: la Provincia, los desencantados y el futuro

24 Agosto 2025

Menos de dos semanas para el 7 de septiembre, tan solo ocho para el 26 de octubre. En el tramo final de la campaña bonaerense, luego del cierre de listas para las elecciones nacionales, y con cierto consenso entre algunos analistas acerca de la configuración de un escenario relativamente favorable para los candidatos de Javier Milei en todo el país, el proceso electoral de medio término entra en su etapa más álgida. 

Sin embargo, múltiples factores dotan el panorama de incertidumbre. La fragilidad del plan económico del gobierno, las internas en el oficialismo y en la oposición, el inédito desdoblamiento de las elecciones en la provincia de Buenos Aires –con sus posibles consecuencias sobre el proceso de octubre–, la suspensión de las PASO y la apatía de una parte importante de la sociedad frente a los comicios son sólo algunos de los elementos a considerar. ¿De qué se hablará en el país en la noche del 26 de octubre? El juego recién empieza.

1. ¿Cómo se gana La Provincia?

La provincia de Buenos Aires (PBA) suele ser catalogada como “la madre de todas las batallas” a nivel electoral. Con cerca de 4 de cada 10 personas habilitadas para votar en el territorio nacional, el distrito que hoy es gobernado por Axel Kicillof resulta extremadamente determinante en todas las elecciones generales que se celebran en nuestro país. Sin embargo, a nivel interno, la PBA se encuentra dividida en ocho secciones electorales cuyas formas de votar no son, ni mucho menos, homogéneas. El próximo 7 de septiembre, como en cada comicio bonaerense, el ganador estará determinado, principalmente, por lo que suceda en la primera y en la tercera, que concentran alrededor del 70% del padrón provincial. 

La tercera sección electoral es el histórico bastión del peronismo. Con La Matanza, Lomas de Zamora y Quilmes como sus municipios más poblados –concentran cerca del 15% del total del padrón-, esta circunscripción ha sido vital para el desempeño de las distintas expresiones electorales del peronismo kirchnerista, con victorias desde el 2005 hasta la fecha, con la excepción del 2009. En las elecciones legislativas nacionales de 2021, por ejemplo, el Frente de Todos quedó a sólo a 1 punto porcentual de Juntos por el Cambio en PBA gracias a ganar en la tercera, aun siendo derrotado en las siete secciones restantes. 

En esta elección bonaerense, que no se presenta sencilla para el oficialismo provincial, Fuerza Patria sabe que debe ganar con una holgura de al menos dos dígitos para dar la pelea en el resultado final conjunto, puesto que se estima que La Libertad Avanza se impondrá en no menos de la mitad de las secciones. De esa manera, resulta lógico que la lista con mayor volumen político del espacio sea, precisamente, la de la tercera, encabezada por la vicegobernadora Verónica Magario, el diputado provincial Facundo Tignanelli y la intendenta de Quilmes Mayra Mendoza -es decir, una matancera adoptiva, un matancero de nacimiento y una quilmeña-. El oficialismo nacional, por su parte, sin muchas caras conocidas jugando, apuesta a una lista encabezada por el excomisario Maximiliano Bondarenko, con un perfil adecuado para una campaña enfocada en la agenda de la inseguridad.

La primera sección, por su parte, es oscilante en su comportamiento electoral. Con los partidos de Merlo y Moreno como más poblados, esta circunscripción suele ser un buen predictor del resultado general de la PBA. En la última década y media, la primera acompañó las victorias del Frente para la Victoria (2011 y 2015), 1PAÍS (2013), Cambiemos/Juntos por el Cambio (2017 y 2021) y el Frente de Todos/Unión por la Patria (2019 y 2023) en las elecciones legislativas generales. Con un escenario que se perfila con una ventaja ajustada para La Libertad Avanza, las dos principales fuerzas políticas ponen a jugar como cabezas de lista a figuras fuertes y con potencial para ser candidatos a la gobernación en 2027: Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, y Gabriel Katopodis, exintendente de General San Martín y actual ministro de Infraestructura y Servicios Públicos del gobierno bonaerense.

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Elecciones legislativas PBA
Infografía: Tomás Bustos

La respuesta corta, entonces, a la pregunta por cómo imponerse en “la madre de todas las batallas”, es ganando en la primera y en la tercera sección electoral. Allí quedará definido, en buena medida, el resultado de los comicios del próximo 7 de septiembre.

2. La avenida del medio y el factor de los desencantados

Al margen del desempeño de Fuerza Patria y La Libertad Avanza, la elección bonaerense tendrá otros factores relevantes a tener en cuenta. Por un lado, con el nombre de Somos Buenos Aires, un armado integrado por dirigentes de distintas extracciones –desde peronistas y radicales hasta socialistas y "lilitos"– se propone revitalizar la ¿ancha? avenida del medio por la que, en su día, se jugaron Roberto Lavagna y Juan Schiaretti. La apuesta es seducir a los no pocos desencantados con Milei y con el kirchnerismo, en una provincia que no está entre las que mejor valoran al presidente, al mismo tiempo que el gobernador Axel Kicillof cuenta con una imagen positiva relativamente magra. 

La potencialidad de Somos Buenos Aires radica en la presencia de algunos jefes comunales en su armado y en el apoyo de la estructura del radicalismo en el interior bonaerense, en medio de una elección en la que, desdoblamiento mediante, se presume que los mismos jugarán con fuerza para imponerse en sus territorios. Julio Zamora, intendente de Tigre, encabezará la lista de senadores provinciales en la primera sección electoral, mientras que Juan Zabaleta, exintendente de Hurlingham y enemistado con el actual mandatario, el camporista Damián Selci, hará lo propio en la lista de concejales de su municipio, dándole fuerza también a Somos Buenos Aires en la primera.

Por otro lado, la elección bonaerense requerirá prestarle especial atención a la cuestión de la participación. En un escenario en el que el peronismo kirchnerista es rechazado por buena parte de la ciudadanía, al mismo tiempo que el gobierno de Milei comienza a generar, progresivamente, un creciente descontento, se estima que no menos de 4 de cada 10 bonaerenses habilitados para votar se quedarán en sus casas el 7 de septiembre. En 2023, hubo un 76% de participación del electorado en la categoría de diputados provinciales por la PBA. En 2021, la participación para dicha categoría fue del 70%. ¿A quién votó, por entonces, ese porcentaje de bonaerenses desencantados que seguramente no irá a votar? Según un reciente estudio de la Cátedra de Metodología para el Análisis de la Opinión Pública de la UBA, en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, la fuerza política que mayor cantidad de votantes perdió a manos del abstencionismo fue La Libertad Avanza. ¿Se repetirá ese patrón en la provincia de Buenos Aires? Será otro de los factores determinantes de la elección.

3. Milei, el presente y el futuro

Aunque el desdoblamiento entre los comicios provinciales y los nacionales configura un escenario absolutamente atípico, y que no se puede extrapolar de manera lineal lo que sucede en dos elecciones de distinto tipo, los resultados que conozcamos en la noche del 7 de septiembre permitirán, de mínima, aclarar parcialmente el escenario de cara al 26 de octubre. Pero, ¿las preferencias electorales de los bonaerenses suelen ser buenas predictoras de las del país en su conjunto en las elecciones legislativas? En líneas generales, sí.

En 2005, el Frente para la Victoria triunfó en la PBA y en todo el país. En 2009, el FPV, con Néstor Kirchner como candidato, perdió la Provincia a manos de Unión PRO de Francisco De Narváez, y aunque no fue éste el espacio más votado del país, sí se dio una victoria opositora de parte del Acuerdo Cívico y Social. En 2013, el kirchnerismo fue derrotado por 1PAÍS, con Sergio Massa a la cabeza, y aunque el FPV fue el espacio más votado de la Argentina, los resultados bonaerenses tiñeron la performance del oficialismo nacional y posicionaron al tigrense como presidenciable de cara al 2015. Por último, en 2017 y 2021, la PBA acompañó a Cambiemos/JxC en sus victorias nacionales.

Ya sin la instancia de las PASO, el adelantamiento de los comicios bonaerenses con respecto a los nacionales puede generar la activación de segmentos del electorado en función de los resultados de las primeras votaciones. Por ejemplo, una eventual victoria de Fuerza Patria podría avivar sensibilidades antikirchneristas de electores que, al menos hasta septiembre, también se sentían distantes respecto de La Libertad Avanza, llevándolos a ordenarse detrás del oficialismo nacional en octubre.

Al margen, la elección bonaerense también aparece como relevante para el oficialismo nacional a nivel económico. En un momento en el que la economía de Milei exhibe múltiples fragilidades, especialmente en relación a la sostenibilidad del nivel del tipo de cambio, el gobierno apuesta a salir del proceso electoral con mayor fortaleza política para avanzar en reformas estructurales, plantear un escenario de previsibilidad e incentivar la llegada de las ansiadas inversiones. Sin embargo, una derrota en septiembre puede ser leída como una señal de debilidad, comprometiendo aún más al plan del gobierno, e incluso, si la situación se saliera de control, pudiendo afectar la competitividad de La Libertad Avanza en octubre. 

De todas formas, ¿qué lecturas podrían habilitar los distintos escenarios que pueden darse en octubre? La evidencia reciente muestra que los comicios de medio término no son buenos predictores de lo que sucede de forma posterior a nivel ejecutivo. En 2009 el kirchnerismo fue derrotado en las legislativas, pero Cristina arrasó en 2011. En 2013, el FPV fue la fuerza más votada del país y, aunque Massa fue el gran ganador, en 2015 el presidente terminó siendo Mauricio Macri. En 2017 y en 2021, Cambiemos/JxC ganó para luego perder sus sucesivas ejecutivas. De esta manera, no caben dudas de que no puede hallarse una relación lineal entre los resultados de las elecciones legislativas generales y los de las elecciones ejecutivas.

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Tras el cierre de listas, todo parece indicar que, para el panperonismo, las elecciones de este año tampoco servirán para aclarar el panorama de cara al 2027. La candidatura de Jorge Taiana –de vasta trayectoria como funcionario y con el respeto de todas las tribus del espacio– como cabeza de lista de candidatos a diputados nacionales de Fuerza Patria en la PBA trae consigo una perspectiva defensiva, con vistas a competir electoralmente sin que ningún sector deba pagar costos por una eventual derrota, y sin aclarar, pero sí posponiendo, las discusiones internas del frente. Se trata de una unidad electoral, a priori, relativamente competitiva, pero que no implica una unidad de concepción ni de acción. No será, entonces, fruto de este proceso electoral el consenso programático para un eventual próximo gobierno peronista, ni la estrategia unificada con vistas al 2027. 

Por lo pronto, pueden identificarse dos grandes hipótesis que entran en disputa en la discusión global acerca del desafío de enfrentar fenómenos potentes y disruptivos como el que encarna Milei en Argentina. Por un lado, la idea de que es un momento histórico para los liderazgos hiper-nítidos, que priorizan conducir minorías intensas antes que construir mayorías inestables o circunstanciales. Por otro lado, la hipótesis lulista, sostenida por aquellos que creen que a la extrema derecha se la combate con grandes coaliciones conformadas por espacios ideológicamente diversos, en defensa de la “democracia”, tal como hizo el presidente de Brasil para vencer a Jair Bolsonaro en 2022. 

En La Libertad Avanza todo es nitidez. Aun con las muestras de pragmatismo que ha sabido dar desde su llegada a Balcarce 50, Milei se muestra de una sola pieza, sin medias tintas, y en esa línea se presentan también sus dos candidatos de mayor renombre para estas elecciones: Patricia Bullrich, primera candidata al Senado de la Nación por la Ciudad de Buenos Aires, y José Luis Espert, quien encabeza la lista de candidatos a diputados nacionales por PBA.
 
En la dirigencia peronista, la hipótesis de la hiper-nitidez sólo parece encontrar algún cauce en figuras como Juan Grabois o Guillermo Moreno, quienes no parecen interesarse por lo que hoy pueda ser visto como “piantavotos” por alguna porción de la sociedad. La alternativa lulista es la que mayores ecos parece encontrar, hasta aquí, en los cabecillas opositores, pero no se trata de una discusión saldada. Al mismo tiempo, luego de la caótica experiencia del Frente de Todos, cabe preguntarse por la viabilidad de un gobierno que integren, por caso, Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa, Miguel Ángel Pichetto, Elisa Carrió y Horacio Rodríguez Larreta.

El proceso electoral que se encuentra en marcha arrojará múltiples claves interpretativas de cara a la segunda mitad del mandato de Javier Milei. No obstante, pase lo que pase en las urnas, no todo estará dicho: la vertiginosidad característica de este novedoso proceso político, el factor del ausentismo, y la aparente fragilidad del plan económico, entre otras cuestiones, permiten prever que, en los próximos dos años, ninguna disputa estará cerrada en Argentina.

*Valentino Cernaz es sociólogo de la Universidad de Buenos Aires.