Su ruta

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    Ruta Nacional 33
    La obra en la ruta 33, antes del abandono.
Crónicas del abismo

Su ruta

18 Noviembre 2025

El cierre del mayorista Yaguar en Bahía Blanca dista de ser sorpresivo, como lo titularon varios medios de comunicación, porque nunca puede serlo aquello que es previsible desde la experiencia histórica y la matemática de suma cero. Pocas cosas hay más lógicas que, tras una caída brutal del poder adquisitivo, el tendal comience a desplegarse.

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Las caídas de los comienzos del macrismo y el anarcocapitalismo.

La noticia sí ofreció, transcurrido menos de un mes de las elecciones generales, una prueba incontrovertible de la liviandad de los eslóganes con los que el elenco estable pretende aparentar coherencia y perspectiva en un programa económico desinteresado en un desarrollo real del país. 

La empresa mayorista adjudicó el cierre a una merma notable en el consumo, y colocó como uno de los factores decisivos a la dificultad de los potenciales clientes de atravesar un sector de empalme entre dos rutas nacionales que estaba en reconstrucción hasta que el gobierno nacional paralizó la obra pública. Ese enlace entre las rutas 33 y 35, que tienen como vértice a Bahía Blanca, es hoy intransitable. 

Puede ser discutible que la baja en las ventas de la cadena tenga a ese problema como factor central, sitial que parece más bien corresponder a otro logro oficial: como señala el presidente Javier Milei, no-hay-plata. La fineza es válida, siempre que se refiera a los bolsillos populares. Como se dijo acá, concediendo que la inflación se haya desacelerado, cada vez menos gente puede comprar lo que se mantiene en precio. Cuesta entender la reválida electoral reciente si, como se analiza, oficia de recompensa a esa ecuación. 

Sea o no un elemento central en el caso del Yaguar bahiense, el problema puntual del abandono de la obra aludida existe, y no es aislado. Varios kilómetros de la ruta nacional 33, entre las afueras de Bahía Blanca y la localidad de Tres Picos, están peor que cuando en 1935 se la trazó: a diferencia de entonces, el tramo no es de tierra, sino de ripio y pedazos del asfalto viejo, que iba a ser reemplazado. Los automóviles deben reducir la velocidad al mínimo y maniobrar con prudencia ante el desafío del terreno. 

La peligrosidad de las condiciones de la carretera, a la que contribuye el desmantelamiento de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, ya fue advertida por el sindicato de trabajadores de Vialidad. Lo llamativo es que el abandono, que incluye puentes fantasma, haya sido naturalizado. Algo difícil de imaginar en momentos de mayor racionalidad política, cuando habría sido temido como piantavotos. 

Dentro del saldo de la desidia debe contarse algo que no siempre se tiene en cuenta: los recursos que la interrupción de la obra convirtió en desperdiciados. Acaso cuando esta experiencia concluya sea necesario rediscutir un andamiaje que impida formas antojadizas de tirar a la basura lo invertido. 

También es una paradoja que el gobierno que se jacta de defender la libre circulación con el “protocolo antipiquetes”, al que destina gran inversión y cientos de agentes, sea el mismo que la obstaculiza con el mal estado de las rutas bajo su responsabilidad. 

No vale la pena hablar de la importancia de las carreteras en el sistema de defensa, cosa que advirtió Juan Domingo Perón la conferencia que se anexó como prólogo a sus Apuntes de historia militar. El gobierno actual ya lo desfinancia en materia salarial, aunque el voto castrense no se da por aludido. Aquí no hay contradicción, porque poco debe prevenir quien se entrega voluntariamente. 

Cumplido casi un bienio de la suspensión de obras públicas, el episodio del Yaguar bahiense evidencia lo inverosímil de la argucia de postular un modelo “a la chilena”, en que los capitales privados invertirían en obras de uso común si también son favorables o necesarias para sus intereses. 

Más allá de Yaguar, no hubo bonetes desesperados por reconstruir la 33, pese a que esa ruta comunica el puerto bahiense con el de Rosario, pasando por buena parte de la provincia de Buenos Aires. La región aledaña a Bahía Blanca está prácticamente desarticulada, porque a esa realidad se suman la interrupción definitiva del único servicio de trenes de pasajeros y el paulatino abandono de los de micros. 

Los cincuenta puestos de trabajo destruidos con el cierre del mayorista engrosarán el universo de casi 200.000 perdidos en todo el país desde noviembre de 2023, según registros oficiales. El gremio de Empleados de Comercio anunció que acompañaría a la empresa si resuelve accionar judicialmente contra el Estado. 

Las próximas elecciones quedan demasiado lejos como para que el resultadismo limite los despojos virreinales y mejore las probabilidades colectivas de corregir las previas extravagancias, esos permitidos al aire en una era a la que la matemática más elemental sorprende con sus obvios resultados.