¿Qué nos queda de la Asamblea de 1813?

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¿Qué nos queda de la Asamblea de 1813?

22 Enero 2019

Por Juan Carlos Martínez (*)

Han pasado dos largos siglos desde que la Asamblea de 1813 dictó diez medidas de enorme trascendencia política, jurídica y humana. Entre ellas se incluyó la abolición de la tortura. Un paso gigante dirigido a terminar con los tormentos a que eran sometidos hombres y mujeres marginados del sistema dominante, un método salvaje empleado por la policía y que luego aplicaron las dictaduras militares, particularmente la que sufrió la Argentina a partir del golpe del 24 de marzo de 1976. La picana eléctrica fue uno de los instrumentos aplicados en comisarías y en los campos clandestinos de concentración, en innumerables casos hasta provocar la muerte de las víctimas. Las democracias que se sucedieron a partir de la abolición de la tortura no fueron ajenas a la aplicación de tormentos. Incluso el propio Congreso de la Nación sancionó en 1987 una ley por la que se excluía al torturador de toda responsabilidad en el empleo de la tortura bajo el falaz argumento de haber obedecido órdenes superiores. Se conoció como la Ley de Obediencia Debida, una atrocidad jurídica y humana que años más tarde fue anulada por el mismo Congreso merced a la resistencia de los organismos de Derechos Humanos y a los cuestionamientos provenientes de prestigiosos juristas y organizaciones mundiales como Amnistía Internacional, entre otras.

Vía libre a la tortura

Cómo será el retroceso que vive la Argentina que a partir de una decisión política del gobierno, tanto el empleo de la tortura como el torturador ya tienen vía libre para actuar con total y absoluta impunidad a la luz del día y ante la vista de todo el mundo. La nueva picana eléctrica se llama Taser, es portátil y forma parte del equipo represivo del que ha sido dotada la Policía Metropolitana junto con el machete y las 45. Si el machete y la Taser no fueran suficientes para poner en vereda a las personas que no entienden por las buenas las reglas de juego impuestas por el poder político, la decisión quedará en manos del policía que cumplirá al pie de la letra con la doctrina Chocobar, aprobada y aplaudida por el mismísimo Mauricio Macri. Es decir, lo que se conoce como gatillo fácil, que no es otra cosa que la pena de muerte que aplica el mismo que la dicta sin juicio previo ni derecho a la defensa de la víctima.

A medida que nos acercamos a la desaparición del estado de derecho, a la anulación de las libertades individuales y colectivas y a la violación sistemática de los derechos humanos, se multiplica la necesidad de volver la vista a la Asamblea de 1813. En su histórica decisión se encuentra el punto de partida para avanzar en la reconstrucción de un país que está al borde de convertirse nuevamente en colonia. Analicemos las diez medidas tomadas por la Asamblea de 1813 y a la luz de la realidad que vive la Argentina saquemos nuestras propias conclusiones sobre cuántas de ellas están vigentes y cuántas se han convertido en letra muerta. 

Diez medidas adoptadas por la Asamblea de 1813

  • Escudo Nacional Argentino.
  • Himno Nacional Argentino.
  • Libertad de vientres.
  • Eliminó mayorazgos y títulos de nobleza.
  • Libró a los indígenas del pago de tributo.
  • Moneda nacional.
  • Abolió la Inquisición y la tortura.
  • Fin al tráfico de esclavos.

Conclusiones   

1) El escudo nacional se desdibuja frente al avance colonizador, especialmente en las islas Malvinas a lo que se suman las bases militares de los Estados Unidos como parte del proyecto de militarizar el país.

2) La misma conclusión hay que hacer sobre el Himno Nacional. Ya no se escucha el ruido de rotas cadenas sino la estridencia de las cadenas que envuelven a la libertad.

3) La libertad de vientres liberó a los hijos e hijas de mujeres esclavas de llevar sobre sus espaldas ese estigma. Las nuevas esclavas y a la vez víctimas son aquellas mujeres a las que se les niega el legítimo derecho al aborto legal para preservar su vida.

4) En la práctica, los mayorazgos y los títulos de nobleza lo ejercen quienes usan el poder para gobernar al margen de la Constitución como verdaderos monarcas.

5) Los indígenas continúan siendo esclavos del mismo sistema que se apropió de sus tierras, los convirtió en víctimas de un genocidio y ahora los estigmatizó como el nuevo enemigo interno. 

6) La moneda nacional ha sido reemplazada por el dólar, a cuyos pies se ha rendido el poder político de turno contrayendo gigantescas deudas que han hipotecado al país por los próximos cien años. La economía ha quedado en manos del Fondo Monetario Internacional que maneja el rumbo económico desde el propio Banco Central.

7) La inquisición la ejercen los jueces que responden al poder político y que dictan sentencias sin juicio previo. En cuanto a la tortura, ha sido legalizada a través del uso de las pistolas Taser, la nueva picana eléctrica cuya descarga puede ser letal.

8) Los nuevos esclavos son los ciudadanos y ciudadanas que han perdido su trabajo y los jubilados y jubiladas a quienes se les ha arrebatado su derecho a vivir con dignidad.

9) Lo anterior viene a confirmar que en la Argentina aún no ha llegado el final de la esclavitud.

(*) Juan Carlos Martínez es escritor, periodista, director del periódico Lumbre y colaborador habitual de esta AGENCIA y de la Radio Kermés, de Santa Rosa.