De barr(i)os conurbanos y zapatillas blancas

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De barr(i)os conurbanos y zapatillas blancas

24 Julio 2019

Por Martín Giambroni*

 

Todos los que vivimos en el conurbano profundo sabemos de barro. Vivimos en el barro. Todos los que vivimos en el conurbano profundo sabemos las consecuencias que dejan un par de días de lluvia. Todo se convierte en barro. Incluso nuestros sueños. Podría ocupar varias páginas contando anécdotas sobre el barro. 

Pero la polémica frase de la gobernadora Vidal acerca de las zapatillas blancas, me recuerda las muchas veces que para salir de mi casa me ponía un par de alpargatas viejas, mientras llevaba en la mano otro par de alpargatas mejores (o bien podrían haber sido un par de "zapatillas blancas").

De hecho, más de una vez tuve que cargar a babucha a mis hijos, para que no se les embarren sus zapatillas blancas. Y alguna noche de lluvia –pérdida de equilibrio de por medio- terminamos con mi hijo menor en una zanja de agua y barro… riéndonos del momento, como una manera de conjurar la pobreza barrial del conurbano. Y eso por no contar mi debut en el barrio, con mi viejo Renault 18, metido en una zanja de barro y agua eternas, durante dos días… Sin poder sacarlo ni siquiera con una grúa. Lo que muestra que el barro no distingue sub-clases. En las noches de lluvia fuerte, tenía que dejar el auto en la esquina, donde al menos había un asfaltito que me permitía saber que al otro día iba poder asistir al laburo en el auto (aunque dormía poco y mal, rezando para que no me lo choreen… o me saquen una rueda).

Todos los que vivimos en el conurbano sabemos acerca del barro. Y por sobre todo sabemos que existen muchos tipos de barro: tal vez el peor es la desocupación, la inseguridad, la falta de servicios, hospitales detonados, los pibes sin oportunidades, los narcos (incluidos los que operan desde la policía o desde la política), las escuelas que literalmente explotan, el hambre.

La frase de Vidal contiene una verdad. Los que vivimos en el conurbano queremos poder usar zapatillas blancas. Pero no alcanza con que hagan un asfalto (en caso que así ocurra). Necesitamos tener la ocasión para usarlas: porque conseguimos un laburo del mismo color, porque tenemos para cargar la SUBE, porque vamos al acto de la escuela de los pibes, porque tenemos parcial en la universidad, porque a las 10 conseguí el turno para el traumatólogo en el hospital, porque hay partido de fulbo en la canchita del club y después vamos a tomar una cerveza al kiosco de la placita, porque el domingo se bautiza el Kevin.

Todos los que vivimos en el conurbano queremos que la política se meta en el barro. Pero no con frases de marketing. Ni con sesudas teorías económicas. Queremos pasar del barro al barrio, que es la tierra que anida derechos.

* Docente de adultos en Moreno, provincia de Buenos Aires