“La verdad es que cuando logro su expresión, lo veo a Diego y me emociono”

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“La verdad es que cuando logro su expresión, lo veo a Diego y me emociono”

29 Octubre 2021

Por Jorge Hardmeier | Fotos: Juan Cruz Guido

Figuritas de Diego Armando Maradona. Pelusa con la camiseta de Argentinos, con carita de pibe, Diego con la camiseta de la Selección Argentina, tirando un taco, Maradona con buzo de técnico. Ciento sesenta y cinco figuritas para pegar, jugar, coleccionar. Figus. Caricaturas del más grande que Alfredo Blanco realizó, siendo médico pediatra. Llegaba de su trabajo en el Hospital Posadas, en el Hospital Naval o en el Sanatorio Juncal de Temperley y comenzaba a dibujar Diegos. Un antídoto contra el trauma de la pandemia del coronavirus. Alfredo es habitante del barrio de Villa Celina, pleno Conurbano. Previamente a este álbum, produjo uno dedicado al club del cual es hincha: River Plate: “Los héroes de Madrid”. De allí tomó el concepto para hacer el de Diego. Figus vintage, como cuando el doctor era niño: si uno llenaba el álbum el premio era una de cuero número cinco, el juguete más lindo. Coincidimos: cuando pibes circulaban unas figuritas emblemáticas dibujadas por el maestro caricaturista Jorge De Los Ríos. En ese álbum las difíciles eran las de Ribolzi, Jota Jota López y Carrascosa.

Dios ha muerto: dibujemos a D10S

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo arrancaste? ¿Cuándo empezaste con el álbum de River?

Alfredo Blanco: Todo empezó acá, en esta mesa. Había comprado unas facturas y quedó acá el envoltorio y en ese papel lo dibujé a Armani. Agarré un lápiz y empecé a dibujar. Mi nena estaba haciendo la tarea y me dice: qué bueno que está, pero lo tenés que digitalizar. Yo no tenía idea de eso, ella sí sabe. También tengo una hija que estudia diseño gráfico. La más chica tiene catorce y la otra veinte. Me ayudan a digitalizar los dibujos. Ahora lo hago yo, dibujo y una vez que lo tengo dibujado lo empiezo a colorear. Siempre dibujé, pero después estudié Medicina, entonces quedó medio de lado. Yo hago terapia intensiva de pediatría. Durante la pandemia, con los compañeros, hacíamos mitad y mitad, para no contagiarnos todos. Al comienzo tenia algunos tiempos libres y estaba muy pendiente de lo que pasaba, el número de casos, llamaba al hospital y después me tocaba ir a mí. Y con un cagazo bárbaro de pegarse el bicho y traerlo para acá. Entonces me dije: voy a hacer otra cosa en medio de esta locura y empecé a dibujar las caricaturas de River y a compartirlas en un grupo de Facebook. Y el 25 de noviembre muere el Diego. Me pegó tanto… Estaba con mi señora mirando la tele y dicen: se descompensó Diego Armando Maradona, apenas lo dijeron vi las caras de los periodistas y: se murió. Me impactó tanto que lo empecé a dibujar. La primera figurita está confeccionada el mismo día de la muerte de Diego. Y digo: la voy a incluir, aunque Diego está identificado con Boca, habló mal de River y que se vayan a cagar, soy maradoneano, la pongo en el suplemento. El Diego alado. Ahí se abre otra ventana, porque empiezan a decirme: che, pero yo quiero solo la de Maradona. La publico en quinientos pesos, enseguida la compran, la vuelvo a subir y la vuelven a comprar y yo pensaba: ¡uy,lo que genera Diego! Así que empecé a dibujarlo más, lo dibujé en México 86, en teoría iba a quedar ahí.
 


 

Me parece que soy de la quinta que vio el Mundial 78

APU: ¿Cómo continuó el proyecto del álbum de Diego?

AB: Se empezó a formar una colección. Lo digitalizo y lo mando a la imprenta. El papel es opalina. El que me compró la primera figurita de Maradona, hincha de Boca, me dijo: todo lo que dibujes de Diego, primero me llamás a mí. Yo te voy a comprar todo. Se comenzó a autofinanciar este hobby y empecé a producir más. Y llegó un momento que dije: voy a sacar el álbum, si ya tengo no sé cuántas caricaturas de Diego. Es amor, vienen a comprar figuritas desde La Plata, y lo más importante no es lo económico, sino conocer gente. Empecé a dibujar la Selección Argentina del 78. ¡Me llamó el Pato Fillol! Omar Larrosa. Me invitó a su casa Villa, en Roque Pérez. Olguín. Gente extraordinaria. A esa selección la bastardeaban, como a la de Bilardo antes del Mundial 86, hasta que los milicos vieron que podía dar sus frutos. Yo separo lo futbolístico de lo político, para mí no quedó manchada esa selección. Obviamente que los militares lo aprovecharon, eso desde ya. Pero en lo futbolístico para mí lo ganaron bien. Fue el despegue del fútbol argentino. Porque en 1979 sale campeón mundial juvenil en Japón.

APU: Lástima que dejaron a ese pibito afuera del Mundial 78…

AB: Olguín me dijo que, en realidad, no es que lo dejaron afuera. La selección mayor siempre entrenaba con la juvenil y Diego era el que más cerca estaba pero nunca llegó a estar segura su presencia, como concepto Diego no pertenecía a los titulares. Ya había debutado contra Hungría, y está la versión, dicha por el propio Beto Alonso, de que a él lo puso Lacoste y por eso lo sacaron a Maradona. Lacoste era muy fanático de River. La dictadura tampoco dejaba ir a Maradona al exterior, por eso aparece Boca. Yo era fanático de la selección del 78. Era socio de River y en 1980 estábamos boludeando ahí por la confitería y para un micro; la selección argentina que iba a jugar un amistoso. Y yo me fui hacia el Pato Fillol, que era mi ídolo, y me dice: allá está Diego, allá está Diego. Así que me perdí de darle la mano a Diego, qué va a ser.
 


 

Con la sonrisa de pibe, con el brazo guerrillero y el corazón de arrabal

APU: Sabemos que hay muchos Diegos, si tuvieras que elegir uno, ¿cuál sería?

AB: Yo a Diego le estudio el rostro, y con los años es como que se le van endureciendo el rostro y la mirada. La mirada cambia, desde pibe. El Diego del 86 es emblemático. Pero ya era un Diego hecho y derecho. Para mí los años más felices pasan por ahí  (muestra la caricatura de un Diego con la camiseta de Argentinos). Estaba con toda la familia y yo me lo imagino a Diego muy familiero y, de pronto, al tipo lo arrancaron y a la estratósfera. Hay expresiones del rostro durísimas. Está la de Gimnasia, que mucho no me gusta dibujar esa etapa. A los hinchas de Gimnasia les encanta porque es la etapa en el club de ellos pero ya es un Diego en decadencia física. Y pasa algo cuando se dibuja que uno se mete en las expresiones, está ahí, las siente, ingresa en esas miradas… Ojos tristes.

APU: ¿Cuál figurita te generó más dificultad para hacerla?

AB: La del mechón amarillo estuve bastante trabajándola porque no me convencía. De hecho, como quedó, no me parece lo mejor. Me costó. Otras salen de entrada. A mí me gusta el resultado, aunque me dé mucho laburo. Pero el del mechón amarillo me costó un montón.

APU: ¿Cómo hacés para dibujar sus movimientos?

AB: Los movimientos los hago en base a fotos de jugadores, en base a fotos de él, y no los saco por ahí de una foto en particular sino que me voy haciendo la imagen de para dónde, tridimensionalmente, lo voy a rumbear. Lo bueno de la caricatura es que te da el margen de que, por ejemplo, un brazo está más largo que el otro, no importa. Es la intencionalidad lo que uno busca. Lo bueno es que están dibujadas con el corazón y no con apremio.

APU: ¿Te emocionás cuando dibujás a Diego?

AB: Y sí. La verdad es que cuando logro la expresión y lo veo a Diego me emociono… sí. Sí.
 


 

En una villa nació fue deseo de D10S crecer y sobrevivir  

APU: Contanos sobre La Casa de Dios, esa que Diego habitó cuando con su familia se muda de Fiorito a Paternal.

AB: Cuando entrás a la casa ya es un golpazo. Y la pieza de Diego está en el altillo, arriba y está exactamente igual, están los discos tirados en el piso como cuando Diego escuchaba música, en un momento pensás: ahora viene Diego.

APU: Más allá de que habías hecho dibujos del mundo futbolero, ¿qué cosas te quedaron del mundo futbolero maradoneano?

AB: Hay mucho amor. Mucho amor. Y te agradecen. Hay un coleccionista que me decía: yo en la semana espero cuál viene porque lo veo a Diego, lo voy a ver a Diego. Eso, para uno que está creando, digamos, le parte el alma, porque decís: lo que estoy haciendo, sirve. Ahora tengo internado un chiquito en el Posadas, que está conectado a un respirador, y es fanático de River y le mostré las figuritas y le gustaron y el lunes, que estoy de guardia, le voy a llevar las figuritas y ahí digo: esto sirve. Me sirvió a mí, porque me desconectó de la locura de la pandemia y ves que le sirve a la gente. Y la anécdota del antimufa de Vélez, la cosa es así: somos amigos con un periodista de TyC, fanático de Vélez, y me dice: "che, tenés que hacer un Diego con la camiseta de Vélez para cortar la racha y esto y lo otro" y yo ya le iba a hacer un Diego de la época del Sevilla que había jugado un amistoso con la camiseta de Vélez. Me dice: tráemela que hace ocho partidos que no hacemos un gol. Hacemos una nota en Paso a paso. Acá tienen el Diego con la camiseta de Vélez para cortar la mufa. Velez hace cinco goles y el locutor: acá estamos con tu cuadro. El Diego milagroso. Cuando vuelven al estudio Martín Souto dice: otra vez volvió Diego ayudando a clubes que están necesitados. Qué locura. No dice: es un dibujo. Apareció Diego.
 


 

Llenamos el álbum

“Diego y sus amigos”, el álbum de figuritas realizado por Alfredo Blanco, se ofrece en dos versiones: tapa blanda y tapa semidura para coleccionistas, que incluye también sobrecitos con seis motivos diferentes y caja para contenerlos, las figuritas, poster y certificado de autenticidad numerado para darle valor de colección. El álbum se ofrece con stickers y unas figus redondas adicionales. También incluye figuritas de las camisetas emblemáticas de Diego, dibujos de los trofeos que obtuvo e  ídolos del fútbol argento como Riquelme, Bochini, Houseman, el Pipi Romagnoli o ese secreto conocido como el Trinche Carlovich a quien Diego, el Pelusa, en su etapa rosarina, quiso conocer. Lograron encontrarse. Gracias a D10S.

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