La Nación preocupada: cuidemos “la catedral mundial del polo”

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La Nación preocupada: cuidemos “la catedral mundial del polo”

25 Julio 2016

“Resulta inaceptable la posibilidad de que se cedan terrenos del Campo de Polo, en Palermo, para la realización de un emprendimiento inmobiliario”. Así arranca este particular editorial de La Nación, que si bien guarda silencio ante los negociados inmobiliarios del PRO en la Ciudad de Buenos Aires, parece que esta vez le tocaron su aristocrático corazón.

Pero para que no parezca que sólo van a defender sus propios intereses, presentan un rastreo por el Polo para presentarlo como algo mucho más popular de lo que en verdad es. Casi casi, pidiendo un Polo Para Todos. “Hay 5000 jugadores registrados en la Asociación Argentina de Polo y se estima que el número total de quienes lo practican en el país alcanza a 15.000, a lo que cabe sumar más de 150.000 personas que trabajan relacionadas a este deporte, incluyendo la reproducción, crianza y entrenamiento de caballos”. Pero los números no ayudan: juegan 15000 como mucho, pero laburan 150.000 para que esos 5000 anotados puedan “jugar”.

El “prestigio internacional” que nos da el polo corre peligro “si se concreta una iniciativa que ha sido presentada por un grupo de empresarios ante las autoridades locales y nacionales con el fin de destinar parte del campo de polo de Palermo a la construcción de torres de viviendas de lujo”.

“Este emprendimiento que persigue únicamente un lucro inmediato puede provocar la terminación del Abierto de Palermo, torneo que genera cuantiosos recursos para el turismo y la industria hotelera entre muchos otros”. Pero que también pude poner en peligro otra “grata tradición” para el diario: “los desfiles militares en el campo argentino de polo son también una tradición que acerca a las familias, como lo ha demostrado hace unos días por festejos del Bicentenario”.

Y parece ser que lo que más indigna a La Nación es que se lo pueda perder tan sólo por un negocio, siendo que logró sobrevivir, como la usurpación de La Rural, a la década kirchnerista. “No se registra actualmente ninguna voz que reclame un cambio de destino. Si alguna vez la hubo lo fue por algún efluvio populista desde despachos oficiales que pretendían despertar revanchas clasistas del gobierno que terminó en diciembre pasado. Afortunadamente, no es el caso del gobierno actual”.

“El país espera mejores iniciativas empresariales, no dudosos negocios incompatibles con el interés público”, reclaman. Se ve que existen negocios que sí pueden no ser tan dudosos. “Esperamos que esta infeliz iniciativa no encuentre eco en ningún despacho público, puesto que no hará más que perjudicar el prestigio del país cuando más están empeñadas las actuales autoridades nacionales en recuperarlo”, sentencia la “tribuna de doctrina”. Veremos en estos días qué sucede con un tema crucial para la Argentina, tanto como para ameritar un editorial de La Nación. Será cuestión de esperar también para ver qué dicen de la venta de terrenos públicos que el PRO autorizó para el negociado inmobiliario a partir de la ley con la que crearon la Agencia de Bienes. Estarán igualmente indignados, de seguro.