Avellaneda: un mural por los fusilamientos en el estadio de Racing

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Avellaneda: un mural por los fusilamientos en el estadio de Racing

22 Marzo 2019

Por Diego Kenis

En la madrugada del 22 de febrero de 1977, seis personas secuestradas por la dictadura fueron fusiladas en una de las paredes exteriores del estadio “Presidente Perón”, de Racing de Avellaneda.

El hecho fue recuperado a partir de la investigación que Micaela Polak, periodista y socia académica, publicó en febrero de 2017, a cuarenta años de los crímenes. Poco más de un mes más tarde, el 25 de marzo, se cumplieron 114 de la fundación de Racing. Un día antes se había conmemorado el cuadragésimo primer aniversario del comienzo de la última dictadura.

En este 2019, nuevamente en vísperas de esas fechas, el Colectivo Memoria Racinguista ha invitado a la pintura de un mural de homenaje a las seis víctimas fusiladas en el “Cilindro”, como también se conoce al estadio académico. El objetivo, “ponerle luz a lo que la dictadura quiso borrar del mapa”.

La cita será a las 10 horas de la mañana de este sábado 23 en la calle Colón, entre Milito y Alsina, en Avellaneda. “La única condición para sumarse es entender que el fútbol y la Academia pueden ser una gran excusa para que la memoria le gane al olvido”, indicaron desde el Colectivo. Esta AGENCIA conversó con Leonel Readigos, uno de sus miembros.

AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo surge el Colectivo Memoria Racinguista?

Leonel Readigos: Surge desde la pasión y el compromiso con la vida de socias, socios e hinchas de Racing que entendemos que el fútbol, en su condición de deporte popular,  y asumiendo las contradicciones que lo atraviesan, es una enorme caja de resonancia y que desde ahí se pueden y se deben dar determinados debates.

El Colectivo Memoria Racinguista es un espacio plural, heterogéneo, que tiene como propósito generar una plataforma de participación amplia con una agenda propia. Un punto de encuentro de gente que puede tener diferencias pero considere que los Derechos Humanos son una condición indispensable para aspirar a vivir en una sociedad más justa.

APU: ¿Cuáles son sus objetivos?

LR: Aportar a una causa que otros y otras vienen desarrollando en la sociedad desde hace mucho tiempo y desde múltiples plataformas políticas, sociales e ideológicas. El fútbol en particular tiene una cuenta pendiente con los Derechos Humanos y en ese sentido Racing la tiene. Buscamos hacer visibles estos temas en la agenda racinguista.

Contamos con tres objetivos primordiales, levantar las banderas por Memoria, Verdad y Justicia; dar la pelea contra los dispositivos represivos ejecutados por las fuerzas de seguridad del Estado y heredados de los tiempos genocidas; y las reivindicaciones y disputas en torno a géneros, diversidades y disidencias en un ámbito que atrasa, en el cual las desigualdades son numerosas y muchas se encuentran naturalizadas.

APU: ¿El ámbito del fútbol es receptivo de las temáticas y demandas relacionadas con los derechos humanos?

LR: Es muy buena la pregunta, porque nos topamos con cierto sentido común que rechaza todo tema “ajeno” al futbol.

Desde el Colectivo Memoria Racinguista siempre recalcamos que los clubes son esencialmente una construcción social, en tanto y en cuanto fueron creados desde la voluntad de personas que se asociaron para transitar la vida de una manera colectiva.

Que hayan constituido su identidad a partir de una amplitud de clase, ideológica y político-partidaria no significa que deban ausentarse de los temas fundamentales que aquejan al contexto que, de muchas formas, los constituye.

Ese marcado sentido común al que hacíamos referencia, muy presente en los clubes, sostiene la idea de establecer una separación entre fútbol y política. Como si los clubes se encontraran ajenos a las condiciones económicas, políticas, comunicacionales, sociales.

Sabemos que el sentido común es una construcción y que no se mantiene igual en todos los momentos históricos, está determinado por diferentes circunstancias que hacen a la vida social. A ese sentido común suele confrontarlo uno crítico y transformador. Será nuestra tarea como colectivo encontrar las herramientas con la eficacia suficiente como para construir sentidos superadores, y con ello evidenciar que el lazo entre el mundo político y el mundo del fútbol existe, ha existido y va a existir siempre.

Creemos firmemente en que los Derechos Humanos, en el sentido amplio en el que están planteados, son la única garantía de que todas y todos podamos vivir en un mundo mejor y que los clubes deben colaborar desde su lugar para que eso sea una realidad.

APU: ¿Han tenido contacto institucional con el club y el Municipio local? ¿Qué recepción han tenido?

LR: Primero es importante aclarar que desde el Colectivo Memoria Racinguista mantenemos doble autonomía. Esto es, autonomía de la política partidaria, a escala municipal, provincial y nacional; y autonomía de la política del club, ya que no somos una agrupación.

Ahora bien, yendo puntualmente a la pregunta con el club no hemos tenido contacto institucional directo, pero tampoco lo hemos buscado por el momento. Por su parte con el Municipio, a través de su Secretaría de Derechos Humanos, sí hemos entablado contacto. La actividad que realizaremos este sábado cuenta con el apoyo y la colaboración de la Secretaría. Y la intención es seguir articulando para poder desarrollar otras iniciativas que tenemos en mente.

APU: Como hinchas de la Academia, ¿qué representa que en una de las paredes exteriores del estadio haya ocurrido un hecho como el fusilamiento de seis víctimas del terrorismo de Estado?

LR: Este hecho nos afirma en la convicción de que los clubes no fueron ajenos al proceso genocida que sufrió el país. Del mismo modo en que el Mundial de 1978 es y ha sido muy discutido, cada club tiene su propia historia.

Es una certeza que los clubes tienen socias y socios desaparecidos, por lo tanto, tengan o no conocimiento, lo asuman o no, fueron víctimas del plan sistemático de exterminio que les arrebató miembros legales y legítimos de esa institución. (NdR: en el caso del club de Avellaneda, para de esa historia ha sido recuperada por el recomendable libro de Julián Scher, Los desaparecidos de Racing). De la misma manera en que otras instituciones de la sociedad civil se asumen víctimas del genocidio, más allá de que las personas no se encuentren desaparecidas porque integraban dichas instituciones, los clubes deben asumir que fueron víctimas del terrorismo de Estado. Y como consecuencia, deben comprometerse con la generación de instancias de memoria colectiva que aseguren que Nunca Más vuelva a reinar el terror.

APU: En ese lugar tan significativo, un espacio de reunión y de fiesta de los domingos, estará presente el mural de homenaje. ¿Cómo imaginan ese encuentro entre la Memoria y la pasión académica?

LR: Nuestro propósito de alguna manera es ser un puente en este caso entre la pasión por Racing y la Memoria. De algún modo estamos contribuyendo a saldar esa deuda que decíamos tiene el fútbol con la Memoria.

Será una jornada de encuentro, reflexión, divulgación e intercambio para construir memoria de forma colectiva. Y esto no es más que una invitación para recordar el pasado, resignificar el presente y construir un futuro mejor.

Nos entusiasma pensar que estamos construyendo un legado que otorgue la posibilidad de intervenir activamente en la construcción de Memoria en Racing. Y particularmente en este caso en el Cilindro, lugar donde tanteas emociones nos atraviesan.

Permítannos decir que quienes quieran sumarse al Colectivo Memoria Racinguista no tienen más que hacerlo (NdR: una opción de contacto es la página de la organización en Facebook, en este enlace). La invitación queda hecha: una hinchada sin historia es una hinchada sin futuro.