Posibles respuestas de Israel: como la geopolítica mundial afecta las decisiones militares
El 2 de octubre Irán lanzó un ataque de represalia contra Israel con una salva de unos 200 balísticos. Fue una respuesta esperable ante los continuos ataques israelíes que superaban lo tolerable, sin colocar a Irán en una situación de pérdida de prestigio, y dejar dañada la idea de que es una potencia con capacidad de disuasión.
Lo cierto es que la respuesta iraní era lógica, lo que no se podía saber de antemano era su volumen, ni su éxito o fracaso. Solo se disponía como parámetro el ataque del mes de abril cuando más de 300 misiles y drones (avisados previamente a EEUU para minimizar el efecto) lograron impactar en una muy baja cantidad en territorio israelí. Sin embargo, había sido una acción reflexionadamente moderada.
Esta vez el éxito iraní fue mucho mayor. Sin previo aviso y solo de misiles balísticos. Aun se están viendo los resultados reales, pero sin dudas una cantidad de varias decenas de misiles impactaron en territorio israelí en una distancia muy próxima a los objetivos fijados. Todos militar. Israel no había podido frenar la andanada iraní.
Aunque debemos señalar que aun así lo iraníes midieron su ataque. Para dar una muestra de su poderío, y que reestableciera su capacidad disuasiva. Y a su vez pudiera señalarse a occidente y a Israel que Irán no desea avanzar en una escalada.
Sin embargo, varios elementos se realimentan para pensar que Israel pueda continuar y desarrollar un ataque más duro. Uno, clave es que la coalición de gobierno es de una radicalidad pocas veces vistas. Lo que para el estado judío es mucho decir. Los integrantes son, o nacionalistas sionistas extremos, o religiosos fundamentalistas que se consideran llamados a dar un paso histórico en la resolución por la violencia de los problemas de la región acorde al relato bíblico. Dos; que la coyuntura militar, política y de RRII. les abre una ventana de oportunidad que creen que es el momento de aprovechas para esos designios. Nada ni nadie los detiene. Tercero; si bien no han logrado una victoria militar en términos de “objetivos políticos”, lo cierto es que vienen encajando una serie de golpes a sus enemigos que son muy importantes y realimentan cierto entusiasmo guerrero en la aplicación de la fuerza como camino posible.
También existen contra tendencias. Sin dudas. Y las principales son: el hecho de que ante una escalada de la guerra podría implicar que occidente se viera muy afectado, inclusive los EEUU. Que Rusia y China, que se han movido muy discretamente, pudieran tomar otras resoluciones de involucrarse en su contra por la falta de medida de Israel. O que otros actores regionales “asustados” con una elevación del poder israelí desequilibrante, pudieran también resolver algún tipo de implicación efectiva. Y por último una guerra infinita también desgasta a quien la impulsa, ya que la paz subsiguiente, como el horizonte de la guerra, siempre está más lejos a medida que se avanza en las múltiples e interminables confrontaciones.
Teniendo en cuenta el camino que el gobierno israelí viene desarrollando desde el 7 de octubre, podemos ver que Israel podría darse las siguientes alternativas para llevar adelante una represalia: ataque a instalaciones nucleares. Bombardeo a infraestructura petrolera. Ataque a bases de la guardia revolucionaria. No atacar o hacer un ataque simbólico. Iniciar maniobras de desestabilización.
Los ataques a las instalaciones nucleares iraníes
La idea de acabar con el programa nuclear de Irán es una cuestión que se viene señalando por occidente hace años, y es una obsesión israelí. Siempre que los conflictos con Irán se agudizan la idea de que Israel podría atacar cobran relevancia. No solo son suposiciones, sino que esto viene acompañado con manifestaciones efectivas de los gobernantes del país judío. Recodemos que ya hace 40 años Israel atacó instalaciones nucleares iraquíes y no sucedió nada. Además de que, desde el punto de vista del equilibrio de fuerzas regional, el hecho de que Israel será la única potencia nuclear es para los judíos un elemento central de su seguridad estratégica.
Contamos con varios posibles objetivos. Los principales son dos: las instalaciones de Fordow y Natanz, son los más importantes. Aquí se encuentran las centrifugadoras iraníes capaces del enriquecimiento del uranio; en instalaciones subterráneas muy profundas y fuertemente protegidas. Un ataque sería muy difícil y requeriría armas de altísimo poder. Otros posibles objetivos son el centro de desarrollo de tecnología nuclear de Isfahan. Allí existe un centro de tecnología nuclear con una instalación de conversión de uranio que permite producir tetracloruro de uranio, el que es necesario para las centrifugadoras y otros materiales críticos. En Kondav se cuenta instalaciones con capacidad de producir plutonio, y que sería clave para el núcleo de las bombas nucleares.
¿Que evalúan los analistas occidentales? Irán dispone de 142 kg de uranio enriquecido al 60 %. Lo que le habilitaría a lograr los 20 kg al 90 % para obtener el uranio necesario para una bomba nuclear. En realidad, podrías lograr tres. Se necesita a su vez hacer un dispositivo nuclear, algo compacto. Y el resto de los dispositivos de la bomba que no es solo el uranio. También tener una idea de cómo funciona, o sea hacer una prueba. Y eso no se ha hecho y sería muy fácil de detectar. Por ello nos permitimos dudar, no de la posibilidad de que un país que maneja el ciclo de la tecnología nuclear completo pueda fabricar la bomba atómica, sino que Irán hoy disponga de armas nucleares. Y solo después de que sean detectadas podríamos afirmar que Irán es un país nuclear militarmente.
Sin embargo, el ataque israelí se enfrenta con dos problemas. Uno, la posible respuesta iraní, y otro la dificultad técnica. Naftali Bennett político destacado de la derecha militante actual, señala que es el momento de atacar y consideramos que esto es parte del espíritu del actual gobierno. El riesgo es enorme, EEUU no sabemos cuánto compromiso tiene en un ataque de este nivel. El involucramiento directo de EEUU lo colocaría en una guerra en forma directa, Teniendo en cuanta que no está demostrado, ni es un sentido común construido en occidente aún que Irán sea una amenaza nuclear. Sumado que los occidentales en general podrían ver muy negativamente un ataque a instalaciones nucleares de impredecibles consecuencias. Y, en el mismo sentido, o más negativamente aún, podría ser la repercusión en China o Rusia: un ataque conjunto de EEUU e Israel contra las instalaciones nucleares de Irán (su socio) podría acrecentar las consecuencias negativas en la relación de fuerzas internacional.
La dificultad técnica tiene dos partes. Una disponer de un arma capaz de penetrar los búnkeres y las instalaciones más protegidas. Una empresa de EEUU está construyendo una bomba de 14.500 kg destinada a destruir los mayores búnkeres existentes, hipotéticamente las Iraníes y coreanos. Esta empresa en junio ya hizo una prueba y estaría en condiciones de producir una cantidad de bombas por mes. Son bombas que solo se pueden arrojadas desde bombarderos B2. Lo cierto es que eso implica que aquí Israel no puede presentar a EEUU hecho consumado para que pueda lavar la cara; o EEUU aducir una negación plausible de su participación, sino que el ataque serio claramente autorizado y colaboración de EEUU práctica.
Israel necesita una inteligencia precisa. Que, si bien ha demostrado algunos éxitos muy brillantes en forma reciente, hay que disponer de una inteligencia clara para que el objetivo sea elegido en forma precisa y efectiva que incluye las defensas antiaéreas constituidas suponemos en sus principales instalaciones por dispositivos de origen ruso de la mejor calidad (y se tiene por buenos). Además, debería tener una clara cobertura internacional. Mas allá de EEUU. Turquía esta fuera de la ecuación. Arabia Saudita es más que improbable que acepte que el ataque se haga desde su espacio aéreo. Quedan los pases disueltos de Siria e Irak por donde circulas las fuerzas israelíes como en lugares de estados que no ejercen soberanía de ningún tipo real. Por último, Jordania u fiel colaborador de occidente. Lo que la colocaría como un enemigo directo de Irán y quizás implicaría un debilitamiento del régimen. La mejor opción es que el ataque se hiciera combinado con EEUU desde el mar. Pero sería muy fuerte por parte de EEUU. Pero lo más importante es la cobertura diplomática. Que el mundo no se horrorice ante un ataque a instalaciones nucleares, y esto tiene que ver con la respuesta suave de los guardes países que este apalabrada.
Como conclusión podemos señalar que el objetivo primordial israelí es destruir el programa nuclear iraní, ya que si Irán amenazara tener armas nucleares quitaría la disuasión estratégica del arsenal nuclear israelí. El ataque si fuera efectivo sería un golpe muy duro a Irán. Pero es un objetivo de mucha dificultad e implicancias políticas e impredecibles (tenga éxito o no).
Ataque sobre infraestructura petrolera. Y la guerra por el petróleo
Otra alternativa de Israel puede ser atacar la infraestructura petrolera de Irán especialmente la concentrada en la isla de Kharg, entro logístico de almacenamiento y distribución del petróleo iraní. Como para las instalaciones nucleares, nuevamente la dimensión del territorio iraní y la dispersión de objetivos atentan contra una defensa eficaz del conjunto del territorio. Los persas deberán seleccionar que defienden. No es posible una “Cúpula de hierro” como en el muy pequeño Israel.
El petróleo sigue siendo un insumo clave. La energía que se produce a través de él mueve la economía mundial. Cualquier hecho extraeconómico que afecte su producción o circulación altera los precios y con ellos el funcionamiento de las economías del mundo, especialmente de los países deficitarios en energía que en general son los países desarrollados. Con el ataque iraní último el precio del petróleo subió casi un 5%. Y algunos cálculos hipotéticos señalan que por cada millón de barriles que se reduzca la producción el precio puede subir unos 5 u$s.
Irán es uno de los mayores productores de petróleo del mundo. Sin embargo, tiene problemas en la comercialización a partir de las sanciones impulsada por Donald Trump a partir de su intención de obligar a los persas a abandonar su programa nuclear. Irán produce 3,4 millones de barriles diarios de crudo según la Agencia Internacional de Energía (AIE). Pero solo exportaba 1,7 millones la mitad del total. Aunque la conformación de un mundo más multipolar y la cada vez mayor disposición China a no aceptar las decisiones unilaterales de occidente, permitieron a Irán (miembro de los BRICS) sortear en parte las sanciones estadounidenses.
En caso de que Israel decidiera atacar (y tuviera éxito). Y en consecuencia Irán decidiera cerrar el estrecho de Ormuz, o las acciones militares e inseguridad los volvieran intransitable, el daño económico sería enorme. Según algunos cálculos más extremos el petróleo podría escalar desde los 80 u$s por barril a los 130 u$s.
El instituto de energía de los EE.UU. calcula el total de petróleo que sale por Ormuz es 20 m de barriles. Un 20 % del petróleo que se mueve en el mundo. Arabia Saudita alarmada de la volatilidad de la región está construyendo vías alternativas de salida de su petróleo a través del Mar Rojo. El actual oleoducto le permite transportar 3 millones y puede extender su capacidad a 5 m de barriles. Sin embargo, los saudíes han disminuido su producción recientemente, lo que va en contra de estas expectativas de que estos den un salvavidas a las economías occidentales en caso de guerra.
La posibilidad de encontrar fuentes de aprovisionamiento alternativo es difícil. Venezuela que es una gran posibilidad alternativa está muy dañada. Por múltiples motivos entre ellos las sanciones de EEUU. Aunque hace unos años se han flexibilizado y el gobierno de EEUU ha dado permisos a Chevrón o British Petroleum para trabajar en el país sudamericano, lo cierto es que incrementar exponencialmente la producción requiere el tiempo largo necesario para poner en condiciones la industria petrolera. Otra alternativa son los mismos EEUU, que ha expandido su producción local mediante fracking. Pero no parece posible expandir este tipo de explotación al nivel necesario. Por eso vemos las presiones de los EEUU para que Israel se modere en la escalada con Irán y específicamente no provoque una debacle petrolera
¿Quiénes se beneficiarían de una crisis del petróleo por una guerra total? Empezamos por Rusia. Ahora en el 2024 la economía rusa espera recibir un aporte por la exportación de petróleo de 240.000 m de u$s, un incremento del 30% respecto del año pasado. Los ingresos de gas están en caída. Entonces el petróleo le es fundamental, para estabilizar el país y financiar el gasto social, político y militar. Y un nuevo e importante repunte de 75 u$s a más de 100 o 130 u$s del precio podría hacer ingresar ganancias extraordinarias.
Es interesante ver que el gigante Gazprom, está en graves problemas financieros. A pesar de la orientación hacia China de las exportaciones del producto no hay una claridad de cuanto está pagando por el gas que se vende desde Siberia. Se estima que es de 297 u$s por m3 y que este año será de 271. Se estima también que esto implica que se vende a menos del precio de mercado. Aunque aquí hay una apuesta geopolítica relacionada con flujos comerciales mucho más variados que no puede ser vistos solo por el lado del precio internacional de mercado ya que Rusia se beneficia de otras formas (es una especia de bilateralismo). Además, la idea de Rusia es avanzar y convencer a China de la construcción del nuevo gasoducto “Fuerza de Siberia 2”. Pero hoy los precios y el volumen del gas exportado no compensan lo que se vendía a los alemanes.
Otro dato a tener en cuenta es que una de las vías de venta de petróleo Ruso de los Urales es India. Y que los hindúes lo comparaban con un amplio descuento de 30 o 40 u$s. Pero este actualmente es de 10 o 12 u$s. lo que hace que el ingreso ruso se vaya estabilizando en precios de mercado.
En este marco veamos que esta haciendo Ucrania. Es interesante ver como las operaciones de bombardeo estratégico con misiles y drones sobre instalaciones criticas civiles rusas por parte de Kiev se relacionan con la cuestión de la energía. Los ucranianos atacando la logística de exportación de petróleo rusa buscan golpear su esfuerzo estratégico. Si vemos un mapa de los objetivos de los ataques recientes con misiles, dores y sabotajes, en gran parte están dirigidos a la infraestructura critica que vincula a la estructura petrolera rusa con el Mar Negro y el Golfo de Finlandia. Rusia refina uno 4m de barriles diarios y se calcula que el daño hecho por los ataques ucras es de 1,3 m de barriles. Atacan posiciones en San Petersburgo, refinerías, terminales de exportación y depósitos. Y en los alrededores de Novosivsk en el Mar Negro,
¿Y qué pasa con China? Al estrecho de Bab el Mandeb (amenazado por los Hutíes) se sumaría ahora el de Ormuz. China tiene presencia en oriente con una base en Djibuti (allí hay bases hasta de Italia). El auge económico chino implica la necesidad de energía y como consecuencia de petróleo: para transporte, mover máquinas y dar energía en general. Alrededor de un 40 % de petróleo que consume china viene Ormuz. Por eso su reciente intervención en lograr una distención entre Irán y los saudíes para asegurar el golfo Pérsico. China quiere garantizar el libre flojo del comercio mundial especialmente al que la tiene como centro.
Imaginemos si la economía china sufriera un parate, o sus costos se elevarán mucho (que esta interrelacionado), a causa de la falta de energía. Esto produciría un colapso de las cadenas logísticas mundiales. Situación no es deseable ni por occidente, ni por China. En ese caso afectaría con un crecimiento inflacionario general y en EEUU lo que sería muy negativo más aun para el gobierno actual, sometido a una campaña electoral muy difícil.
Ataque a la Guardia Revolucionaria
Otra alternativa israelí es realizar un ataque a la Guardia Revolucionaria, a sus cuarteles y bases. La GR es la que controla la fuerza estratégica iraní, los misiles, con lo que se está realizando este intercambio de salvas con Israel.
En este caso las complicaciones políticas serían mucho menores. Es muy improbable que desde occidente se considere alguna objeción a un ataque contra esta fuerza armada. Lo que además estaría dentro de las “reglas de la guerra”. Y sería una respuesta equivalente a la respuesta iraní que se centró en objetivos militares. Sin embargo, dudamos que Israel considere esta posibilidad la óptima. Como señalamos es sin dudas el plan nuclear iraní es interés israelí.
Un ataque a las bases de la GR iraní podría producir bajas, destruir almacenes de misiles, quizás. Pero aun exitoso no sería nada que Irán no pudiera reponerse con facilidad. Lo mismo podríamos decir sobre ataques sobre objetivos políticos o edificios del mando iraní
Respuesta simbólica
Israel podría también optar por una “respuesta simbólica”, ataques a cualquier objetivo, pero cuyos daños sean menores, aunque amplificados por la propaganda. Esperando no multiplicar frentes hasta no cerrar los que ya tiene abiertos. O sea, no debemos olvidar en este análisis, algo que los israelíes deben saber: Irán no desea escalar en conflicto. No quieren un enfrentamiento total. La estrategia persa y del eje de la resistencia era de desgaste, de largo plazo, de resistencia. Y obligar a Israel a afrontar un conflicto que, en el tiempo, si no consigue victorias claras en el corto plazo, la desgasta. Por ello Irán no realiza ataques muy duros y señala que solo son “represalias”; o sea que, si no hay una escalada israelí, quedaran en eso.
Esta opción, que consideramos la más racional desde un punto de vista militar israelí (no diversificar frentes hasta no cerrar los abiertos), quizás no los sea desde el político. Como muchos analistas señalan: la dirección judía considera que estamos ante una “ventana de oportunidad” de “ir por todo”. Lo que además se suma a la visión mesiánica del gobierno.
Guerra híbrida o revolución de colores
Por último, ciertos analistas occidentales señalan que una fuerte presión sobre Irán podría realizarse para derrotar la voluntad de pelea dividiendo el frente interno. Y que acompañaran a acciones militares, pero que no llegaran a acciones contundentes que a la guerra total con Irán. Es apostar a la desestabilización y una “revolución decolores” o acciones hibridas por líneas interiores del país persa. Acciones que puedan tender en el tiempo a un cambio de régimen, o al menos a que deba reconcentrarse en sus problemas internos.
Esta opción no da respuesta a los problemas que el estado judío está empeñado en resolver en el corto plazo. O sea, podría ser una opción, y probablemente lo sea desde hace tiempo, pero no es alternativa a las anteriores opciones militares que se relacionan con la coyuntura bélica.
Conclusión
El análisis que presentamos es desde el esquema de posibles decisiones que los mandos israelíes y norteamericanos deben estar resolviendo en este momento. Es de destacar que más allá de Israel, una respuesta contundente solo podría ser hecha con un involucramiento directo de los EEUU, mayor que el realizado hasta ahora. En un momento en que los norteamericanos se encuentran involucrados en varios frentes de importancia.
Una acción israelí contundente obligaría a los iranies a responder con todas sus fuerzas, que son muchas. La realidad de los últimos tiempos nos indica que entre las declaraciones de los EEUU que tienden a sugerir la moderación, y sus acciones concretas de apoyo consecuente a Israel, son las segundas las que marcan el tono de los acontecimientos. Solo veamos que mientras los diplomáticos de EEUU y Francia presentaban una propuesta de tregua (y que, según los informes recientes del gobierno del Líbano, Hizbollah estaba dispuesta a aceptar); en ese momento Israel atacó, mató al líder libanés y lanzó una ofensiva por tierra. Y los EEUU apoyaron de palabra y otorgaron casi 9000 millones de dólares para la operación en marcha.
Por lo tanto, más allá de nuestras dudas sobre las opciones más contundentes de la posible acción israelí, advertimos que en este contexto que estamos viviendo, todas las opciones aun las más apocalípticas, están entre las posibles.
* El autor es Doctor en Historia UBA. Autor de libros de historia sobre el movimiento obrero, historia militar y geopolítica / Experto en Defensa. El artículo se publicó por primera vez en PIA Global