Jorge Isaías, un poeta de pueblo

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    Jorge Isaías
HOMENAJE

Jorge Isaías, un poeta de pueblo

24 Septiembre 2023

El viernes 25 de agosto falleció Jorge Isaías. Nativo de Los Quirquinchos y rosarino por adopción, produjo una vasta obra poética, y también en prosa. Sus libros fueron publicados, en su mayoría, en la ciudad de Rosario, pero en ellos habló casi siempre de su pueblo natal, convirtiéndolo en un auténtico mito.

Jorge Isaías fue un poeta del pueblo. Dicho en un sentido amplio, pero también específico.

Lo fue en un sentido amplio, porque su poesía y su prosa hecha crónicas y memorias, siempre se situaron en el campo de lo popular. Por su temática, desde ya, referida invariablemente a figuras de abajo, a personas de pueblo, para quienes la vida no era más que esfuerzo y trabajo que difícilmente sirviera para algo distinto que la subsistencia.

Pero también por su lenguaje, hecho de versos sencillos y claros, que sabían transmitir con elocuencia, pero sin afeites retóricos, las pasiones universales y eternas que laten en todos los hombres: el amor, la nostalgia, la tristeza y, a veces, la infrecuente alegría.

Por esa temática y por ese lenguaje, Isaías se sitúa en un linaje que remite a nombres propios como los de Carriego, Baldomero Fernández Moreno, o José Pedroni. Sobre todo, a este último, que para él fue un auténtico modelo poético. Porque en Pedroni Isaías encontró el modelo perfecto que le permitiese cantar a sus ancestros, provenientes de mundos lejanos: escribió, así, su Crónica Gringa, que destila Pedroni por todas sus páginas.

Y fue, asimismo, un poeta del pueblo en un sentido específico, porque la mayoría de su obra refiere a su pueblo natal, Los Quirquinchos. Que en su poesía es ausencia más que presencia, ya que en vez de ubicarse como presente se ubica, irremisiblemente, como pasado.

Isaías siempre vuelve a Los Quirquinchos por medio de la evocación y del recuerdo. Habla -rememora- desde un hic et nunc urbano y distante, más que en el espacio, en el tiempo. Alejado de su lar natal, desasido de ese mundo infantil donde la felicidad pudo ser experimentada en dosis acaso irrepetibles, desde una condición adulta Isaías vuelve incansablemente sobre ese mundo hecho de pájaros, árboles, juegos, amigos, travesuras. Y de personajes entrañables, que a veces pueden ser sus pares, y muchas otras los mayores del pueblo, en un sentido que excede la dimensión familiar.

Isaías hizo de Los Quirquinchos un mito.

Así, el mundo poético de Isaías se compone de jóvenes y adultos que portan sus marcas distintivas, pero a los que abarcan los rasgos propios de un universo rural o campestre, en el que se trabaja la tierra, se habita en pueblos pequeños, y se descubre la vida del mismo modo en que puede descubrirse la literatura. Los versos adultos de Isaías relatan que, de niño, si ser demasiado consciente de ello, ya se perfilaba como lo que luego sería: un poeta.

Por todas esas razones, y seguramente otras que aquí se nos escapan, Isaías hizo de Los Quirquinchos un mito. Un mito personal que, como ocurre en la palabra de los poetas de todas las épocas y todos los lugares, no puede faltar.

En efecto: ¿cómo podría haber poesía genuina, auténtica, incluso visceral como la de Isaías, si no hubiese un mito que la sostuviera?... Por eso, sus versos, sus prosas memoriosas, trazan de manera incesante ese cosmos que oscila entre lo real y lo irreal, lo vivido y lo soñado, lo fáctico y lo imaginario.

Un mito siempre es eso, una representación si se quiere ideal de un mundo anclado en la historia. Que se manifiesta por medio de una imaginería donde las cosas están transfiguradas por una belleza que le es propia, sin desvincularse por ello del magma real donde se origina.

Por ello, Los Quirquinchos, ese pequeño pueblo habitado por gringos e hijos de gringos en el sur de la provincia santafesina, en los textos de Isaías logra el prodigio de transmutar en leyenda o quimera.