La vieja guardia: la gran apuesta de Netflix para crear una franquicia

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La vieja guardia: la gran apuesta de Netflix para crear una franquicia

01 Agosto 2020

Por Diego Moneta

A medida que crece la competencia entre las plataformas de streaming, la participación en la mayor cantidad de géneros y mercados se vuelve un objetivo permanente. Donde no compite una, saca ventaja (y ganancia) otra. Hace unos meses, por ejemplo, Amazon aterrizó en Latinoamérica. Desde hace un tiempo, la creación de una franquicia es uno de los grandes anhelos de Netflix.

Más allá de series y temáticas insignia, una película capaz de convertirse en saga y franquicia es un área que la empresa de entretenimiento nunca explotó. Después de probar con Chris Hemsworth en Misión de rescate, parece ser que la gran apuesta será La vieja guardia y el protagónico de Charlize Theron. 

Basada en el cómic homónimo de Greg Rucka, ilustrado por el santafesino Leandro Fernández, el film se estrenó el 10 de julio y fue lo más visto del mes en la plataforma. Con la gran cantidad de publicidad dedicada a la promoción, y videos sobre el cómic o el entrenamiento de la protagonista, podemos suponer que Netflix ha puesto algo más que su confianza en esta producción.  
 
La vieja guardia sigue la historia de un grupo de cuatro mercenarios inmortales, liderados por Andrómaca de Escitia (Charlize Theron), o simplemente Andy en la actualidad. No saben por qué ni cómo, pero, en algún momento de su vida, se dan cuenta que tienen la capacidad curativa de autoregenerarse. 

El resto de los miembros son Joe (Marwan Kenzari) y Nicky (Luca Marinelli), que son pareja, y Booker (Matthias Schoenaerts), el integrante más reciente. Cada personaje tiene distintas edades y ha participado en diversos momentos de la historia, como cruzadas, guerras o revoluciones. No sabemos desde qué instancia histórica vive, pero Andy es la más antigua y por eso es la líder.

Después de siglos dedicándose a tratar de proteger y mejorar la humanidad, Andy considera que el mundo sólo ha empeorado. Sin embargo, decide aceptar la oferta del ex agente de la CIA, James Copley (Chiwetel Ejiofor). El rescate de un grupo de niños en Sudán del Sur resulta ser una trampa para exponer su inmortalidad ante Merrick (Harry Melling), un empresario farmacéutico que busca experimentar con su don.  

Como factor agregado, el grupo tiene visiones esporádicas sobre otras personas que cuentan con la misma capacidad. Así toman conocimiento de Nile (Kiki Layne), marine en acción en Afganistán. Luego de ser degollada, Nile sana y queda expuesta, por lo que debe ser rescatada.

La relación de esta última con Andy es una de las subtramas más atractivas. Son dos mujeres que, en distintos momentos de la historia, dedicaron su vida “al servicio de la humanidad”. La conexión se da a través del hecho de compartir una profesión que muchas veces implica asesinar a otros. Además, el personaje de Nile planteará sus propios dilemas: ¿cómo dejar atrás a la familia y afrontar un escenario muy distinto al que conoce?

Otra de las aristas que se abren es que, sin saber tampoco por qué sucede, en algún momento la aparente inmortalidad deja de ser tal. De esa manera, lo que distingue a La vieja guardia es que los personajes no son excusas para la acción. La reflexión en torno a las responsabilidades y consecuencias que implica este “don” es lo que vuelve singular la propuesta.

Lejos del argumento épico, se acentúa el trasfondo metafísico, manteniendo todos los componentes del género. Hay secuencias de lucha y una puesta de cámara que privilegia las coreografías, lo que demuestra un gran trabajo por parte de la directora afroamericana Gina Prince-Bythewood, acostumbrada a películas más intimistas.

De esta manera, La vieja guardia no sólo tiene un elenco diverso, sino que prueba la necesidad de que éste se traslade detrás de cámaras. Además de su directora y protagonista (que también es la productora), se le suman exponentes femeninos a cargo de edición (Terilyn Shropshire), fotografía (Tami Reiker), vestuario (Mary Vogt), efectos visuales (Sara Bennett) y el área musical (Julia Michels).  

La inmortalidad como “superpoder” se vuelve tan cautivante como íntima. Una interminable soledad se aleja del típico estilo de Marvel y DC. Planteadas así las cosas, la pregunta es: ¿puede La vieja guardia convertirse en la franquicia que tanto anhela Netflix?

Por el lado de la actuación, hay motivos de sobra. Charlize Theron, quien ya cuenta con un Oscar a mejor actriz por el protagónico en Monster, demuestra ser una estrella de acción mayúscula. La actriz prácticamente no usó un doble de riesgo y tomó clases de boxeo, taekwondo y lucha grecorromana, entre otras. También destaca Ejiofor, gracias a su participación premiada en 12 años de esclavitud

Si analizamos la respuesta de la audiencia, tampoco hay dudas. Es una de las producciones con mayor cantidad de visualizaciones en la historia de la plataforma durante sus primeras semanas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que Netflix contabiliza cualquier usuario que haya visto como mínimo dos minutos del film.

Finalmente, por el lado de la trama, hay varias entregas del cómic que se pueden adaptar y todavía hay algunas incluso sin editar. En principio, la escena post créditos fue una llamativa novedad y alumbra, al menos, una segunda parte.  

Entre detalles que ponen a la película por encima de las expectativas, y otros que demuestran que todavía quedan aspectos por mejorar y por explotar, La vieja guardia parece asentarse en una temática de acción donde el giro hacia el drama puede llevarse a cabo. Una vuelta de tuerca a los temas de siempre, que aún puede dar mucho más.

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