Crack Bang Boom XIV: donde el amor al cómic une al mainstream con el under
Se realizó la edición número 14 de la Convención Internacional de Historietas Crack Bang Boom (CBB) en la ciudad de Rosario y Agencia Paco Urondo estuvo presente. La Crack reúne a fanáticos del cómic y el manga de todo el país en un evento de cuatro días lleno de charlas, talleres, firmas de artistas nacionales e internacionales, decenas de stands, una entrega de premios y un desfile de cosplay en el último día, para cerrar el fin de semana. En esta edición, además, hubo novedades como un espacio dedicado a los videojuegos argentinos y la presencia por primera vez de un mangaka directo de Japón, Atsushi Kaneko, sumándose a David Lloyd (V de Vendetta) como invitados internacionales.
La CBB tiene algunas particularidades que la hacen destacar de otros eventos de cómics, manga o anime. Lo primero es que sucede en Rosario. Puede parecer un dato menor, pero para un país tan porteño-céntrico como el nuestro, es difícil que un evento consiga la notoriedad y volumen que tiene la Crack sin suceder en la Ciudad de Buenos Aires, y teniendo en la misma múltiples eventos del mismo tipo. Esto le da a los habitantes del AMBA una experiencia distinta, al obligarlos a movilizarse a otra provincia, como hacen el resto de argentinos todo el año para asistir a los eventos que suceden en la capital.
Un viaje en ruta, el hospedaje de un fin de semana en otra ciudad viendo cómics con tus amigos, suponen toda una aventura que se pierde cuando el predio está a un viaje en bondi de tu casa. Esto es todo un logro si pensamos por cuántos eventos— exceptuando quizá algún recital o partido de fútbol— se mueven los porteños lejos de la Ciudad.
Pero la CBB no es sólo su ciudad de origen y ahí entra la segunda particularidad del evento. A diferencia de otros como la Feria del Libro, la de Editores o la Cómic Con, que están pensadas para públicos específicos (seguidores del mainstream o lo independiente), la Crack Bang Boom junta todo en un solo lugar.
En la convención veremos cómics de editoriales argentinas que no se consiguen en las comiquerías más famosas y justifican por sí solos el viaje, pero también las últimas novedades de Marvel o DC. Vamos a encontrar charlas y firmas de autores argentinos, pero también de autores internacionales, de la talla de Frank Miller o David Lloyd.

“El encuentro está pensado con la historieta como principal motivo convocante, y eso es muy saludable, porque otros eventos del país tienen como atractivos el cine, las series y los videojuegos, siendo sus principales invitados actores y actrices (a veces de poca monta) y actores de doblaje, oferta que, en lo personal, no me interesa ni medio. El hecho que sea casi exclusivamente de historieta genera en los autores una empatía inmediata y concita un gran interés por los que somos productores del medio. Más allá del circo cosplayero, la quintaesencia del evento es el amor por el arte secuencial”, afirma Pablo Colaso, reconocido dibujante de historietas e ilustrador, cuando le preguntamos qué convoca a los artistas año tras año a este evento.
De esta manera, la Crack se transforma en un evento para los fans de los cómics en general, sin distinción, y expone a ambos nichos a las obras del otro. Uno puede entrar por los cómics independientes de autores locales y encontrarse en su recorrido con algún cómic extranjero de un gran sello que le llame la atención y viceversa. Convivir es la única forma de conocer y conocer es el primer paso para empezar a consumir.
Y cuando uno ve cómo está aceitado el andamiaje que sostiene a la CBB, no deja de sorprenderlo. “La verdad que la Crack es medio un oasis como funciona. Fundamental la figura de Eduardo Risso que posibilita muchísimo a nivel de invitados y demás. La participación del Estado, a pesar de todo, sobre todo el local y algo del provincial, sigue presente. Quieren estar porque saben que les suma mucho el ser parte de la organización de la Crack Bang Boom. Por la cantidad de gente que se aglutina, la importancia que tiene el evento a nivel cultural y a nivel popular, de público”, cuenta Mariano Abrach, de Multiversal Ediciones y miembro de la organización del evento. “La acumulación de estos años de trabajo permite que la Crack no necesite aportes externos grandes para muchas cosas, porque lo que recauda en venta de entradas se usa para financiarla. No es con ánimo de lucro, no se usa para nada el dinero que se recauda más que para costear la siguiente edición. Y eso, obviamente, te posibilita estar medio aislado de lo macroeconómico, si se quiere”, completa.
A pesar de eso, las condiciones que atraviesa el país hicieron dudar si la asistencia alcanzaría los números multitudinarios de los años anteriores. “Había mucha incertidumbre de cómo iba a funcionar a nivel público, si iba a tener la posibilidad de pagar las entradas y de comprar algo en los stands, editoriales y demás. Por eso, también, se buscó sostener un precio de entrada lo más accesible posible. Si lo piensan, la entrada costaba 10.000 pesos por día, que es plata para alguien que le cuesta conseguirla, pero a la vez no es nada si lo comparás con lo que salen las cosas, hoy por hoy. El público funciona como una especie de oasis en el sentido de que lo esperan, saben que está, saben la fecha y se reservan dinero para este momento. Para entrar, para comprar algún libro, alguna remera, lo que sea que les que les interese. También tiene los espacios gratuitos, que posibilitan que se acerque mucha gente sin tener que poner un mango”, cierra Abrach.

En este sentido, cobra mucha relevancia el lugar que la convención le da al talento local para mostrarse y vender su trabajo al público cada vez más grande que va amasando el evento. La carpa de fanzines es un espacio gratuito al que la gente puede entrar sin pagar la entrada del evento y se trata de un espacio dedicado a que los artistas amateurs puedan exponer y vender su arte, también de forma gratuita para ellos. Esto supone una ventana muy importante para los artistas que están dando sus primeros pasos y necesitan darse a conocer y es también el momento de mayor venta del año para ellos, dado el caudal de gente y la popularidad de la carpa, que estuvo repleta de gente a toda hora, los cuatro días del evento.
Victoria Bosch, artista local que participó por vez primera como feriante en dicha carpa, asegura que “participar fue un montón. Pasar de la Ilusferia, que es una feria más chiquita, a la Crack Bang Boom, que es la segunda convención de historietas más grande de toda Latinoamérica, fue como un paso un poquito grande. No soy de publicar en redes sociales ni nada, entonces tener esa exposición frente a tanta gente, que vea tu laburo y que le guste lo que hacés, que te alabe, siga y te compre, es como un mimo al alma. Además, tener la posibilidad de ver un montón de artistas que están haciendo cosas tan diferentes, compartiendo un mismo espacio y codearte con gente que está hace un montón haciendo lo que hace, con un talento increíble no sólo para dibujar, sino también para vender sus propias producciones, poder codearse de toda esa gente te abre un mundo de posibilidades, un montón de aprendizaje”.
Uno de los momentos destacados de la Crack fue la entrega de los Premios Trillo 2025, tal vez el galardón más importante de la historieta argentina, ya que los ganadores son elegidos por dibujantes, historietistas y editores que pasaron en años anteriores por el evento (en casi todos los discursos de agradecimiento se escuchó esa mezcla de orgullo y felicidad al ser distinguidos por sus pares).
Los ganadores de la 14ª Crack Bang Boom fueron: El pasajero del U-977, de Rodolfo Santullo y Carlos Barocelli como Mejor Obra Público Adulto (editado por Pictus @Pictuseditorial); La caja 5: Viva la libertá, de Esteban Podeti como Mejor Obra de Humor Gráfico (editado por Historieteca @historieteca); El otro lago, de Dani Ruggeri como Mejor Obra Infantil-Juvenil (Editado por Maten al mensajero @matenalmensajero); Así mataban, geografía del genocidio, de varios autores como Mejor Antología (editado por El 23); Julio César, de Eduardo Risso y Ricardo Ferrari como Rescate de Material (Editado por Puro Comic @purocomicrosario); El asombroso Cosmo Colibrí, de Dolores Alcatena como Mejor Obra en Formato Digital (editado por Croma Comic); Julio César, de Eduardo Risso y Ricardo Ferrari como Mejor Portada; Carlos Barocelli, por El pasajero del U-977, como Mejor Dibujante; María Eugenia Alcatena, por Las durmientes como Mejor Guionista (editado por Leitmotiv); Kundo Krunch, por No Robots, como Autor Integral (editado por Loco Rabia); mientras que el Premio a la trayectoria fue para Ricardo Ferrari.

En esta edición, el cierre en el escenario a cargo del fundador del evento, Eduardo Risso, contó con dos sorpresas, una de ellas incluso para él mismo. En primer lugar, se mostró un adelanto del documental Filmando a Risso, que retratará la vida y obra del mítico dibujante rosarino, con la participación de personajes de la talla de Jeph Loeb, pero también de la propia familia de Risso en la ficcionalización de su juventud. Por otro lado, se vivió un momento tan inédito como emotivo cuando la organización de la CBB le presentó, por sorpresa, su quinto premio Eisner— el oscar de los artistas de cómics— a Eduardo Risso, trayéndolo sin su conocimiento directo de Estados Unidos y de la mano de su familia. Los asistentes al evento pudieron ver en persona el premio, un privilegio que usualmente se reserva al círculo íntimo del ganador.
Por último, pero no menos importante, para dimensionar un poco el éxito de la Crack Bang Boom llevándolo a números, en esta edición que sucedió entre el 14 y el 17 de agosto, la convención recibió entre 70 y 80 mil personas, una cantidad envidiable si pensamos que su par porteño, la Cómic Con (con otra escala y presupuesto) cobijó el año pasado alrededor de 100 mil personas en el predio de Costa Salguero. O como nos dice un Mariano Abrach, cansado pero feliz: “Por suerte funcionó como siempre. Muchísima gente, un ánimo, un humor espectacular, una calidez de todos los que asisten y un poquito más. Siempre es así, siempre es lo mismo que el año anterior y un poco más de gente. La verdad que es un éxito”.