“La noche del mimeógrafo”: condenaron a 20 años al ex-policía federal Mazzaferri

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“La noche del mimeógrafo”: condenaron a 20 años al ex-policía federal Mazzaferri

28 Julio 2017

Por Pablo Russo

Condena

El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó al ex comisario general de la Policía Federal por el allanamiento ilegal del domicilio de dos personas, la privación ilegítima de libertad e imposición de tormentos respecto de ocho víctimas, que fueron calificados como crímenes de lesa humanidad. También fue condenado como integrante de una asociación ilícita, en el marco de un plan sistemático de persecución y exterminio de militantes políticos, aunque con la disidencia de uno de los jueces.

Asimismo, los jueces Beatriz Caballero de Barabani, Jorge Sebastián Gallino y Otmar Paulucci rechazaron los planteos defensistas de prescripción, excepción de falta de acción en la continuidad de la investigación por aplicación de las leyes de obediencia debida y punto final y extensión de los plazos razonables en la tramitación del proceso.

Antes de eso, el represor habló durante quince minutos ante el tribunal. “Debo decir que no soy un genocida ni un apropiador de menores”, dijo Mazzaferri en el comienzo de su diatriba. “No vine a Concepción del Uruguay a integrar ningún grupo fantasma ni como integrante de una patota”, aseguró más adelante. En otro tramo de su exposición, el represor de 64 años afirmó: “Yo jamás integré ninguna asociación ilícita; mi único pecado a esta altura es haber pertenecido a una fuerza bicentenaria”, en referencia a la Policía Federal.

También negó que en Concepción del Uruguay hubiera funcionado un centro clandestino de detención, “ni nada que se le parezca”, y que “en ese lugar no existía ningún terrorismo de Estado”; llegó al absurdo de decir que la acusación había sido promovida por algún tipo de persecución política; aseguró que las víctimas tenían “una memoria selectiva y eso modifica la verdad”, que las acusaciones no se sostenían en los hechos históricos” y que los dichos en el juicio eran “producto de relatos”.

Intervención artística en la puerta del Tribunal Federal

En la puerta del tribunal, sobre la calle que estuvo cortada al tránsito desde las diez hasta cerca de las dos de la tarde, militantes de organizaciones políticas (La Cámpora, Partido Comunista, MST); integrantes de los organismos de derechos humanos; referentes políticos, sindicales y vecinalistas de la ciudad de Paraná; estudiantes y gente que se acercó a ponerle el cuerpo a la lucha por memoria, verdad y justicia, escucharon las palabras de Mazaferri y la sentencia del tribunal a través de los parlantes que tomaban el sonido directo de la sala.

Además, hubo radio abierta, bandas musicales, y una intervención artística con un mimeógrafo, símbolo de “La noche del mimeógrafo” por la que se condenó al imputado. Mimeógrafo. El viejo mimeógrafo estuvo presente en la concentración matinal como una víctima más del terrorismo de Estado. El objeto anacrónico formó parte de una performance con actores y de impresión de folletos.

Uno de los volantes del reproductor de textos estaba firmados por la Uader (Universidad Autónoma de Entre Ríos), Hijos Paraná, y la Multisectorial de DDHH. Llevaba como título “Reproduzca esta información. ¿Puede un instrumento de imprenta ser un objeto subversivo?”.

En el panfleto se explicaba qué fue “La noche del mimeógrafo” y cuál fue el rol asumido por Mazzaferri. “El aparato que simboliza la libertad de expresión, representa al mismo tiempo la construcción de sentido propia del terrorismo de Estado: todo aquel que manifiesta oposición a la dictadura es considerado un enemigo. Y para el enemigo no hay derecho alguno”, se podía leer en las hojas que se repartían in situ.

Otra impresión reproducía la consigna de 1976 generada por las víctimas de Mazzaferri: “Fuera Videla y Martínez de Hoz”, y estaba firmado por Hijos, Uader y la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia, formando parte del programa “La Uader va a los juicios”, que impulsa que estudiantes y docentes acompañen del proceso de juzgamiento de crímenes de lesa humanidad.

Mientras se esperaba la lectura de la sentencia, en un silencio absoluto, ocho estudiantes de Teatro de la Uader realizaron una demostración simbólica que representaba la detención de los estudiantes de Concepción del Uruguay en 1976. Vestidos con ropas de época, permanecieron de espaldas con las manos apoyadas en la pared de los tribunales, durante un tiempo breve que resaltó la eternidad de una dictadura. Luego, lentamente giraron con sus mandos apoyadas sobre la cabeza y miraron a los presentes, que cerraron la actuación con un aplauso.

Instrumentos

La condena a 20 años fue celebrada en la calle. Al final de la lectura de la sentencia, los cantos habituales despidieron la camioneta blanca que trasladó al condenado: “Como a los nazis, les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”. Antes de un cierre musical, los abogados querellantes hablaron unos minutos en el micrófono del pequeño escenario montado frente al edificio.

“Los juicios se ganan con pruebas, no hay otra forma. Y trajimos a este tribunal todas las pruebas”, dijo emocionada la abogada María Isabel Caccioppoli, de Concepción del Uruguay.

“Desde las querellas estamos satisfechos por el monto de la condena. Revisaremos el 3 de agosto cuales son los fundamentos. De momento no vamos a apelar, a pesar de haber pedido 25 años. Si hay algo que mejorar intentaremos que se mejore. Agradezco a las colegas con las que venimos trabajando hace varios años y vamos a seguir en ese tránsito hasta que el último genocida de nuestra provincia esté preso. Con la gente en la calle, que es la otra pata: los juicios y la gente en la calle”, expresó Marcelo Boykens, abogado querellante y coordinador del Registro Único de la Verdad.

“Nosotros los abogados somos un instrumento más en esta lucha por el juicio y castigo. La única manera de sostener estos juicios contra los genocidas de nuestro pueblo es con ustedes en la calle, presionando al poder judicial para que se lleven a cabo estos juicios y para que haya condena efectiva para los genocidas. En Paraná y en la provincia de Entre Ríos esperamos audiencias orales en varios juicios. También pedimos al Tribunal Oral Federal de Paraná que ponga fecha para el inicio del debate de la causa contra los médicos dueños del Instituto Privado de Pediatría, por donde pasaron los compañeros Sabrina Gullino y su hermano mellizo que todavía estamos buscando”, señaló Lucía Tejera, abogada querellante.

Justicia

“Se vienen varias cosas, esperemos que algunas de ellas este año. Se tiene que dar sentencia en la causa conocida como Papetti, se tiene que producir la última prueba y llegar a sentencia, que es muy importante. Está Papetti y otras veinte víctimas más; es la segunda parte de la Causa Área Paraná. Y por supuesto pedimos, aprovechaos que estamos frente al Tribunal Oral Federal, que sean tres jueces y no uno, como pretenden las defensas y permite el código procesal. Entendemos que el juicio de apropiación tiene que tener el espesor necesario, del aporte civil de tres médicos que permitieron que se perfeccione el robo de Sabri y su mellizo. Seguramente esa instancia de juicio oral nos va a arrimar un poco más al melli, seguramente los testigos se acuerden alguna otra cosa que tienen para decir, seguro los y las paranaenses van a reflexionar sobre lo que pasó esos días. Esto es realmente importante, nos costó muchísimo llegar a procesar a esos médicos y traerlos a juicio oral, y entendemos que Paraná va a ser una ciudad muchísimo más feliz si podemos decirle a esos tres médicos –que eran cuatro- que son apropiadores”, expuso a su turno Sofía Uranga, otra de las abogadas querellantes.

“Pensaba en la importancia que tienen estos juicios que en este contexto negacionista nos quieren hacer creer que forman parte del pasado. Todo lo contrario, porque son un producto social, son nuestros y es la posibilidad de pensar que podemos vivir en un país mejor, en un país con justicia. Decirles a los jueces que ellos también son un instrumento para que podamos vivir en una sociedad más justa. Los argentinos demostramos que no nos da lo mismo caminar en las calles con los genocidas sueltos”, remarcó Sabrina Gullino Valenzuela Negro, integrantes de HIJOS.

“También hay que reflexionar y hacer ese puente para pensar qué proyecto de país querían los compañeros de la década del setenta, los desaparecidos, los jóvenes que hoy pudieron reparar un poco sus vidas con esta sentencia. Ese también es el legado que nos dejan las abuelas, las madres, los sobrevivientes. Hoy es un día para celebrar”, concluyó.

Fuente: El Diario