Urondeanas, Paco y los poetas de hoy

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Urondeanas, Paco y los poetas de hoy

28 Agosto 2016

Por Miguel Martínez Naón

“Como siempre sucede, toda trascendencia viene acompañada por un malentendido. En el caso de Paco, creo que el malentendido apunta a su carácter único por la difícil conjugación de militancia y obra literaria. Y en ese malentendido doble están quienes deploran que la militancia haya devorado al intelectual brillante y a su obra; y quienes celebran su voluntad revolucionaria, a la que adornaría su obra puesta al servicio de la revolución. Creo que, en ambos casos, son simplificaciones que impiden ver algo que entiendo es más rico: su caso de intelectual militante no fue único, y la tensión entre militancia y obra literaria no está saldada, ni siquiera en el balance que propone toda vida cerrada”

Sostiene el poeta Miguel Gaya, y continúa:

“Paco no subordinó su condición de escritor y poeta a la revolución, ni la militancia fue un adorno de su condición de poeta. Poesía y revolución fueron una sola y misma búsqueda de sentido existencial y trascendencia individual. Y en ambas puso la misma pasión y el mismo compromiso”

A su vez Daniel Freidemberg expresó: “Urondo trabajó desde muy temprano para crear riqueza con las palabras, y no es una riqueza más, es algo que nos pone en contacto con nosotros mismos, y con lo mejor de nosotros mismos. Su poesía particularmente rica, fuerte, poderosa, más que poderosa refinada, extremadamente refinada encontraba un mismo pulso de fondo, que en el fondo estaba buscando lo mismo, una vida que no fuera domesticada”

Daniel habla de “Poesía sustantiva” la que “existe en la realidad tanto como realidad, realidad en sí misma, y que no es un adorno” y hace mención del ensayo Veinte años de poesía argentina: “Un libro muy breve de Paco, que revisaba la poesía argentina entre 1940 y 1960, y reivindicaba fundamentalmente dos vanguardias: la revista Martín Fierro de la década del 20 y la revista Poesía Buenos Aires de los años 50, en la que él había estado muy vinculado”

“Una gran parte de la intelectualidad argentina sentía que a la vida había que ganársela por todos los costados, y había que vivirla por todos los costados, tanto en buscar la belleza extrema, como el amor, el sexo, y también la libertad política. No había ningún espacio que se pudiera obviar, creo que eso fue lo que muchos aprendimos de Poesía Argentina”

“A Urondo le gusta el lujo, la sensualidad, el placer. Contra todo criterio de que el militante tiene que ser una persona ascética. Entiende el lujo como derroche, sin límites a lo bueno de la vida. Así es su poesía desde el principio, al mismo tiempo que sus enormes culpas de vivir en un mundo injusto, absurdo, en un mundo donde nos arrojan a una vida mezquina y sin sentido. Está todo eso al mismo tiempo, y es un conflicto que nunca se resuelve, no puede resolverse, y hay un momento donde va incorporando los principios de la realidad, donde empieza a aparecer la palabra Revolución, y esa palabra viene a unir esas dos posibilidades ¿Qué hace alguien que vive todos los placeres, que quiere todas las bellezas y que vive en un mundo injusto? La única manera de armonizar las dos cosas es a través de la revolución. Entonces ahí se funden las dos cosas: la lucha por la poesía y la lucha por la revolución, es un mismo impulso”

Por su parte Liliana Daunes condujo el cierre de la actividad con la jam poética, momento dedicado a la reescritura de algunos de los poemas de Paco Urondo. Junto a jóvenes poetas se recitó, codo a codo, este diálogo entre pasado y presente y su continuidad.