"Tierra de los despojos": primera novela del periodista Hugo Muleiro

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    Presentacion CCC Tierra de despojos
    Foto: Verónica Llonto
ENTREVISTA LITERARIA

"Tierra de los despojos": primera novela del periodista Hugo Muleiro

14 Mayo 2023

Con una carrera periodística sustancial y un trabajo vinculado a lo social, el periodista Hugo Muleiro presentó el pasado 24 de abril en el Centro Cultural de la Cooperación (CCC), su primer trabajo de ficción, la novela Tierra de los despojos, publicada por MT Editores.

El libro, que como tantos proyectos literarios cuidados llevó siete años de idas y venidas, se sitúa en un espacio entre pueblos en el que un chico y una chica, provenientes de familias de abolengo se enfrentan a sus dilemas íntimos, a historias oscuras signadas por el abuso de poder solapado en un ambiente donde, según el autor, “la armonía, el buen pasar, cierta calma y cierto orden esconden asuntos que nadie se atreve a nombrar”.

Reunidos en el CCC, la presentación del libro se dio entre amigos, familiares y colegas, con una lectura inicial de la periodista Eliana Verón, una conversación con el poeta Guillermo Bianchi y una puesta en escena teatral de Melina Muleiro, que redefinieron la obra en este puntapié inicial.

“Si bien la novela se sitúa en un espacio inventado”, dice Hugo, “la concentración de la propiedad de la tierra, con familias poderosas que controlan cuanto sucede en ciudades y pueblos aledaños, está presente en la historia. Un poder económico que se traslada al poder político, a control de los resortes judiciales, de las fuerzas de seguridad y los medios de comunicación locales”, una temática que trabajó a lo largo de su producción periodística, y que se comprueba en muchos lugares del país y de América Latina.

La novela transita la ruptura que dos jóvenes (Ángelo y Camila) encaran con respecto a sus tradiciones familiares, y de cómo el anhelo, el deseo y la fuerza interior se liberan a partir de accidentes entre autoprovocados y fortuitos. “No hay forma de mantenerse en una placidez adormecida, indiferente, incluso a la propia historia. Me parece imposible y en todo caso es un fracaso”, comenta Hugo.

Tierra de los despojos fue para Hugo un trabajo para el que tuvo que rehacer las herramientas de la escritura periodística, que “reclama rigurosidad, datos ciertos, fuentes claras, fundamentar cada aparte del relato y respaldarla en una verificación”, para romper un tipo de escritura forjada con una experiencia substancial y dejarse flotar en las posibilidades de la creación ficcional.

Sin embargo, la novela está nutridísima del trabajo periodístico y los lugares a los que el oficio lo llevó a lo largo de su carrera, una “comprobación asidua de un relato bastante repetido en lugares muy distantes geográficamente de nuestras ciudades, de las provincias, de nuestras capitales provinciales, nuestras grandes ciudades sin ser capitales, donde hay factores de poder omnipresentes, muy fuertes y muy actuales, que tienen una capacidad de acumulación económica muy grande; pero también formas más invisibles de control social como la prensa local, los juzgados, el legislativo local, el municipio, la policía, la iglesia, que se va expandiendo en el cuerpo social, es determinante de algunas conductas y ese poder que fija los límites de hasta dónde se puede llegar en esos lugares. Y cuando alguien cruza el límite y le puede ir mal”.

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Libro Tierra de los despojos

 

AGENCIA PACO URONDO conversó con el autor sobre distintos matices de la producción.

APU: La construcción de los personajes me hizo acordar un poco a Sobre héroes y tumbas, en cuanto a estos personajes jóvenes, un poco neuróticos, que buscan o se encuentran con algo más allá de la vida que tienen. Parece que eso es una preocupación atemporal, ¿o creés que ahora hay más mundo que salir a buscar que antes para no morir en la inacción?

Hugo Muleiro: En líneas generales entiendo que el mundo de hoy ofrece menos caminos que antes, porque tiende a organizarnos en torno de nuestra individualidad y círculo más cercano, más lejos de la comunidad, funcionando casi con prescindencia del roce, del empuje y la interacción colectiva. Por supuesto que el desafío de la búsqueda de nuestro lugar en el mundo es, como dijiste, una preocupación atemporal, y sobre todo para personas jóvenes. Pero ahora estamos compelidos a resolverlo por nuestra cuenta, sin intercambiar con el universo de las personas de las que podríamos nutrirnos y sostener, cómo no, confrontaciones y conflictos, idas y vueltas, abrazos y enojos que son la vida misma.

Trabajamos y estudiamos más solos y solas, accedemos al arte –quienes podemos, y cada quien en su medida- en la casa, nos traen nuestros consumos a la puerta. En medio de un contexto de presión y de amenazas múltiples, quizá tendemos a una auto-conformidad que nos aleja de sueños a veces complejos, difíciles, deseos que parecen meternos en problemas y entonces los barremos bajo la alfombra, Trato de describir ese conflicto en la novela: resignar deseos y sueños es una pérdida, una derrota.

APU: Hablamos habitualmente del desafío que es escribir un libro, pero publicarlo hoy en día también es muy difícil. ¿Cómo fue el proceso y el trabajo con la editorial? ¿Qué otras personas participaron en este trayecto largo?

H.M.: Ciertamente, las dificultades son grandes. Pero me encontré con una gran disposición de MT Editores y Grupo Editorial Sur, personas que tienen amor por el libro, que la reman cada día, que se lanzan a encargar a la imprenta los libros a sabiendas de que cualquier día pueden tener una sorpresa y un problema mayúsculo. Siendo una editorial que no pertenece a una de las corporaciones grandes, toda esa actividad, desde la lectura hasta el diseño, la ilustración de portada, y luego la trabajosa distribución, se explica únicamente por el amor al libro como un tesoro de nuestra civilización que, por suerte, muchos y muchas no quieren que se pierda.

“El mundo de hoy ofrece menos caminos que antes, porque tiende a organizarnos en torno de nuestra individualidad y círculo más cercano, más lejos de la comunidad”.

APU: Rara vez le preguntan a los periodistas sus influencias literarias pero esta es la ocasión, contanos un poco de tus imprescindibles y de ese tipo de palabras que creés que se te pegaron a la hora de escribir Tierra de los despojos.

H.M.: En un sentido general, la lectura de poesía, que frecuento y exploro para la revista digital que dirijo, La poesía alcanza, fue uno de los nutrientes principales, justamente por lo que decíamos antes: por la rigurosidad y cierta estrechez de lenguaje que demanda el periodismo informativo, que en teoría está destinado a que muchas personas puedan interesarse y comprender el mensaje que reciben, al que además tienen derecho. El poema te trae palabras usadas en los sentidos más sorprendentes, ofrece una forma ampliada, con más colores y aromas para mirar el mundo, sus habitantes y sus objetos. No es que para escribir fui a buscar una palabra en un libro de poesía: creo –tengo la esperanza- que la poesía va sembrando palabras en quien lee. En cuanto a imprescindibles, quisiera eludir la vanidad de inscribir esta novela en alguna senda virtuosa abierta por otros u otras. Así que, aclarado esto, digo que una de las escrituras que más disfruto es la de José Saramago, que te toma del brazo y te lleva a ver el mundo con él, a sufrirlo y a disfrutarlo con él.

APU: Como última oportunidad para decir algo sobre el libro antes de que deje de ser tuyo y pase a ser de los lectores: ¿Qué descubriste en tu propio libro?

H.M.: Después de algún período de “reposo” dado a la novela, es decir dejando de corregirla, tocarla, revisarla, modificarla, y otra vez y otra vez, descubrí después de un tiempo de distancia que algunos tramos me “tocaron”. Sobre todo circunstancias de los personajes que me conmovieron. Eso me dio la ilusión –veremos qué tan justificada- de que tal vez las y los lectores puedan sentir lo mismo. Y, las primeras lectoras y lectores me transmitieron que habían evocado situaciones o etapas personales, sentimientos parecidos a los que atraviesan los personajes. La novela, me dijeron, les trajo resonancias emocionales. Y respaldo lo que decís, que el libro pase a ser de quienes lo lean: en ese sentido, me gustaría que puedan decidir ciertos significados o situaciones de la historia que están, digamos así, bastante abiertas.

Hugo Muleiro es presidente de Comunicadores de la Argentina (COMUNA), dirige la revista digital La poesía alcanza, que difunde poesía, teatro y otras expresiones, y escribió Palabra por palabra, estructura y léxico para las noticias (2002), Al margen de la agenda: Noticias, discriminación y exclusión (2006). También co-escribió los ensayos periodísticos Los garcas (2013), Los monstruos (2016) y La clase un cuarto (2019), junto a su hermano Vicente.