Lucía Fariña: “Malvinas es prioridad para el Municipio de Avellaneda”

Este 14 de junio se cumplieron 43 años de la rendición en el conflicto bélico iniciado el 2 de abril de 1982 en torno a la disputa por la soberanía sobre las Islas Malvinas, Argentina, Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur. A contramano del sentimiento popular, de lo que dicta la Historia y todos los argumentos geográficos y legales, el gobierno Nacional que preside Javier Milei (complejo de calificar por la acumulación de adjetivos negativos que resiste, y evitaremos expresar por decoro y trascendencia de la causa) deshonra a los Héroes de la Patria balbuceando frases que entorpecen los reclamos que Argentina viene llevando adelante con la aprobación de casi la totalidad de los países del mundo.

En este marco, el municipio de Avellaneda, conducido por el ingeniero Jorge Ferraresi, ha tomado la iniciativa de construir para la comunidad el Museo Islas Malvinas, situado en el barrio de Sarandí.

Agencia Paco Urondo tuvo la oportunidad de conversar con la artista plástica Lucía Fariña, coordinadora de contenidos del Museo hasta junio, actualmente coordinadora artística del Centro Municipal de Arte del municipio de Avellaneda.

Agencia Paco Urondo: En un contexto de desmalvinización y aún padeciendo el desfinanciamiento del Estado Nacional, Avellaneda se embarca en esta propuesta y política.

Lucía Fariña: El Museo es parte de la estructura de la Municipalidad de Avellaneda. Está anclado en la Secretaría de Cultura y Promoción de las Artes. La Municipalidad hizo suya, ya desde el año pasado, un proyecto de combatientes presentado a Jorge Ferraresi quien tomó esta petición y la construcción del edificio para abordar la idea de malvinizar. También funcionan aquí las dos organizaciones de combatientes que tiene la ciudad.

El museo tiene una estructura que trabaja la línea de tiempo, los 500 años de historia en la cual se marcan los hitos, las cartas de navegación, los distintos tratados, los reclamos y acuerdos internacionales que certifican la pertenencia de las Malvinas a la República Argentina.

Hay que destacar la decisión política de hacer una inversión multimillonaria en los dispositivos, ya que significan mucho dinero para la comunidad, todo con fondos propios de Avellaneda. No tiene subsidios ni financiamiento del Estado Nacional, sin embargo Malvinas es una prioridad para el Municipio.

APU: El museo aborda no sólo lo relativo al conflicto del 82, sino también la historia, los argumentos legales y técnicos, la condición bicontinental de Argentina ¿Con qué perspectivas se lleva adelante esa labor?

L.F.: Hay un acuerdo entre la Asociación Combatientes de Malvinas de Avellaneda y la Agrupación 2 de Abril que consiste en que el Observatorio Malvinas de la Universidad Nacional de Lanús, dirigido por César Trejo, lleve el guión curatorial del museo. Si bien hay una dirección que aporta en la construcción del relato, el observatorio fue el paraguas que ordenó lo histórico, político, institucional. Forman juntos una gran estructura que integra los contenidos de la línea de tiempo, de las temáticas, y la manera de abordarlo. 

En lo relativo a Malvinas la palabra es muy importante. Equivocar una palabra puede ser un problema. Institucionalmente hay que tener mucho cuidado por los conceptos y por la historia de cada uno de los aspectos que tienen que ver con la soberanía. Hay politicidad en eso.

APU: ¿Qué podemos encontrar en el Museo Islas Malvinas?

L.F.: Una línea de tiempo desde 1520 hasta la actualidad. Buscamos pensar la soberanía y la pertenencia de las Islas Malvinas más allá del conflicto bélico, al que también se le dedica un espacio importante, ya que es el que, como sociedad, nos mueve e interpela y es un hecho muy significativo y cercano. Pero se expone la historia de la soberanía, los recursos naturales, la geografía, cartografías, la Antártida, para poder pensar a la Argentina como un país bicontinental.

El mural del mapa bicontinental fue creado por el grupo América en Colores, parte de la municipalidad. Retoma la imagen reconocida del pintor uruguayo Torres García. Está realizado en encáustica, una técnica muy antigua de pigmentación de cera de abeja. Ellos asistieron mucho tiempo al taller de Antonio Pují, un maestro que les transmitió esta técnica. Es un mural de 10 metros en el que se encuentran simbologías, como el cambio de norte y con quiénes participaron en el conflicto, barcos piratas secuestrando el material.

APU: Desde la misma fachada hay una estética novedosa, en su interior se aprecia la incorporación tecnológica y la presencia de figuras conceptuales enemigas como piratas o la responsable del hundimiento del crucero ARA General Belgrano…

L.F.: Es algo que funciona en Avellaneda y no a nivel nacional: considerar el Estado como la institucionalidad que garantice el trasvasamiento generacional de la Memoria, porque si nosotros no las contamos, las historias se van perdiendo. Los combatientes ya tienen más de 60 años. Hay una línea que tiene que ver con el tiempo, otra con los temas a desarrollar, los recursos culturales, la geografía de Malvinas, la Antártida y su importancia.

La figura de los piratas está muy trabajada. Por ejemplo, hubo la idea de un pirata como una sombra negra que iba asediando constantemente. Por cuestiones de diseño, esa idea quedó afuera, pero se manejaron muchas formas de representarlo. En una de las fotos está Margaret Thatcher.

Como conexión intergeneracional se plantea trabajar con dispositivos de realidad aumentada para incorporar a nuevas generaciones. El Mirage es un fuselaje real, el concepto del casco de avión y la realidad virtual como la forma de dar respuesta a eso. Este concepto es muy Star Wars. Pero está bien, porque los que ahora tienen 16, 17 años, vivieron eso como parte de la infancia.

Como recurso para que te conmocione hay que buscar las estrategias, tiene que haber un punto de conexión. Ya que se apropian de todo lo nuestro, utilicémoslos también de forma inteligente. Muchas de las personas que trabajan en el Museo son familiares de Combatientes o caídos, es una manera de concretar el trasvasamiento, de generar cercanía entre los grupos de jóvenes que visitan con escuelas y, a su vez, una reivindicación concreta dando un lugar en la comunicación de la causa Malvinas.

APU: En el patio podemos encontrar una instalación muy interesante ¿Qué podrías contarnos sobre ella?

L.F.: Hay distintos homenajes en el museo y se establece institucionalmente que haya una parada donde estén los nombres de todos los caídos de Argentina. Tenemos la instalación que es un homenaje hecho en Puntos Culturales. Estuvo dos años allá, con la promesa de que cuando se hiciera el museo, que ya era una conversación de hace de tiempo, iba a estar acá, así que se concretó. Me habilitaron a traerlo.

El museo está emplazado en un barrio, no estamos en el centro de la ciudad y el patio funciona como un ámbito más reflexivo. Tenemos una gran vista de las Islas, un Gaucho Rivero representado y el homenaje a los diez caídos de Avellaneda, un reconocimiento a ellos, sus nombres y retratos,con la Virgen. Está trabajado en distintos materiales audiovisuales que se plantearon en relación a la Virgen de Luján, el manto que es la bandera argentina.

En las islas está prohibido exhibir la bandera argentina, entonces esto también tiene relación con las causas populares. Hubo varias situaciones en las que se ha plantado la bandera, y en el caso de la virgen, también se la considera una de ellas. Es un altar realizado con piedra.

APU: Sabemos que a la inauguración se acercaron miles y miles de vecinos de a pie, no hubo una cosa de mucha orga. ¿Cómo lo percibieron?

L.F.: No fue de organizaciones sino un recibimiento natural de la gente. Los vecinos vienen mucho de visita, les interesa la temática. Justo para el 2 de abril, el presidente volvió a hablar de la autodeterminación de los ocupantes de las Islas. Esas actitudes también le dan mucha bronca a la comunidad. En ese sentido, respaldan y acompañan con su presencia. Sí hubo miles de personas. En el acto estaban las organizaciones, estaba la Federación y la Confederación de Combatientes. Los discursos fueron muy emocionantes; ellos lo han vivido en primera persona. Pero creo que a todos nos sigue movilizando. Además eran jóvenes y ese es un aspecto que importa mucho a la comunidad.