¿Qué representó el lanzamiento de Sinceramente?

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¿Qué representó el lanzamiento de Sinceramente?

16 Junio 2019

Por José Cornejo Pérez

La primera consecuencia, previa al acto de la Rural, fue el aluvión de ventas. La voluntad de una buena parte del Pueblo politizado de tener en sus manos algo material de CFK. Cuando los y las lectoras se sacaban la foto con el volumen, era una forma de acercarse a Cristina, de abrazarla, de manifestarle su afecto. Algo en común con el universo del rock o el fútbol, tradiciones profundas de nuestra argentinidad. Todo potenciado por las redes sociales, que inciden sobre las subjetividades del siglo 21 a niveles inimaginables una década atrás.

La segunda fue el lanzamiento en sí mismo. A pesar de todos los guiños de CFK a Alberto Fernández, cuchicheando en primera fila con la madre de Plaza de Mayo Taty Almeida, nadie pudo prever que sería el candidato presidencial del kirchnerismo. ¿Por qué? Quizás el funcionariado ministerial en el salón Borges, y el público agitando adentro y afuera de la Rural, proyectaron un retorno triunfal de la expresidenta.

El tercer impacto fue que aceleró, provocó o volvió a poner en cartelera libros de todos aquellos que quieren ser candidatos o candidatas en Argentina. Si querés pesar en política, tenés que escribir. Un mandato muy saludable. Ahí están Axel Kicillof (¿Y ahora qué?, Siglo XXI), Daniel Scioli (El otro camino, Planeta), Felipe Solá (Peronismo, Pampa y peligro, Planeta), Martín Lousteau (Debajo del agua, Sudamericana), Juan Grabois (La clase peligrosa, Planeta), la exministra de economía bonaerense Silvina Batakis (Construir un horizonte de futuro, Lectura Crítica), la diputada Gabriela Cerruti (Big Macri, Planeta) y después está Elisa Carrió que prefirió que escriban sobre ella (Lilita, de Laura Serra, Planeta). Por obvias razones, nadie espera ni un folleto del presidente Mauricio Macri.

El predicamento de Cristina Fernández sobre Argentina, tanto quienes la aman como la odian, es fenomenal, a la altura de Carlos “el Indio” Solari o Diego Armando Maradona. Pero la condición de ídola de masas de CFK tiene agregados festejables: recupera la política, reinvindica el texto escrito (y largo, 600 páginas) y está personificado en una mujer.