La libertad y L-Gante

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    L-Gante en el cielo con diamantes
    Ilustración: Marx Bauzá

La libertad y L-Gante

15 Octubre 2023

La cosa es así, Elián. Cuando uno está en las buenas, todos quieren ser amigos. En las otras, uno puede ver a los leales, a los que de verdad nos quieren y están ahí acompañándonos: poniendo el pecho, bancando los trapos, tirando para el mismo lado, resistiendo.

Los que nos odian por A o B nos quieren ver tristes y derrotados, por eso no hay nada más revolucionario que generar alegría. Odian eso. Son haters.

Esa es la cuestión. Vos sos la alegría, la más maravillosa música, la voz del pueblo que late en la sonrisa de los humildes.

Sabés lo que pienso y en ese sentido no estoy solo. Somos muchos los que vemos cosas buenas en vos. Tu humanidad conmueve. La solidaridad con la que te movés por la vida, conmueve. Lo bueno que generás en los barrios populares, vuelve multiplicado. Esa es mi certeza.

Sos como un diamante al que quieren embarrar, pero vos tenés brillo propio. Una franela, un poco de agua y listo. Quedás 0 km. Vos brillás, como dicen Los Redondos. Mirale la cara de orgullo a tu vieja, a tu hija, a los que te conocen desde wachín y te vas a dar cuenta. Ese es el espejo donde tenés que mirarte. Mirá tus logros. Pensá en los momentos más bonitos y guardalos en el corazón.

El respeto se gana con voluntad y trabajo. Vos hiciste lo que muchos sueñan.  Hay gente que ve la oportunidad de vivir a costa tuya y se pega como garrapata, perro. Igual, tenés bocha de amigos. Los necesarios.

Ya lo dijo San Martín: Seamos libres, lo demás no importa nada. Ahora que estás libre, es tiempo de celebrar. Saliste fortalecido, Elián. Tus seres queridos están ahí. Los fans, también.

Cantemos “Libre”, de Nino Bravo como si fuese un mantra. No dejemos que la gilada nos robe esta canción. Sí, ya sé. La cosa está de terror. Me imagino que te cruzaste con algunos fantasmas. Cuidate, hermano, porque también hay un par de vampiros y mucho, pero mucho muerto viviente. Parece Halloween. Te juro.

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L-Gante interior

Vos seguí así, como vas. Hacele caso a Maxi El Brother que no te va a dejar tirado. Ya viste. Se viene tu primer disco y con ello estás demostrando tu entereza. Usaste los cien días en prisión para pensarte en relación a tu proyecto personal, tus amigos y familia. Esa es la que va. Esa es la verdadera libertad vivida con el corazón palpitante de energía y toda la algarabía juvenil.

Celda 4 promete desarmar las pistas de baile.

Alguna gente flashea que la libertad es una suerte de delirio colectivo. Algo semejante a un refrito bizarro: mezcla de la Dictadura de Videla y Massera con resabios neoliberales de Menem y Cavallo.

Yo tengo otra imagen de la libertad. La libertad es como la música que vos hacés: el RKT o cumbia 420. Rescatarse es importantísimo, más cuando creciste en un barrio popular o alguna villa. Cualquiera puede comerse los mocos e ir guardado un largo tiempo a Canadá.

Yo te veo a vos jugando con Jamaica y sonrío. Te veo haciendo collabs con gente piola y me alegrás el día. La sonrisa de Marcela Baños en Pasión es todo lo que está bien. No sé si la cazás. Algunos giles flashean boludeces. Hablan de libertad, pero nos venden espejitos de colores.

La única libertad que avanza es esa que te permite crecer en relación a otros.

La libertad es cosa seria. Rescatarse, hacer arte, hacer algo copado por el lugar donde vivimos. ¿No? La única libertad que avanza es esa que te permite crecer en relación a otros, no como un ser individual, sino como una suerte de héroe colectivo. Siempre en relación al otro. Va por ese lado, diría Lacan.

Ver un pibe humilde logrando cosas importantes está buenísimo. Sobre todo, si ese pibe no se olvida nunca del lugar de donde viene. Rescatarse es un camino de ida. Veo las cooperativas de trabajo que reinsertan a personas que recuperaron la libertad, con laburo genuino, y aplaudo. Esa es la onda.

Cuando uno se rescata cambia todo. Cuando hacemos algo para que otros se rescaten, cambia la realidad. Quería decirte públicamente que si algo de lo que dije anteriormente, en la otra nota de Agencia Paco Urondo, le sirvió a tu defensa para que hoy estés libre haciendo música, cumplí mi misión como comunicador cultural.

Si mis argumentos fueron válidos para señalar el clasismo o el racismo que destruye el tejido social, en buena hora. Me superalegro.

Si mis palabras te hicieron feliz aquella vez, espero que esta vez hinchen tu pecho de aire fresco y que tengás bien claro que esto es sólo consecuencia de tus actos, de esa solidaridad que nace de vos de forma natural y sincera. Ayudar sin especulaciones, sin mirar a cuánto está el dólar o giladas así.

“Dar es dar”, dice Fito Páez. De algún modo, todo lo que damos vuelve multiplicado. ¡Gracias por darle alegría al corazón de millones!