Jim Jarmusch: el existencialismo indie que sabe reír

  • Imagen

Jim Jarmusch: el existencialismo indie que sabe reír

21 Mayo 2016

Por Rodrigo Lugones

"¿Hollywood nunca aprenderá?"
William Burroughs

Hablar de Jarmusch es hablar de muchas cosas a la vez: literatura, fotografía, filosofía existencialista, rock and roll, humor corrosivo, cultura (Iggy)pop, jazz be-bop, poetas malditos, western alucinógeno, y de algunas cosas más. Todo eso vive en las imágenes que compone para cada una de sus películas.

Su complejo y nada tradicional abanico de escenas va desde un vampiro rock-star que compra sangre a un dealer, una conversación cafeínica entre Wu-Tang Clan y “el de los Cazafantasmas”, hasta una hermosa charla entre una taxista y una diva millonaria que nos habla de la importancia de las pequeñas y simples maravillas de existir sencillamente.

Las historias de Jarmusch logran conmover, no sólo por los temas que tocan, sino por esa extraña mezcla de candidez extrema y complejidad absoluta que alcanza en cada film, donde la risa y la melancolía componen un estilo emocional perfecto.

La nostalgia que escucharíamos en el rock and roll de los 90 está en la primera época de Jarmusch. El existencialismo indie de "Permanent Vacations", o el humor en la condena de "Down By Law" son contrarios al cinismo reinante en una época en la que se hablaba del fin de la historia y de los grandes relatos. Sin duda su cine forma parte de la experiencia contra-cultural de Nueva York deudora de los mejores 60.

Conviven, en sus imágenes, sonidos, diálogos y temáticas, la tradición be-bop (y el espíritu beat), el existencialismo francés (tamizado por el filtro yanqui), el humor descarnado y excéntrico,y cierta oscuridad decadente propia de los suburbios sucios de una Nueva York en llamas.

El western lisérgico que se alimenta de la guitarra de Neil Young y las citas al Conde de Lautréamont, Walt Whitman o William Burroughs son apenas un detalle, pero están ahí, sugieren o añaden un plus desde el cual gozar un poco más, no es casualidad ni masturbación intelectual, son referencias necesarias para entender qué sufren y cómo ríen los personajes que viven en sus historias.

El existencialismo neoyorkino de Jarsmusch no es viscoso y tremebundo, en él habita la pesadez emocional de una ley que asfixia o la desesperanza gris, sin embargo, jamás deja de haber lugar para reír, imposible correr a Roberto Benigni del lugar que ocupa en el universo de Jarmusch. Conocido por su participación en la película dramática “La vida es bella”, muchos lo condenaron a permanecer bajo la etiqueta de “actor dramático”, sin embargo, en las películas de Jarmusch podemos ver a un genial cómico, capaz de un humor inocente y angelical (Down By Law) o absolutamente irónico y soez (Night on Earth).

Las participaciones de Waits tanto en el diálogo paranoico de dos ex adictos al tabaco, donde logra un contrapunto inolvidable con el gran Iggy Pop, como en la soledad gris del dj derrotado por los fracasos de la vida que compone en "Down by Low" son un capítulo sin duda magistral en la filmografía jarmuschniana.

Logra, cada vez que lo intenta, un cine independiente, existencialista, con altas dosis de humor corrosivo, emocional y capaz de transmitir momentos de atroz dramatismo (recordemos aquella escena del amanecer ruso, en el que dos conductores ebrios exponen los dolores que laceran sus almas, fundiéndose en un posterior abrazo redentor).

Invitamos desde AGENCIA PACO URONDO a que intenten sumergirse en la delicada oferta artística que propone este cine nada convencional de un referente de la cultura underground de finales de los años 80. Sean, al fin, bienvenidos todos a este especial Jarmuschiano donde podremos reír, a pesar de saber que al final la muerte nos espera.