Guevara y Perón: reuniones oficiales entre Cuba y el General

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Guevara y Perón: reuniones oficiales entre Cuba y el General

04 Octubre 2020

Por Lois Pérez Leira

La otra entrevista oficial entre el gobierno cubano, representado por Emilio Aragonés Navarro y Juan Domingo Perón se realiza en junio de 1963.

Un mes antes había estado Jorge Serguera reunido con el General. Esta segunda entrevista coincide con el primer viaje de Fidel Castro a la  URSS. Lo acompaña una amplia comitiva, entre ellos Emilio Aragonés, quien era por ese entonces secretario de organización del Partido Unificado de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC).  Este partido fue creado el 26 de marzo de 1962. Nace como resultado de la fusión del Movimiento 26 de Julio, el Partido Socialista Popular (comunista), y el Directorio del Movimiento 13 de Marzo. Su estructura nacional era de un Secretariado de 6 personas integrado por Fidel Castro  (1.er Secretario),  Raúl Castro (2.º Secretario),  Ernesto Guevara, Osvaldo Dorticós, Blas Roca y Emilio Aragonés.

Aragonés fue uno de los miembros más destacados del Movimiento 26 de Julio y amigo personal de Ernesto “Che” Guevara. En 1957 comandó el ataque a la base naval de Cienfuegos. Tras el triunfo de la Revolución, fue jefe de Organización y Movilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, siendo clave en el episodio de la invasión de Playa Girón.

Por aquellos años Emilio Aragonés realizaba en nombre del Partido importantes misiones internacionales. Aragonés en este viaje acompañando a Fidel,  tenía la misión de  trasladarse desde Moscú hasta París, con otros tres dirigentes, para luego  viajar a Madrid, para luego entrevistarse con Perón. En la capital francesa es recibido por el cuerpo diplomático cubano acreditado en este país, donde pernotan aquella noche. Al otro día los cuatro cubanos llegan a Madrid y se instalan en un hotel céntrico, para esperar el encuentro con el ex presidente argentino. En la capital española estuvieron tan solo dos días. Regresando a París, para luego trasladarse a Moscú para tomar el avión a La Habana. Durante la reunión intercambian opiniones sobre la situación internacional, como así también sobre los avances de la revolución cubana. Perón en dicha reunión les da su visión de la situación política de la argentina que por aquellos años estaba gobernada por  la dictadura militar de José María Guido. El gobierno argentino en ese momento estaba preparando una salida electoral, para normalizar la situación institucional, pero  dejando a Perón proscripto.

El propio Aragonés en una entrevista nos relata aquellos acontecimientos: “…A finales de los años sesenta en la Argentina estaban registrándose sucesos muy importantes. Se vivía un proceso político muy superior al que estaba ocurriendo en el resto de América latina dominada por los norteamericanos. Eso era algo indiscutible (…) La idea de entrevistarnos con Perón es mucho más simple, aparentemente que cualquiera iniciativa montada sobre armazones complejos, buscando recovecos para explicar lo que se desea.. La decisión la tomó el partido y al partido lo dirige Fidel. Fue él quien me dio las instrucciones para que yo fuera a hablar con Perón. Y yo encantado de hacerlo. Porque en el fondo me sentía un poco Peronista, es decir pro argentino (…) No cabe duda de que Perón tenía un gran aprecio por Fidel y Fidel por Perón, lo cual naturalmente facilitó mi trabajo. Esa corriente mutua de simpatía yo la viví, la pude percibir bien porque me tocó ser el intermediario principal (…) En mis conversaciones con Perón pude comprobar desde luego, que era un hombre de talento, un político brillante. Y, además, era un hombre simpático, ocurrente. En eso creo que se parecía  a los cubanos. Y es que, verdaderamente  entre el carácter de los cubanos y los argentinos hay mucha más semejanza que diferencias. (…) La Qrgentina siempre contó con una gran simpatía en nuestro país. Nosotros valoramos el alto nivel de cultura del pueblo argentino y las relaciones oficiales en aquellos años fueron excelentes. Creo sinceramente que la comprensión y amistad que llegó a haber  entre nuestro país es un logro digno de proclamar. (…) Con respecto a la causa por la cual Perón no vino a residir a Cuba, pienso que a él no le pareció conveniente. Tenga presente que nosotros éramos el diablo para los americanos y trasladar su residencia a La habana  le podía ocasionar algunos problemas. Lo que sí puedo asegurarle es que Perón  fue un gran amigo de nosotros y entendía perfectamente lo que estaba haciendo la revolución. ¡Nunca tuvimos problema con Perón! Sino el que se originaba en nosotros mismos, es que queríamos ser amigos de Perón sin “Embarcarlos”, para decirlo con una expresión cubana, en una relación política que pudiese ser pretexto de cualquier patraña de estados Unidos”.

Esta entrevista marcaría una estrecha relación entre Perón y Aragonés, que luego continuará en la Argentina, durante el tercer gobierno peronista. En aquella circunstancia debido a esta relación, el gobierno cubano destina a Emilio Aragonés como  Embajador en la Argentina, luego del triunfo electoral del peronista  Héctor Cámpora en 1973. Todo indicaría que Aragonés mantuvo algunas otras entrevistas con Perón en Madrid forjando una estrecha relación política y amistosa.  La relación fraternal de Emilio Aragonés con el Che Guevara lo llevó a interesarse en profundidad por la política argentina. Luego su relación con Perón lo terminó  convirtiéndolo en uno de los políticos cubanos más implicados, en todo lo que sucedía en este país. En los años 60 con la aparición de las organizaciones armadas en la Argentina, se inclina por apoyar a Montoneros, organización peronista con cierta influencia guevarista, mientras que el “Gallego” Manuel Piñeiro era más proclive a las organizaciones tradicionales marxistas leninistas, como el PRT- ERP. Esta relación de Emilio Aragonés con Perón en Madrid y sus vínculos con la izquierda peronista, darán sus frutos cuando el peronismo vuelve a ganar las elecciones en 1973 y retorna definitivamente el General Perón a la Argentina.

Continuará en el próximo capítulo.