Derivas performáticas: un laboratorio para la reconstrucción del arte colectivo en pandemia

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Derivas performáticas: un laboratorio para la reconstrucción del arte colectivo en pandemia

12 Diciembre 2021

Por Adriana Barenstein | Fotos: Daniel Bernasconi

Laboratorio Derivas Performáticas es una plataforma de formación y experimentación transdisciplinar, para aquellos que busquen investigar los límites de su práctica artística en un marco de experimentación e intercambio colectivo.

Si la deriva es el desvío de la nave de su verdadero rumbo por efecto del viento, del mar o de la corriente, en este caso deriva es la potencia necesaria para sostener un proyecto artístico contra viento y marea. El viento y la marea es hoy la situación de pandemia, que altera gestos, costumbres, hábitos.

En la inevitable apertura de la performance al contexto, el momento social con su aire de época influye tanto en la construcción como en la recepción de la obra. El objeto performático está centrado en el cuerpo y no es autosuficiente de las circunstancias en las que se manifiesta. No es independiente del contexto. El arte cruza el lugar propio de la obra con su alrededor. Hay un encuadre que ensambla toda performance, enclavada en el espacio como está. El marco talla los cuerpos, los objetos, el tiempo, el lugar. La obra se efectúa en esta situación, se despliega en ella. 

Las artes vivas son parte de este cambio de mirada, de paradigma y, sobre todo, de vinculación entre los cuerpos: las oscilaciones en el contacto, los protocolos, el distanciamiento afectan la construcción del cuerpo -tanto individual como social-, de los vínculos, transforman las miradas y cuestionan todo. La espacialidad no es abstracta: se manifiesta en cada práctica de la vida. Los gestos de distanciamiento alteran la forma de construir obra, de trabajar los materiales, de conectar, de mirar y ser mirado. Los cuerpos (y las existencias) se miden.

Más que nunca será necesario un trabajo de reconstrucción de lo colectivo, del contacto. El miedo al otro, al contagio, tendrá que ser contrarrestado con un trabajo artístico educativo potente y riguroso.

Desde el momento que la obra crea un mundo, abre la mirada, constituye un lugar, construye una red de vínculos (hipervínculos en algunos casos), el laboratorio Derivas Performáticas se propone investigar y reflexionar en ese territorio castigado por la desconfianza, por el miedo, para reconstruir a partir de esta situación, de la pérdida, de la herida, una nueva sensorialidad, un nuevo modo de mirar y recuperar la confianza. 

En esta situación de incertidumbre queremos trabajar la relación -o el restablecimiento de la relación- en un tejido social roto, en el campo del arte y específicamente de la performance y las artes vivas. Los cuerpos averiados, los contactos suspendidos, los rostros transformados, incompletos, semi ocultos.

Siempre hay un desplazamiento, un corrimiento de las fuerzas que se despliegan en toda obra, pero en este momento ese desplazamiento, esa potencia de los materiales y de los cuerpos - que no siempre es controlable- se vuelve particularmente inmanejable y anárquico.

El laboratorio derivas, como plataforma de formación y experimentación transdisciplinar busca investigar los límites de su práctica artística en el campo de la performance y las artes vivas. Intenta expandirse y ensamblarse más allá de las categorías convencionales (obra, autor, intérprete, disciplina) al intentar cuestionar las fronteras, discutir patrones de pensamiento y acción, investigar los orígenes y la evolución de la performance en relación al contexto histórico, para provocar nuevas conexiones y saberes híbridos a través de diferentes puntos de vista: danza, filosofía, escritura, artes visuales, música, vídeo, con la convergencia de todas las miradas en el cuerpo que siente, vive y produce.

Entendemos al laboratorio como tejido, red, trama y conexión poética y política desde el cuerpo, un lugar de investigación, experimentación y producción. 

Porque experimentar es un movimiento continuo, un recorrido en permanente cambio, vertiginoso y con un juego de operaciones realizadas en el instante mismo, donde intervienen la casualidad, la concentración, la síntesis, el azar, la incertidumbre, la repetición, la intuición, el error, la adaptación, el cambio, la deriva. Porque atrapar el instante en su fugacidad es lo que nos permite explicitar esas operaciones. Porque el laboratorio invita a experimentar la dramaturgia del cuerpo al investigar el cruce entre diferentes recursos y está orientado a comprender y poner en acción la improvisación, clave del pensamiento artístico y creador, con un entrenamiento interdisciplinario que permita abordar las diferentes pautas. Intenta abrir un espacio de juego para asociar conexiones creativas y elaborar síntesis innovadoras, originales y personales.

Son las poéticas del cruce: motores de reflexión alrededor de las prácticas artísticas, de los modos de comprender y percibir el mundo. Porque el laboratorio enfrenta un desafío (entre otros): asumir el riesgo creativo en las nuevas maneras de ver, representar y responder a la vida contemporánea. Necesitamos herramientas para sostener y acompañar los cambios en el mundo. Contra viento y marea y a la deriva, tambaleantes, intentamos construir una actividad artística con capacidad crítica y construcción política.