Ricardo Ragendorfer: "El lawfare que impulsó el macrismo, la policía lo aplica a otro nivel a los pibes en los barrios"

  • Imagen

Ricardo Ragendorfer: "El lawfare que impulsó el macrismo, la policía lo aplica a otro nivel a los pibes en los barrios"

09 Septiembre 2021

Por Juan Borges

El escritor y periodista Ricardo Ragendorfer dialogó con AGENCIA PACO URODNO sobre diversos temas vinculados a las prácticas policiales, la violencia institucional. Además, ofreció reflexiones sobre su trayectoria periodística y se refirió al lawfare en los juzgados federales de Comodoro Py.

AGENCIA PACO URONDO: Podría contarnos su experiencia en la década del 80 escribiendo en la mítica revista Cerdos y Peces.

Ricardo Ragendorfer: Comencé a escribir en Cerdos y Peces en paralelo a trabajar con la revista El Porteño. Ambas publicaciones salían juntas en un principio hasta que Cerdos y Peces se convierte en una publicación independiente. En el Porteño los que escribían tenían su futuro cifrado en una carrera periodística, incluso ambiciones políticas. Sus destinos fueron por destinos insondables. Me refiero a Jorge Lanata, Rolando Graña, incluso Pablo Avelluto. En cambio, la humildad en Cerdos y Peces era ser como Rimbaud. Comencé allí a publicar mis notas policiales. En la Cerdos comencé a escribir una serie de perfiles sobre pistoleros de la época de oro del hampa argentino. Es decir, década del 50 y 60. Fue una experiencia inolvidable. Iniciática en el periodismo, si bien yo venía de escribir desde mis inicios en México durante la dictadura. Pasaron muchos años desde aquella experiencia y con las cosas que pasaron en el mundo desde aquel entonces hoy me parece una especie de “Billiken Dark” aquella publicación. Teniendo en cuenta lo espantoso que resulto posteriormente el mundo. 

APU: ¿Y la experiencia con Fabían Polosecki con “El otro lado”? 

R-R: Para mi trabajar con Polo fue una especie de juego. Nos habíamos hecho amigos en el diario Sur. Que era dirigido por Eduardo Luis Duhalde, quien llego a ser Secretario de Derechos Humanos. Trabajar en ese diario fue una experiencia impresionante. Allí me forme realmente como periodista de policiales. Ahí estuve con Juan Carlos Novoa que era nuestro jefe. Fabián Polosecki hacia espectáculos allí. Venía haciendo un micro en televisión llamado “Rebelde sin pausa” con Petinatto. Sofovich le propone a Polo hacer un programa que se llamaría “Del otro lado”. Junta a un grupo de amigos para hacer ese programa, entre ellos estaba yo. Casi todos veníamos de la gráfica, sin experiencia televisiva. Fue una experiencia tipo un juego donde le pusimos una estética como nos gustaba a nosotros. No tomábamos dimensión que aquello se convertiría en una experiencia rupturista e innovadora en la televisión. Polito como le decíamos nosotros tenía un estilo muy personal para entrevistar. Lo hacía desde el silencio. Demostró que no hay nada más torpe que un entrevistador incisivo. 

APU: ¿Qué vigencia mantiene su libro “La bonaerense “en cuanto a las practicas desarrolladas por dicha fuerza? Teniendo en cuenta los vaivenes políticos e ideológicos de los distintos gobiernos y sus políticas diversas. 

R-R: El fruto de una investigación no es sino el resultado de una aventura. Uno tiene que tener un encuadre, una perspectiva desde donde va a contar una historia. Ese punto de vista no solo expresa una postura ética sino también aquello que nos cae bien o lo que nos resulta antipático. También es importante tener una postura estética para mostrar desde donde contamos. En la masacre de Ramallo conté el hecho desde la mirada de las hijas de uno de los rehenes para hacer que esa noticia transmitida por todo el país tuviera una perspectiva diferente. 

El libro “La bonaerense “fue realizado con Carlos Dutil a partir de una nota que nos mandan a hacer sobre dicha fuerza. Hasta ese momento se hablaba solamente del gatillo fácil que era el único delito que cometen sin fines de lucro. Después descubrimos que recaudaba con casi todos los delitos contemplados por el código penal. Eso explicaba el estándar de vida que llevaban algunos comisarios como Naldi, el “Coco” Rossi, el “Chorizo” Rodríguez. Nos había asombrado el dinero que tenían invertida en flotas de autos, casas valuadas en millones de dólares. Era posible porque recaudaban de una manera escandalosa. Surge una nota que se llamó “maldita policía”. Una semana después que salió esa nota firmamos contrato con editorial Planeta para hacer el libro. Nos adentramos en una investigación de la cual no podíamos salir. Era adictiva esa investigación. Todo el tiempo surgían hechos nuevos resonantes. Por ejemplo, el caso Coppola, el asesinato de José Luis Cabezas, los asesinos implicados de la AMIA. 

Lamentablemente, aquellas prácticas mantienen vigencia. Hubo cambios coyunturales y recambios. Estamos hablando de una policía que se autofinancia. Es decir, estamos hablando de una policía que se autogobierna. Es un fenómeno sociológico que merece ser tomado en serio. Lo que escribimos incidió en el devenir de los acontecimientos. Nuestro aporte fue expandir el conocimiento que la sociedad tiene del problema policial. El tema de la recaudación. Incluso la situación presentada de amotinamiento de las fuerzas policiales tiene que ver con un problema de recaudación. Es su sistema de supervivencia. Eso se sabe y se tolera. En estos cambios y recambios hubo intentos dignos de cambiar las cosas. Alguna reforma que fue encarada con seriedad como la de León Arslanian. Se da cuenta que la recaudación se da desde las comisarias hasta las regionales y decide desintegrar las cabezas. O sea, las jefaturas. Cortar la ruta del dinero. Sin embargo y a pesar de las buenas intenciones estas organizaciones delictivas se vuelven a reconstruir cambiando su estructura. Se transforman en hordas autónomas que se disputan el gerenciamiento de la recaudación en la provincia de Buenos Aires. Después viene Scioli y el ministro será Stornelli y se lleva a cabo una contrarreforma. Todo el tiempo van y vienen reformas y contrarreformas. 

APU: ¿Por qué es tan difícil desmontar esta estructura delictiva y violenta? 

R-R: Toda esa estructura es parte de un sistema. Todo deriva de sus negocios. Tanto la violencia que ejercen sobre los barrios como el armado de causas a pibes pobres. Lo utilizan como método de apretar, acallar, extorsionar. Al pibe que no sale a robar para ellos le arman una causa o lo matan. El método sofisticado de Lawfare que impulso el macrismo, la policía lo aplica a otro nivel en los pibes en los barrios. La extorsión sino el castigo. El gatillo fácil tiene múltiples causas. No es ajeno a ello que es una policía que viene de la dictadura militar. Es una policía que dirime sus asuntos de esta manera. Les sale más barato matar un joven y plantarles un arma que seguir los protocolos de procedimiento. En la provincia de Buenos Aires la justicia es auxiliar de la policía y no a la inversa como debería ser. 

APU: ¿Cómo ve la causa de espionaje que asocia a Patricia Bullrich y Mauricio Macri con el falso abogado Marcelo D ´Alesio? 

R-R: Todos están metidos hasta el cuello. En 2019 salta el tema de D ´Alesio. Agente polimorfo de inteligencia que aparece en todos los medios haciéndose pasar por abogado. En realidad, formaba parte de una red de espionaje y extorsión vinculada a jueces, periodistas, agentes de inteligencia. Esa situación muestra apenas la punta de un iceberg que se va completando en una causa en Lomas de Zamora tomada por el juez Villena. Después pasa al juzgado de Juan Pablo Augé. Allí se descubre el grupo de inteligencia Súper Mario Bros de la SIDE que espiaba a dirigentes de la oposición, a empresarios, a partidarios del mismo gobierno macrista, hasta sus propios familiares. Todo eso va configurando algo que va ascendiendo de una manera vertiginosa que incluye a camaristas implicados. La mesa judicial integrada por el operador Pepín Simon. Esta Silvia Martinengo, esta Nieto y Macri. Todos los jueces, salvo honrosas excepciones como Ramos Padilla, está involucrados hasta los tuétanos. Y hoy siguen operando de manera defensiva.