Lucas Cabello: “En el momento más oscuro, la música me salvó la vida”
Lucas Cabello, protagonista y artista de esta historia de resurrección y supervivencia, nos invitó una vez más a su casa para conversar. En diez años de lucha por justicia, nos compartió también su amistad y la posibilidad de ser testigos de cómo se hace un referente de la comunidad: un referente espiritual, para ajustar la definición. Alguien que peleó tanto en los pasillos de Tribunales y en salas de internación de clínicas y hospitales como en las calles de su cabeza y su alma para resurgir.
A un mes de que la Corte Suprema de la Nación rechazara los planteos del policía que intentó asesinarlo en noviembre del 2015, Lucas habló con AGENCIA PACO URONDO de todo. Su relación con la muerte, y su relación con la vida y el arte; su hija y su madre, la lucha por salir adelante, los problemas del barrio de la Boca y su relación con la comunidad barrial; La situación política del país, entre otras cosas.
Agencia Paco Urondo: En los últimos años vi tu proceso de conexión con lo artístico. ¿Qué sentis que te dio el arte en relación a tus problemas de salud? (Lucas quedo cuadripléjico por el ataque policial).
Lucas Cabello: Encontré la música en un momento muy oscuro. Estaba pensando en cómo suicidarme, en tratar de encontrar la forma para terminar con mi vida. Decía: "No tengo justicia, no tengo nada. Estoy en una cama todo el día a raíz de todo esto, el chabón que me tiró está libre en su casa".
Me pasaban muchas cosas feas por la cabeza hasta que una persona me dijo "¿por qué no tratas de escribir? No hace falta que hagas una canción. Pero podes probar escribir lo que te pasa", y así fui escribiendo. Me fui encontrando con la música, salieron varios temas primero pero en una de esas nació Selva, que tengo el primer videoclip. Habla del barrio pero fundamentalmente son vivencias mías. No sólo en un hospital lo pasas mal, a veces en tu cuarto es el peor lugar donde podés estar. Creo que me salvó la vida la música en ese momento porque no se si hubiese encontrado otro camino.
APU: La semana pasada presentaste una canción nueva en donde hablas del barrio y contas una situación que se está viviendo respecto al cierre y desalojo del playón de la Boca. ¿Más allá de la canción, cómo es tu relación con el barrio?
LC: Tengo 30 años y viví siempre acá, me he movido siempre en el barrio. Después de todo lo que me pasó aquel 9 de noviembre de 2015 le agarré más cariño. Yo estaba poniendo el cuerpo en el hospital y toda la gente afuera se puso a cortar la calle ese día y posteriores, hacían banderas para pedir justicia por mi caso. Sin eso tal vez hoy sería un pibe más que estaría ahí sin tener justicia. La canción es una forma de retribuir a esa historia. Tenía una maqueta ya escrita hace varios meses, surgió la oportunidad de poder grabar con un productor nuevo y salió una buena canción con el video que acompaña bastante bien.
Creo que la gente me apoyó por la persona que fui durante esos 20 años que estuve de pie en el barrio. No hice mal las cosas, siempre protegiendo el barrio, cuidando los coches y conociendo todas estas agrupaciones que además me dieron su espacio. En FM Riachuelo trabajé mucho tiempo haciendo la columna deportiva. También los chicos del Nápoles cada vez que quiero hacer un evento me dicen “vení que lo hacemos”. Fui conociendo mucha gente muy valiosa, que sinteticé en una de las mis letras: “Mucha gente buena pude conocer, que decidan mis ojos a sus hijos poder ver y eso me hizo agradecer estremecido a la vida por conocer”.
APU ¿Cómo fue que nació la idea de la letra "La Boca no se vende” y de hablar sobre eso específicamente?
LC: Tenía una maqueta escrita hace varios meses, venía pensando en una canción para el barrio. Surgió la posibilidad de poder grabar con este productor y tenía tres o cuatro canciones elegidas. Elegí una. Le dije que me alargué un poco la pista porque necesitaba agregarle cosas. Ahí fui contando los problemas que pasan acá. Por eso nace el estribillo: “La Boca no se vende, La Boca no se va, La Boca se defiende gritamos nunca más”. Lo pensé para personas que quizás no se pueden aprender la letra de un trap full para cantarlo todo rápido y para que lo puedan cantar todos los que quieran. Es una especie de himno al barrio.
APU: Mencionas con dureza al presidente Javier Milei.
LC: Sí, obvio. Es el máximo responsable hoy en día de lo que está pasando socialmente en el barrio y en todo el país.
APU: Tu música tiene una característica específica, más allá del género del trap, que es que tiene mucha intimidad de su mirada y de lo que sos vos.
LC: No voy a cantar algo que no viví, no voy a cantar algo que no pasé. Puedo hacer trap, puedo hacer reggaetón drill. Cuando inicia “La Boca no se vende” la base es un drill, es re oscura. Apenas escuchas los primeros segundos de esa instrumental pensas que viene una letra oscura que va a hablar de droga o de armas y no, termina siendo un tema para el barrio. Me gusta que mis canciones tengan mensajes detrás y que la persona que lo escuche pueda decir: "ah mirá". Así como me sirvió la música a mí en su momento le puede servir a otra persona.
Yo encontré este camino por acá pero quizás a otras personas se les puede prender otra lamparita. Verme, conocer un poco el caso y pensar: “Este tipo estuvo diez años tratando de hablar y terminó cantando”. Valoro mucho que estoy vivo y puedo hablar con vos porque estaba contres tiros puestos, uno en la cara, y no se sabía qué iba a pasar conmigo. Pasamos de todo. El tiempo que estuve encerrado, el miedo a no querer salir a la calle, y que también sintió mi hija por miedo a la policía.
APU: Finalmente se conoció la resolución que rechazó los planteos de la defensa de Ricardo Ayala y confirmó su detención, ¿qué te pasa internamente?
LC: Hasta ahora no caigo. Todavía él está en una alcaldía y no está en un penal, están esperando que aparezca un cupo. A veces nos despertamos con mi mamá y pensamos que es un sueño. Que Ayala esté adentro no cambia el hecho de que cada día tengo que luchar. Tardo dos horas para poder levantarme. Si tengo que hacer alguna actividad necesito organizarme con tiempo. A pesar de todo, en lo mental estoy mucho más tranquilo.
APU ¿Qué te pasa cuando ve tantos otros casos que no llegan a los mismos resultados judiciales?
LC: Es lamentable lo que sucede con muchos otros casos. Hay pibes que están muertos y los padres están esperando una fecha de juicio o ya le dieron 3 años de prisión en suspenso y que cumplen la mitad de la pena o pagan una fianza. Hay muchos pibes que no pudieron llegar a esta instancia y a nosotros nos costó diez años, pero valieron la pena.
APU: ¿Qué significa ver crecer a tu hija?
LC: Es lo más lindo del mundo verla crecer, saber que tiene su cuarto acá en su casa conmigo. Tenerla a ella todo este tiempo fue el motor para salir adelante. Hace poco tuvimos una charla muy profunda. Tuve miedo de despertarle algunos fantasmas porque ya tiene 12 años y le pregunté qué es lo que se acuerda. "Todo", me dice. “Vos estabas tirado con sangre”. Pude hablarlo con ella, que ahora está grande. Estoy orgulloso de la persona que es, lo educada y sencilla. Me da orgullo.
APU: Tu madre, tu hermana, tu familia básicamente, fueron parte de toda la lucha.
LC: Sí, sin ellos creo que no hubiese podido conseguir nada. Hasta el día de hoy vivo con ellas y lo necesito, por más que yo tengo un cuidador personal un par de horas y cuando se va nos quedamos juntos y compartimos. Hoy por suerte podemos estar diciendo “pasaron tantos años, pero al fin por lo menos este hijo de puta va a pagar 16 años de la pena".
APU: Hace poco tuve la posibilidad de ir a verte participar en un recital en el Centro Cultural Nápoles. ¿Qué sentis cuando subis a un escenario?
LC. Lo disfruto un montón. Quizás mi cabeza me juega mucho en contra. Después voy igual y termino pasándola bien, o conociendo a alguien como me pasó la última vez. Conocí a un productor, pude trabajar con él y me gusta la forma que tiene de laburar.
APU: De alguna manera volviste de la muerte.
LC: Sí, mi vieja me dice que nací dos veces en el Argerich.
APU: ¿Lo sentís así?
LC: Sí, nací el 12 de mayo de 1995 y volví a nacer 9 de noviembre del 2015 porque estaba más muerto que vivo y me salvaron la vida.