“No pueden estar pasando estas cosas, estamos en democracia”

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“No pueden estar pasando estas cosas, estamos en democracia”

15 Octubre 2012

APU: ¿Cómo se llaman las chicas desaparecidas?

María Elena Mendoza: Gloria Silvestre Mendoza, de 16 años, mi hermana y Antonela Daiana Ramos de 14 años. Ambas iban a la escuela Normal Superior de Gendarmería Nacional en la ciudad de La Quiaca. Desaparecieron el jueves 20, fueron a la escuela ese día porque había una algarabía con motivo del día del estudiante y de la primavera y el último dato certero que manejamos es que Antonela bajaba corriendo las escaleras dentro del colegio y Gloria fue tras ella y desde ese momento no sabemos más nada, a dónde fueron, si fueron vistas o no.

Gloria Silvestre Mendoza

APU: ¿Ustedes suponen que las chicas desaparecieron dentro de la escuela?

MEM: Dentro de la escuela.

APU: ¿Había habido alguna situación similar en la escuela que se pueda tomar como antecedente?

MEM: No, creo que no.

Antonela Daiana Ramos

APU: ¿Suponen que tiene que ver con trata?

MEM: Sí, porque mi hermana Gloria fue confidente con Valeria, mi hermanita de 10 años, y el lunes le contó que un hombre les había ofrecido trabajo para el viernes 21 a la tarde, que el sujeto se les acercó y les dijo: “Hola chicas, ¿cómo están?. ¿Quieren trabajar?” y ellas se miraron, sonrieron y le dijeron: “Sí, ¿de qué?” y él les dijo que era para la tarde únicamente y que les iba a pagar $100. Ellas le dijeron: “Gracias, don” y el respondió: “No me digan don, díganme Raúl”.

Entonces mi hermanita le dice a Gloria que el viernes iba a llegar César, mi hermano, y ella responde: “Le voy a decir que me fui a la escuela”. Otro dato que da mi hermana es que a este hombre, ella lo describe, por su aspecto, como un narcotraficante. Con esos datos la voy a ver a Charito, una de las amigas de Gloria y le pregunto si había pasado algo, si sabía algo, le digo que la queremos encontrar y le pregunto si sabe de algún hombre que se les haya acercado estando ella presente para ofrecerles trabajo y ella me dice que no estando con ella pero que sí escuchó que el trabajo era en Salta o Buenos Aires.

Entonces pensé que ella acepto porque le había llamado la atención el lugar porque yo vivo en Salta y a ella le gustaba mucho, tal vez por eso se dejó incentivar. Nunca me imaginé, sé que pasó el viernes porque le pregunté a Charito, pero nunca me imaginé que nunca más iba a llegar.

APU: ¿Cuándo ustedes hacen la denuncia qué respuesta obtienen?

MEM: Nada. La policía manejaba menos datos que nosotros. Toda la investigación la fue haciendo la familia y esa era también nuestra preocupación porque íbamos a la policía esperando algún tipo de respuesta y ellos no sabían más de lo que nosotros manejábamos, llevábamos los testigos, la mamá de Antonela andaba casa por casa de los compañeros, o sea, toda la información la manejábamos nosotros. Sus amigas y amigos están todos en La Quiaca y en mi casa no falta ropa, no faltan documentos, no tenían plata y la preocupación también es porque la mamá de Antonela la llama al celular a las 11 de la mañana y no respondía ninguna de las dos.

APU: A las 10:30 es la última vez que las ven y a las 11 ya no atienden.

MEM: Sí, y nos damos cuenta porque la mamá de Antonela va a buscarla al colegio para que se pruebe unos vestidos porque estaban organizando su cumpleaños de 15 y se encuentra con que no estaba. Las comenzó a buscar a las 11 de la mañana, no es que desaparecieron a la mañana y ella las comenzó a buscar a la noche, fueron 25 ó 30 minutos después de la desaparición.

APU: ¿Y no apareció ninguna respuesta?

MEM: No, y pensamos en trata porque justo el lunes hicimos una marcha en la Quiaca para que todos los vecinos nos acompañaran y da la casualidad que nos encontramos con una niña que se llama Rocío, de 16 años, que fue víctima de la trata llevada por un sujeto de apellido Carrasco, alias “El Cucusa” y él la lleva a Salta con mentiras de trabajo y ahí se aprovecha de ella y toda esa situación horrible que no quiero volver a contar y mientras ella nos contaba eso y nosotras desesperadas por saber quién era el hombre, dónde vive, el nombre o algo, pasó por al lado nuestro y vi la desesperación que la nena tenía.

Nunca pensé que en La Quiaca pasaban esas cosas. Nunca imaginé que mi hermana pudiera ser víctima de la trata y ver cómo había quedado Rocío después de todas las secuelas de lo que había vivido me preguntaba: “¿Cómo ayudo a mi hermana, después, a superar todo esto?” Y me cuesta decir que es víctima de la trata, no es fácil.

APU: Ustedes vinieron a Buenos Aires a presentar un proyecto en Diputados para que se le de visibilidad pública.

MEM: Claro, vinimos más que nada a pedir un auxilio de justicia en la provincia de Jujuy porque es mucho el interés por parte del Municipio, de la Iglesia misma y hasta del mismo Fiscal de callarnos, que esto quede como una fuga de hogar, como un paradero de menor y no se le da la debida importancia a la investigación. Lo están tomando como si fuera un accidente de tránsito o un simple hecho policial y esto es algo más fuerte. Hoy se cumplen tres semanas de que mi hermana no volvió a casa.
Es por eso que estamos acá, para que desde acá presionen a los de Jujuy y hagan justicia. Pienso que, tal vez, en esto esté metida mucha gente que quién sabe si está dentro del mismo gobierno de Jujuy y no quieren que todas estas cosas salgan.

APU: ¿El Intendente de La Quiaca dijo algo sobre la movilización?

MEM: El intendente apareció recién el martes y mi enojo con él era total. ¿Cómo puede aparecer después de tantos días en que estuvimos solos? Se ofreció a ayudarnos, a caminar con nosotros en la marcha y lo hizo un solo día pero nada más.

APU: ¿Si alguien tuviera algún dato, cómo hace para comunicarse con ustedes?, ¿un número de teléfono?

MEM: Sí, se pueden contactar con mi número: 0387 154 54 3021. También vinimos a Buenos Aires por el tema del rastreo de las llamadas que es la única manera de poder encontrarlas, para que agilicen ese tema.

APU: ¿Ellas llaman?

MEM: Antonela llama el sábado 22 a la casa de su abuela como a las 8:30 y dice: “Estoy con mi compañera, ma…” y se corta la llamada. Tal vez pedía ayuda, no sabemos. Si en ese momento la justicia provincial se hubiera puesto las pilas, creo que no estaríamos acá, las hubiéramos encontrado con el rastreo de esa llamada sin embargo, hicieron oídos sordos, nos dejaron solas y dejaron que pasara el tiempo y marcando siempre que las familias tienen la culpa de que ellas se hayan ido.

Todo el mundo, hasta el cura, salió a decir que no tienen la contención de los padres, que por eso se fueron. Nosotros tuvimos un accidente en el cual falleció mi bebé en los brazos de Gloria y ella había escrito una carta el 6 de agosto y yo cometí el error de dársela al padre Jesús y con eso, él salió diciendo en los medios que nadie la contuvo, que estaba mal, que se había ido porque estaba triste y porque nadie la había contenido en la familia y que él mismo se sentía culpable. Quiso echar la culpa a la familia y demostrarle a la sociedad que ellas se habían ido solas por sus propios medios cuando esto no es así.

Ya han pasado tres semanas y no se tiene nada de ellas. Me pregunto qué está pasando en La Quiaca que antes era un pueblo tan tranquilo y ahora, están pasando todas estas cosas. Con mis hermanos que viven allá nos lo preguntamos: ¿Qué está pasando?,¿Por qué no hay justicia? Queremos justicia, que de acá los aprieten y hagan que encuentren a mi hermana. No solamente estamos buscándolas a ellas sino también pidiendo seguridad para toda la juventud porque estos hijos de puta están atacando a las familias más pobres, más humildes.

El tema de Rocío no se hubiera planteado si nosotros no salíamos a la marcha y no se sabía. Incluso cuando la estaban buscando y allanaron la casa de “Cucusa”, se sacaron de ahí 10 menores y ¿quién se enteró?
La Provincia lo tapó, ni siquiera La Quiaca se enteró de esas cosas que estaban pasando y este sujeto anda ofreciendo trabajo como si nada en la calle. ¿Qué hace en libertad ese hombre cuando una menor lo reconoce por violación?

Son tantas las injusticias que están pasando que una sintió la necesidad de venir acá y pedir auxilio, justicia ya, No pueden estar pasando estas cosas, estamos en una etapa de democracia. No es normal ni acá ni en ningún lado que desaparezcan los chicos.