"Hay organizaciones muy grandes que se están dando una discusión sobre el aborto"

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"Hay organizaciones muy grandes que se están dando una discusión sobre el aborto"

19 Octubre 2012

Por Enrique de la Calle

AGENCIA PACO URONDO: El tema que queríamos tratar es el del aborto como asignatura pendiente. Un tema que volvió a estar en la agenda a partir de lo que pasó en Capital Federal. Ahora en Santa Fe también hay un debate en torno a esto. ¿Cómo ves lo que pasó en Capital y qué reflexión haces sobre esta discusión que se está dando?

 

Romina Cutura: Primero: Es como que uno no deja de sorprenderse con el accionar de Macri y todo su gobierno que no nos permite perder la capacidad  de asombro. Este gobierno macrista que es represivo, anti democrático. Ahora cuando uno pone la lupa sobre cómo son los hechos, quienes son estos grupos Pro-Vida, quién es la jueza Miriam Estrada.

Cuando uno ve que fueron cómplices de la dictadura, que son abogados de los genocidas. Primero el impacto es fuerte pero después cuando uno comienza a indagar y saber quienes son estos personajes, a uno no le extraña esa actitud. Uno no puede dejar de pensar que estos abogados de la asociación Pro-Vida, que dicen defender la vida, muchos de ellos son abogados de genocidas que fueron cómplices de las maternidades clandestinas, de la desaparición de niños y que ahora defienden los fetos con un fervor, cuando son niños no les importa ahora, si son fetos tienen derechos que no se puede creer.

La hipocresía que envuelve el tema del aborto es increíble pero también la corte actuó rápidamente, todos los sectores salieron a repudiar y esto hace que más allá de la desgracia y lo terrible que fue este hecho puntual se ponga el tema en el tapete. Venimos hablando del aborto hace un montón porque hay proyectos presentados en el Congreso pero esto hace estallar a la sociedad porque la mayoría de la gente no está de acuerdo -el aborto no punible es legal- y lo profundiza y se dan discusiones muy interesantes de las que hay que agarrarse para seguir profundizando para que el aborto sea legal.

APU: A uno no lo sorprende la posición de algunos sectores muy de derecha, muy vinculados con lo más fiero de la sociedad pero en el Congreso Nacional, hoy priman, por suerte, las fuerzas progresistas, del campo nacional y popular. Si uno tiene en cuenta que el kirchnerismo sacó el 54% y el FAP 16%, alrededor de 70 puntos de voto progresista. ¿Cómo ves que se haya avanzado un montón pero todavía falta para que el proyecto avance a otra velocidad en un Congreso donde esas fuerzas son mayoría?

RC: Está bueno lo que decís. Lo que pasa es que dentro de esas mismas fuerzas –nosotros como kirchneristas bien lo sabemos- tenemos personajes nefastos, así es la política. No es tan así dentro del Congreso pero todavía hay diputados, legisladores, que mantienen un costado más conservador y sobre todo, más allá de haber perdido un poder muy importante, la iglesia sigue operando individual y colectivamente. Por ejemplo, dentro del FAP tenés mucho progresismo pero está Morandini que votó en contra del matrimonio igualitario, que estuvo en contra del banco de datos genéticos que habían propuesto las Abuelas, no es muy progresista.

A nosotros nos pasa lo mismo. Dentro de nuestro bloque también hay diputados que se oponen, que no están convencidos y creo que tiene que haber también –y acá trato de hacer una lectura un poco adivinando- esta cosa de que “Cristina no quiere que salga”, “Cristina dijo cuando abrió las sesiones que la vida…”, yo no sé cuanto de esto hay pero creo que debe haber una cosa sobrevolando desde el miedo o paralizar discutiendo si Cristina quiere o no quiere. Más allá de que tiene que ser ley, esta discusión se tiene que ganar en la calle porque eso genera la presión sobre el Congreso que hace que salgan los proyectos.

Tenemos el ejemplo de otros proyectos que nunca pensamos que iban a salir. Este es el más polémico de todos sin ninguna duda.

APU: Te llevo a la calle, a la militancia. Charlando con referentes de los frentes de mujeres de distintas agrupaciones veíamos que a las propias fuerzas kirchneristas también les costaba definir una posición al respecto a tal punto que algunas de ellas no han definido claramente su posición sobre este tema aunque algunos militantes, particularmente, están a favor. Prima la libertad de conciencia pero, como colectivos militantes, les cuesta sentar una posición, uno supone que porque no está totalmente saldada esa discusión al interior de esas agrupaciones. ¿Cómo ves eso?

RC: Tal cual. Comparto totalmente y tiene que ver con varias cosas. Primero que el tema de mujeres es una agenda que recién se empieza a visibilizar, en mi caso particular siempre he militado las cuestiones de género y veo como les cuesta a los compañeros de esas organizaciones plantear el tema del aborto, el tema de la trata, cuántas cosas culturales pone al desnudo, por más que estemos a favor de los DD.HH. es como que hay que analizar el bagaje que cada uno trae que uno, al enfrentarse con estas cuestiones, ve en el espejo cosas que tiene muy arraigadas culturalmente. Después, nosotros recién este año pudimos conformar una mesa de mujeres, el Frente Nacional de Mujeres K, donde participamos más de 50 organizaciones pero que han desembarcado de a poco, no es que nos sentamos un día y éramos 50.

Hay organizaciones muy grandes que todavía se están dando esta discusión sobre el aborto y sobre otros temas que tienen que ver con la agenda de mujeres. Por eso te decía que la discusión se gana en la calle porque detrás de esa ley, hay que dar una batalla cultural. No es que porque salió el matrimonio igualitario todos aman a los gays o a las lesbianas. Sabemos muy bien que sigue habiendo prácticas discriminatorias, violencia y me parece que se trata de eso, que en el interior de las organizaciones, las compañeras que estamos con estos temas y llevando adelante estas luchas, además tenemos que formar y concientizar al resto de los compañeros y compañeras.

APU: Me quedé con eso que decías, cómo participan de esta discusión los varones –si se quiere acá hay una autocrítica- porque nos pasa a nosotros cuando preparamos un tema especial sobre aborto y se busca con quién poder charlar y, en definitiva,  surge esto de “¿a qué mujeres vamos a entrevistar esta vez?” como si fuera un tema sólo de mujeres y entonces “somos tan copados que les vamos a dar voz pero es un tema de ellas”. ¿Creés que el problema pasa por una falta de involucramiento de los hombres en el tema?

RC: Creo que sí, sin ninguna duda. Lo que pasa también es que las mujeres que estamos en esto tenemos un carácter bastante fuerte y tomamos el toro por las astas pero me parece que sí porque el hombre tampoco se involucra en otras cuestiones que tienen que ver con la mujer, por eso te digo que es cultural. En el tema de la violencia, nosotras podemos prevenir, podemos informar a las compañeras laburando en los barrios pasando información o asistir a una víctima pero también hay que concientizar a los hombre respecto a que las mujeres tienen derechos.

También es un error de las mujeres –y lo digo como autocrítica del movimiento feminista- el no incluir a los hombres por varias razones y a los hombres tampoco les dan ganas de participar. Por ejemplo, armamos un espacio de difusión con los compañeros que tienen que ver con esto y es tenso, ¡lo de las cuestiones culturales es tan fuerte!, la educación, de qué colegio viniste. Los que vienen de colegios católicos tienen prejuicios que a veces operan inconcientemente cuando hablamos de la trata y les pedimos a nuestros compañeros que no vayan de putas, creo que el hombre nuevo que propone este proyecto con nuestra política y nuestra búsqueda no lo hace.

Al menos hay un grupito mínimo de compañeros militantes y no militantes que entienden que no es irse de putas y “ay, que vivo que soy”, detrás de todo eso hay una cadena de horror y de sufrimiento y personas que están siendo víctimas. Uno va poniendo esa semillita pero a los compañeros les cuesta y a las mujeres también nos cuesta incluirlos.

APU: ¿Creés que al feminismo tiene una incapacidad para tender puentes con los varones?

RC: No sé si una incapacidad pero las mujeres venimos de una lucha muy dura, de mucho sufrimiento, de una historia de exclusión. Como mujer en general he vivido muchas situaciones violentas, ahora, como mujer en particular, puedo llevar adelante esa situación pero también entiendo que en el movimiento de mujeres, cuando tratamos de laburar con las mujeres de los barrios, de los sectores más postergados, les cuesta muchísimo contar una experiencia personal en presencia de hombres. Es un poco esa cosa de intimidad que tenemos que se nos hace mucho más fácil hablar y si hubiera hombres, a veces se hace difícil trabajarlas pero nosotros laburamos en barrios y los talleres de violencia los hacemos por separado y tratamos de hacer algunos mixtos, tratar de hacer mixtos los talleres de salud reproductiva porque son adolescentes. Son cosas que se pueden laburar también con los hombres, es muy difícil, es mucho más complicado pero se puede.