Bahía Blanca: controversia por la venta de tierras de la UNS
Por Diego Kenis I Aún no se ha establecido un debate maduro respecto del tema, al menos con algunos de los miembros que se expresaron en contrario de la operación y mayor publicidad dieron a su postura. La comparación de la difusión de su posición en torno a la venta de las parcelas, que hacen mayormente a través de Facebook, con las prácticas llevadas al paroxismo por Jorge Lanata enardece a los miembros de la lista estudiantil Generación UNS. Sin embargo, la página que inauguraron se llama “No a la venta de la UNS”, lo que si la lógica no ha cambiado sus reglas constituye una falacia.
El argumento para adjudicar al todo el verbo que afecta sólo a una parte es que la venta de los lotes en cuestión sería el primer paso de un maquiavélico plan que acabaría en el arancelamiento del ingreso, lo que los lleva a denunciar acuerdos espurios entre la gestión del rectorado y todo aquel que se permita la duda, o a tildar de liberales a personas que llevan una vida militando en sentido contrario a esa corriente económica.
Uno de los miembros de Generación se permitió en un espacio radial trazar un paralelo entre el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy y Roberto Cimatti, un trabajador no docente que milita en la lista Azul, que muchas veces se ha opuesto con fuerza a otras medidas del rectorado, y en la Confederación Socialista del diputado Jorge Rivas, que de liberal no tiene ni los anteojos y, en una entrevista publicada en Agencia Paco Urondo, al saber que yo era de Bahía Blanca le envió a Roberto cálidos saludos de compañero de luchas más serias que las que hoy pretenden presentar por tales un puñado de estudiantes a los que nunca les interesó desterrar el voto calificado que rige para su claustro.El monje hace al hábito, y la práctica del insulto y la descalificación es justamente la que cultiva Lanata. Ni las clásicas puteadas faltaron.
Con esa predisposición, no es raro que no tocaran algunos puntos ríspidos del debate profundo. Por ejemplo, que lo realmente liberal es medir un intercambio de activos solamente atendiendo al valor contable, como repetidamente hicieron los miembros más locuaces de Generación al subrayar la obviedad de que el plazo de amortización de un terreno es más amplio que el de un edificio como los que se pretenden construir con el resultante de la venta de lotes. Con ello, subyace la idea de continuar con el paradigma más liberal entre los liberales: la especulación.
Muy probablemente, Eudeba habría podido comprar buenos campos en la provincia de Buenos Aires si no hubiera destinado recursos a financiar a comienzos de los ’60 el más ambicioso proyecto editorial que se recuerde entre las universidades argentinas. Esos libros, específicos y de cultura general, hoy siguen dando vueltas en bibliotecas personales y públicas y mesas de saldos de las librerías. Los leyeron tres generaciones y con toda seguridad lo harán varias más, a pesar de que ya están amortizados hace medio siglo.
Ligado a ello, otro aspecto del traspaso de recursos estatales a manos privadas que los jóvenes defensores de lo público prefieren no advertir lo configura el negocio de copiado, que supone el alquiler de máquinas a empresarios del ramo mientras se sustancia la ecuación a partir del trabajo en negro de los alumnos pertenecientes a los grupos socialmente más vulnerables. Como el negocio se realiza a través de algunos los centros de estudiantes, varios de los cuales controla Generación, su señalamiento entra por un oído y sale por el otro. La selectividad a la hora de la denuncia es otro rasgo de Lanata.
El sábado pasado la línea fue cruzada ya por completo, arribándose a la última estación: la distorsión de la verdad más obvia. Tanto el muro de Facebook de Generación UNS como el de No a la venta de la UNS tergiversaron expresiones del Consejo Asesor de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la casa de estudios, integrado por entidades intermedias, cuerpos de gobierno como el Concejo Deliberante local y organismos de Derechos Humanos.
La historia comenzó el 30 de mayo, cuando un grupo de estudiantes remitió al Consejo Asesor de la citada cartera una nota por la que le solicitaban que sus miembros “se expidan respecto al Derecho de los Miembros de la Comunidad Universitaria a expresarse respecto a las decisiones trascendentales e irreversibles que afecten al futuro de la UNS, mediante mecanismos de Consulta Popular”. El foco estaba puesto en impedir el proyecto de intercambio de activos a partir de la venta de los lotes, como lo prueba la contemporánea presentación de un proyecto de plebiscitar el tema y el desinterés mostrado anteriormente por los firmantes en conocer la opinión de los organismos que forman parte del mencionado Consejo Asesor respecto de otras temáticas.
No se les ocurrió consultarlos, por ejemplo, acerca de la sanción de un retrógrado Código de Convivencia que sus votos habían aprobado sólo ocho días antes, el 22 de mayo, para establecer una nueva cortina de protección sobre la información que se encuentra celosamente resguardada de la opinión pública, como la referida a los miembros de la UNS que tuvieron vinculación con la dictadura.
El Consejo Asesor respondió al requerimiento de Generación el 12 de junio. Pero los destinatarios de la respuesta esperaron hasta el sábado previo al tratamiento del tema en la Asamblea Universitaria para difundirla. Tergiversándola, a través de Facebook. En ese tren, interpretaron que “la Subsecretaría de Derechos Humanos de la UNS apoya la propuesta del plebiscito”. Para poder leer eso, cortaron arbitrariamente el texto original en una coma que se volvió punto final antojadizo.
La respuesta del Consejo Asesor dice en realidad que el cuerpo “considera que la comunidad universitaria tiene derecho a expresarse en temas trascendentes para la UNS, pero que es la propia institución, a través de sus órganos de gobierno, quien debería establecer los mecanismos pertinentes, cuya definición excede el marco de la misión encomendada a esta Subsecretaría mediante la Resolución CSU- 002/12”, que vio luz verde con la abstención de Generación. Forzado y mutilado, el texto dijo al público de Facebook lo que los miembros de la agrupación estudiantil quisieron leer y reescribir.