"Se han silenciado muchas experencias de lucha y resistencia de los trabajadores argentinos"
AGENCIA PACO URONDO dialogó con Enrique Arrosagaray, que investigó la historia del movimiento obrero. En su último libro “Sindicalismo y Resistencia” se mete con la etapa que abarca las décadas de 1950 y 1960, marcada por la combativiad y la resistencia a diferentes dictaduras.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cuáles fueron los hitos más importantes de la resistencia peronista?
EA: No podría mencionar ni definir cuales fueron los hitos más importantes de la resistencia. Debido a que aún se desconocen hechos pertenecientes a la resistencia. Sin embargo entre los más importantes deben haber estado sin dudas colocar explosivos en torres de alta tensión o colocar explosivos en las vías del tren generando caos. Con los testimonios que yo trabajé de protagonistas de esa época nunca hablaron de asesinatos.
Si hablan de atentados a domicilios, un protagonista me contó cómo colocaron una bomba en el domicilio de unos hermanos radicales en el barrio de Barracas. No hubo más que daños materiales. Los radicales de aquella época eran muy duros contra el peronismo. Hubo un rol muy importante de las mujeres en la resistencia también. En las casas se preparaban explosivos, artefactos incendiarios que eran preparados en general por mujeres.
APU : ¿Qué fue el Plan Conintes?
EA: El Plan Conintes que se puso en práctica a fines de 1958 por Frondizi que implicaba poner en marcha a las fuerzas armadas en situaciones de conflicto interno. En una época en la cual llamarse peronista o comunista era un delito. Aunque el Partido Comunista hizo propaganda política para el gobierno de Arturo Frondizi.
El Plan Conintes tenía la facultad de dictar el Estado de Sitio cuando se le ocurriera. Duró hasta el año 1961 y eso fue básicamente ese plan que tenía como objetivo poner un límite a la resistencia. Después lo reemplazo una ley llamada Antiterrorista, que fue una medida para mejorar las medidas represivas que el Estado ya estaba tomando. El centro fue puesto contra cualquier conflicto obrero.
El gobierno actual de Milei está intentando armar un nuevo Plan Conintes con estas normativas de darle facultades extraordinarias a la policía y con el sueño siempre presente de meter al ejército a caminar nuestros barrios.
APU: ¿Qué rol cumplió Augusto Timoteo Vandor para el movimiento obrero de aquella época?
EA: Hay poco material bibliográfico sobre Vandor. Debería haber más porque fue el hombre que tuvo un gran protagonismo en toda la década del 60 en el sindicalismo argentino. Me parece que no se han animado porque era del gremio metalúrgico.
Vandor era trabajador en la empresa Philips, pegado a la divisoria entre Capital y Zona Norte. Antes de ser obrero fue un hombre de la marina. Mi mirada personal es que tal vez fue dado de baja pero en realidad siguió como agente de inteligencia de la marina. No está corroborada mi teoría desde ya. Desde joven se interesó por los temas sindicales y conoció a su esposa allí. En mi libro Sindicalismo y Resistencia hay mucho material al respecto. Durante algunos años fue un dirigente muy reconocido, En las tomas de fábrica de 1964 él tuvo mucho que ver. En esa etapa se desempeñó como un gran elemento para horadar el gobierno de Arturo Illia para traer de retorno a Juan Domingo Perón.
También debemos ubicar sus inicios sindicales con las huelgas de 1956, la huelga metalúrgica de ese año. Nunca fue Secretario General de la CGT sin embargo la manejaba a través de hombres suyos. Sin embargo cuando comienzan sus pretensiones de dirigir al peronismo comienzan los problemas. En las elecciones del 64 en Cuyo, Mendoza viene Isabel Perón y la enfrenta. Después en 1966 cuando asume la dictadura de Ongania, Vandor está en la primera fila de los que asisten. A fines de 1966 se da el episodio de la confitería “La Real” que todavía hoy no se sabe de culpables. El expediente se cerró en Bahía Blanca sin ninguna condena.
En marzo de 1968 la CGT se divide en un Congreso y nace la CGT de los argentinos con Raimundo Ongaro a la cabeza. Comienza a surgir un movimiento obrero con una organización más de base. Como la huelga petrolera de 1968 o la fabril financiera en Barracas. Huelgas muy importantes como también la de los ingenios azucareros. La dictadura asesina a Hilda Guerrero, esposa de un obrero. Un movimiento obrero de perfil clasista fue crecieno y eso fue jaqueando a Vandor hasta que un comando lo mata en su propio despacho de la UOM.
APU: ¿Cómo surge la CGT de los Argentinos?
EA: Surge como una alternativa a un modelo sindical que estaba en crisis en marzo de 1968.Los delegados de Vnador olfatean que pueden perder la votación de la asamblea y deciden irse. Sin embargo se habían quedado unos cuantos gremios y se determinó que había quorum para continuar y se decidió nombrar una nueva dirección que tomara el nombre de CGT de los argentinos. Raimundo Ongaro era el Secretario General de los graficos.Era un gremio claramente opositor a la dictadura de Ongania.
La CGT de los argentinos tenía amplias libertades, sacó una publicación que se llamaba CGT y que Ongaro se la confió a Rodolfo Walsh a quien había conocido en Puerta de Hierro dos o tres meses antes. Ambos habían sido presentados por Perón. Fue una publicación con muchos miles de ejemplares de tirada pero fue siendo jaqueada por la dictadura como también la propia CGT de los argentinos. Fue perdiendo fuerza la central sindical porque algunos de los gremios que la integraban empezaron a negociar con la dictadura en vez de combatirla. Fue una experiencia muy importante para la historia del movimiento obrero sin embargo quedo trunca relativamente pronto.
APU: ¿Cuál es el legado que deja la resistencia de esa época?
EA: Para entender el legado basta con tomar los diarios de esa época y mirar con detenimiento. El nivel de organización y combatividad que se daba en ese momento. Tuve la oportunidad con protagonistas de esa etapa no solo de la Capital Federal sino también del interior del país y me contaron las experiencias de aquel momento. Las prácticas de tomar rehenes, organizar guardias obreras para cuidar la toma de rehenes. Las experiencias de aquel momento se proyectaron en un aprendizaje para las luchas que vendrían después.
La estrategia actual es un dilema después de años de dictadura, años de gobiernos radicales, liberales. Hay un periodo en los 90 de un peronismo absolutamente traidor. Durante el proceso político de Néstor y Cristina mejoró bastante la calidad pero enmarcado en posturas de pacificidad y legalidad tendientes a dejar que los temas sindicales sean resueltos por el poder ejecutivo y que no sean deliberados ni ejecutados por los mismos trabajadores. Nos han taladrado bastante la cabeza silenciando las experiencias de resistencia de los 50, 60 y 70 para hacernos lo suficientemente tranquilos y civilizados.
Yo creo que el liberalismo se ha metido demasiado en la cabeza de muchos trabajadores. Aquellos sectores que sí quieren combatir y luchar por sus conquistas históricas deben hacerlo con mucha paciencia. Pero la idea es buscar una manera en la cual los mismos trabajadores sean los protagonistas. Los delegados, las comisiones internas. No hay milagros ni hombres milagrosos. La opción más cierta es trabajar mucho desde abajo. Mucho y con toda la paciencia del mundo para que surjan luchas desde el pie.