Apuntes para el debate sobre "la temida invasión de chanchos chinos”

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Apuntes para el debate sobre "la temida invasión de chanchos chinos”

01 Agosto 2020

Por Aldo Duzdevich*

La tarea de gobierno consiste en administrar un permanente equilibrio entre demandas ilimitadas contra recursos limitados. Todos tenemos algún tipo de demanda propia o ajena por la cual reclamar al gobernante. Y muchos suponen que el gobierno tiene una bolsa de recursos casi ilimitada con la cual darnos respuesta. Voy a dar un solo ejemplo; este año el 62% del total del presupuesto nacional, unos 50 mil millones de dólares, se destinarán a pagar muy magras jubilaciones. Solo el 40% de los recursos son propios del sistema, el resto se obtiene por otros impuestos. Aclaro que el impuesto a los ricos que estamos por sancionar va a recaudar con suerte 3 mil millones de dólares.

Ahora sumemos al gasto normal del estado, los costos no previstos de la pandemia. El IFE, los ATP, los créditos a tasa cero, los gastos en salud. El IFE solo, cuesta 1500 millones de dólares mensuales.

¿Y de donde sale este dinero? Los recursos en pesos salen de los impuestos y otras contribuciones. Pero además el país necesita dólares, para pagar las importaciones. La mayoría de ellas insumos para la industria, maquinarias y por supuesto cientos de miles de productos terminados.

Entonces antes de empezar estas discusiones con los promotores del “No a los chanchos”, deberíamos exigirle que digan que otra idea genial tienen para obtener recursos genuinos para que el estado pueda atender sus ilimitadas demandas en pesos y dólares. 

Veganos contra omnívoros

El otro día mi nieta de cinco dijo: “Nosotros somos omnívoros”. Que gran revelación, yo creía que por esto tan gaucho de los asados, me correspondía ser carnívoro, nombre casi cercano a lo caníbal. Omnivaro me encantó; suena políticamente correcto. Pero bueno, digamos que el 95 % de los argentinos (mientras podemos) somos omnívoros. Aunque con Macri bajó el consumo de carne y subió el del mate cocido, pan y fideos, y no fue por onda vegana, justamente.

Entonces esta es la primera discusión a despejar. Si el planteo que se hace por change.org. es en contra de criar animales para el consumo de los omnívoros, se trata de un debate filosófico o ético muchísimo más amplio. No importa ya, si los chanchos son chinos o de los pueblos originarios.

Así que despejemos la cancha y centremos la discusión. Partimos de la base que, hasta hoy, la ley, y las costumbres argentinas y chinas permiten criar y faenar animales para consumo humano.

Del viejo chacarero al productor agropecuario

Muchos de nuestros abuelos de inmigración europea, trajeron su cultura al campo. Pusieron frutales, amplios parrales, gallineros, chiqueros para cerdos y hasta palomares. Carneaban, hacían factura casera, comían huevos frescos y ordeñaban una o dos vacas.  Pero, un día sus hijos quisieron estudiar o trabajar, y se fueron al pueblo y de a poco los viejos también fueron tras ellos. Tal vez, algún hijo decidió hacerse cargo del campo. Pero ese joven ya no es aquel viejo chacarero, ahora es un productor agropecuario, que analiza costos y beneficios y decide, por ejemplo, que sembrar soja y maíz es más rentable que criar vacas o cerdos. Luego llegaron los pools de siembra y los feedlot como un paso más hacia la gran empresa agraria. Y muchos directamente alquilaron sus campos y se mudaron a las grandes capitales para desde allí votar a su Larreta preferido.

La agro-industria

Los peronistas nos hemos pasado la vida explicando y proponiendo que en lugar de la vaca en pie había que exportar carne elaborada. Y que en lugar de trigo tenemos que vender al mundo fideos, galletitas y comidas congeladas. 

Somos un país donde nuestra principal ventaja comparativa es la extensión y fertilidad de nuestro suelo. Pero, ser meros exportadores de materias primas nos mantuvo siempre en desventaja frente a los países industriales, por eso que se llama “detrimento de los términos de intercambio”. Le vendíamos carne y cueros a los ingleses y ellos nos vendían calzados y maquinarias. 

Los problemas de China

China es hoy la primer potencia industrial en expansión mundial. Y el trato con ellos tampoco es demasiado diferente. Cambiamos soja por celulares y computadoras (entre otras).

Los chinos no son amantes de las milanesas de soja. La soja la usan para alimentar cerdos y pollos. En 2018 China sufrió una epidemia de peste porcina que los obligó a sacrificar una enorme cantidad de vientres. Aclaremos que se trata de una enfermedad que afecta solo a los animales. Aquí durante años hemos tenido brotes de fiebre aftosa que no representa ningún peligro para el ser humano.

Uno no le desea el mal a nadie; pero esa crisis de producción porcina en China, aparece como una gran oportunidad para otros países. Obvio el primero en aprovecharla fue Trump, y en 2019, EEUU aumento en 684% sus exportaciones de carne porcina a China. Porque Trump será anti-chino pero no zonzo. Los zonzos son todos nuestros que compran cualquier discurso.

Cristina y el viagra de los gorditos

Durante su gobierno Cristina Fernández dio gran impulso a la producción agro-industrial porcina.

Su intervención más festejada fue el 28 de enero del 2010 en Casa Rosada al anunciar un subsidio a la producción porcina, allí dijo entre risas: "Acá me acaban de agregar un dato que yo desconocía…. y es que la ingesta de cerdo mejora la actividad sexual. No es un dato menor, además yo estimo que es mucho más gratificante comerse un cerdito a la parrilla que tomar viagra".

El 27 de junio del 2012, en Juan Llerena San Luis, Cristina inauguró el criadero de cerdos modelo Yanquetruz,  en el cual  ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas) invirtió 18 millones de dólares. Allí dijo la presidenta: “Hoy todavía estamos teniendo que importar carne de cerdo. Este emprendimiento es un paso más para que no tengamos que depender externamente. Y tenemos que pensar no sólo en sustituir importaciones, sino también pensar en exportar.”

Cristina que siempre se interesó por los detalles ejemplificó que: una tonelada de alimento compuesto por soja y maíz cotiza alrededor de 1.000 pesos. Con tres toneladas de ese alimento se obtiene una de carne de cerdo, que tiene un valor de 8.000 pesos la tonelada. Además, procesado en frigorífico, al elaborar pulpa de jamón ese monto se eleva a 21.000 pesos y, asimismo, la tonelada de jamón crudo puede cotizarse en más de 40.000 pesos (en pesos 2012).

Tecnología de punta en San Luis

Yanquetruz es un criadero modelo de cerdos de 5000 madres. El sistema consiste en la disposición de una gran sala de maternidad donde se hace la cría y una vez transcurridos los 30 días de vida, el lechón se traslada a otra nave donde permanece hasta lograr el peso buscado. En esa sala, no existe contacto con el exterior: el aire es filtrado, atemperado y purificado; los alimentos son productos de calidad y el espacio responde a las estrictas normas de ‘bienestar animal’, lo que contribuye a lograr el mayor nivel de genética del animal.

El criadero posee un sistema cloacal subterráneo, que termina en cuatro bio-digestores que producen biogás. El mismo es utilizado como combustible en los motores que generan electricidad y calor produciendo energía eléctrica que autoabastecen el establecimiento y entregan el excedente al Sistema Integrado Nacional.  Además, los bio-fertilizantes que se desarrollan durante el proceso (aguas ricas en nitrógeno, fósforo y potasio) son distribuidos en los campos cercanos. El establecimiento ocupa 80 personas en forma directa y cuatro veces más en forma indirecta.

Incrementar en un 50% la producción

Aclaremos que existen varias plantas de este nivel en otras provincias, por lo tanto la tecnología es conocida y probada. No hay que experimentar nada. En 2017, Argentina presentó toda la documentación respectiva ante la Organización Mundial de Sanidad Animal para que el país pueda ser declarado oficialmente libre de Peste Porcina Clásica (PPC), que se viene trabajando hace muchos años.

Para aumentar la producción, hacen falta varios millones de dólares de inversión y un comprador del producto que hoy sería la República China. Actualmente hay 400 mil chanchas madres en producción. La propuesta china sería incorporar 15000 madres por etapa, (serían tres Yanquetruz). Hasta llegar a las 60 mil madres.

Es importante también destacar que el INTA creó un modelo tecnológico de confinamiento de cerdos de bajo costo para pequeños establecimientos. Su instalación cuesta una tercera parte respecto de uno mediana o altamente tecnificado y supera la productividad obtenida en los sistemas tradicionales a campo. Con el cual los pequeños y medianos productores también podrían participar del negocio.

Finalmente digamos que exportar cerdos a China será agregar una nueva fuente de ingreso de divisas y de generación de empleo para varios miles de argentinos.

Yo entiendo que, desde su refugio palermitano, la ex-militante PCR, Beatriz Sarlo, manifieste su desconfianza con todo lo que tenga olor a chancho. Pero Beatriz, considerá que no todos pueden vivir de las letras y las becas de investigación. Hay millones de argentinos y argentinas que necesitan apenas un trabajo digno, aunque sea darle de comer a los chanchos pro-chinos. 

*Autor de “Salvados por Francisco” y “La Lealtad-Los montoneros que se quedaron con Perón”