"Nunca hubo en la historia de la enfermería del país despidos con esta magnitud"

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"Nunca hubo en la historia de la enfermería del país despidos con esta magnitud"

26 Agosto 2019

Por Estefanía Cendón 

La profesora de la carrera de Enfermería de la Universidad Nacional de Lanús (UNLA), Silvia Cárcamo, conversó con Agencia Paco Urondo sobre los principales ejes que abordaron en el Conversatorio sobre Enfermería realizado en la UNLA, las condiciones laborales que atraviesan los profesionales de enfermería y los desafíos latentes para alcanzar un sistema de Salud integrado a nivel nacional. 

AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo se gestó la convocatoria para el Conversatorio realizado en la UNLA el 23 de Agosto? 

Silvia Cárcamo: Hubo acontecimientos que potenciaron este encuentro. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tomó la decisión política de generar una carrera para los profesionales de Salud que dejaba excluidos a los Licenciados en Enfermería. Parecía un fenómeno local pero, cuando los enfermeros y las enfermeras de la Ciudad de Buenos Aires empezaron a levantar la voz y movilizarse, se transformó en un fenómeno nacional con repercusiones internacionales. En todo el país se manifestaron respondiendo a esta agresión. 

Desde lo particular el grupo de Enfermería Federal, quien organizó el Conversatorio del 23 de Agosto, viene trabajando con mucha militancia y compromiso dentro del Frente Ciudadano por la Salud. Este evento posibilitó la fusión de distintos grupos entre los que se debate la formación y la problemática laboral de enfermería. En los encuentros de los equipos técnicos de Salud también se incluyó Enfermería. En este contexto se gestó el Conversatorio en la UNLA. El objetivo siempre es lograr mayor calidad en el cuidado: nuestro lema es “por la salud del pueblo”. 

APU: ¿Cuáles son los principales ejes de debate que se trabajaron en el encuentro? 

SC: Los ejes de discusión abordan problemáticas en relación a la educación, la formación y aquellas que están asociadas a las condiciones laborales y la reglamentación del ejercicio de la profesión. También trabajamos sobre las diversas realidades a nivel nacional: existen peores condiciones laborales para quienes trabajan en lugares más alejados de los centros urbanos, en especial la Ciudad de Buenos Aires. Condiciones que deben desaparecer en un país federal y con mucha necesidad de recursos humanos en Salud. Es necesario crear el contexto para que la calidad de los cuidados que se brindan sea la máxima en el Norte, centro y Sur del país. 

APU: ¿Qué diagnóstico puede realizar de la Salud Pública en la provincia de Buenos Aires? 

SC: Quienes trabajan en el Sistema de Salud de Buenos Aires denuncian constantemente la falta de recursos materiales y la disminución del personal. En muchos casos hasta se prescinde del trabajo de los enfermeros y hay dificultad de acceso a los medicamentos. Es un contexto que se intenta disimular mostrando obras de infraestructura, como guardias nuevas en los hospitales, para dar la impresión de que se atiende mejor. 
Quienes trabajamos en el área sabemos que mejores edificios no son necesariamente mejor calidad en la atención que se brinda. Además de buenos espacios físicos se debe contar con la adecuada cantidad y calidad de medicamentos, recursos materiales y capital humano para afrontar la tarea. La buena decoración no alcanza para lograr calidad en los cuidados. 

APU: ¿Cómo enfrentan, desde la comunidad de profesionales de la salud, los numerosos despidos en ésta área durante la gestión actual? 

SC: Es la primera vez, en la historia de la enfermería, que se habla de despidos con esta magnitud, con este grado de desprecio a la importancia de esta profesión en los servicios hospitalarios y en el trabajo comunitario, el que garantiza que la gente llegue en menor medida al hospital. El carácter inédito hace que también se vuelva crítico porque desalienta el interés por la profesión: hay personas con título de enfermería que no consiguen trabajo.

Algunos fueron echados, como es el caso del Hospital Posadas en un número importantísimo, y son personas grandes que ya no puede competir en el mercado laboral con personas de menor edad, más allá de que los últimos tengan menos experiencia. Este gobierno alimenta la precarización laboral: se paga menos, no se establece planta permanente, se contrata, no se garantiza la estabilidad laboral. Ante tanta demanda de trabajo, cada puesto de trabajo que se ocupa implica que se condicione al trabajador. Hay muchas instituciones que han quebrado y cerraron sus puertas. 

APU: ¿La enfermería debería ser declarada una actividad insalubre? 

SC: No podemos decir que no se considera insalubre. Existe una gran discusión acerca de cómo se deberían denominar las condiciones laborales que no favorecen el desempeño de forma que se garantice la seguridad de las personas. Hay riesgos en las tareas de enfermería que están siendo considerados, parcialmente, en algunas leyes. 

Por ejemplo el horario nocturno, trabajar en determinados espacios, como los cuidado intensivos, o trabajar con quemados. Lo cierto es que no siempre estas normativas se cumplen, inclusive es diferente el cumplimiento en determinadas instituciones o jurisdicciones públicas respecto de otras. No existen criterios uniformes en un país amplio y complejo como es la Argentina. 

APU: ¿Podría enumerar las características o riesgos a los que se expone quien ejerce la enfermería? 

SC: La enfermería es un trabajo realmente crítico. Esto se debe no sólo al temor que se le tiene a manipular determinados productos, o tratar directamente con las heridas o la sangre. Existen cuestiones particulares como, por ejemplo, aquellos que trabajan con tratamientos oncológicos y requieren de protección especial. Hay quienes trabajan con pacientes infecciosos que, además de la protección, necesitan de condiciones especiales para no padecer las enfermedades que atienden. Muchas enfermeras y enfermeros no sólo se enferman de lo mismo que padecen sus pacientes, hasta pueden morir como ha sucedido con la Gripe A. 

Las cuestiones de salubridad no necesariamente tienen que ver con las condiciones físicas, también se relacionan con lo social: trabajar en ambientes donde puede verse afectada su salud mental. Por ejemplo, quienes trabajan con quemados deberían tener condiciones laborales especiales, con restricción de horarios. Esto se debe a que son lugares que generan mucha agresión psíquica a quienes cuidan a esos pacientes. 

APU: ¿Cómo es el impacto de estas condiciones laborales al momento de desarrollar la carrera? 

SC: Las condiciones laborales no son las ideales, un factor determinante es que los horarios no tienen límites porque hay mucha actividad que se realiza de noche. Trabajar de noche implica ir a contrapelo de la vida familiar, los hijos, la vida escolar y los descansos del resto de la familia. Muchos enfermeros y enfermeras trabajan los feriados y fines de semana. Inclusive, hay organizaciones que promueven el trabajo diferenciado del personal entre los feriados o los fines de semana y aquellos que trabajan de noche. 

A veces se mejoran esas condiciones y se establece noche por medio pero, en general, lo que se hace es trabajar más. Otra de las constantes es que los sueldos de enfermería no son buenos. En los países desarrollados, en donde con mejores condiciones terminan sufriendo los mismos déficits, la enfermería empieza a ser una profesión no elegida por mucha gente. Quienes trabajan dentro de la disciplina optan por otras actividades afines. Actividades que requieren menor formación y exigencia a nivel laboral, pero representan mejores condiciones laborales y un sueldo más elevado. A pesar de este diagnóstico, en nuestro país muchas mujeres y hombres deciden estudiar esta carrera.  

APU: ¿Cuáles son los desafíos a futuro para mejorar esas condiciones laborales? 

SC: Buscamos generar una normativa para todo el país, condiciones que sean nacionales para todos los trabajadores de enfermería. Queremos uniformar el reconocimiento de esas peores condiciones de trabajo que habilitarían a trabajar menos horas, con un sueldo que compense el esfuerzo aún con menos horas de trabajo. Deseamos que la elección de la profesión sea algo que se busque y no se abandone nunca, como ocurre en los países desarrollados. Hay que universalizar en todo el país las mejores condiciones que se alcancen a nivel de las distintas localidades. 

APU: ¿Qué se requiere para conformar en nuestro país un “sistema integrado de salud”? 

SC: Es necesario que haya una política de salud que tenga un alto respaldo de la población con una integración de todos los sectores, de modo que nadie se vea afectado en sus intereses. En contextos de crisis es cuando se vuelve más propicio llegar a un acuerdo. Hoy pierden hasta los sectores privados, quienes habitualmente ganaban lucrando con la salud. Inclusive, desde el sector farmacéutico comienzan a cerrarle a los pacientes el acceso a los medicamentos porque las obras sociales no pagan.

Es evidente la dificultad de la población para acceder a la salud. Mediante un sistema nacional integrado puede verse beneficiada la población y también todos los actores que intervienen para llevar adelante el cuidado de la salud. Esto no será fácil de resolver, pero es posible. En general se logra en los gobiernos nacionales y populares, porque el interés en la salud y la población se coloca por encima de los intereses de las corporaciones que buscan el lucro económico.