¡Turbinas de aviones criollas!, por Jorge A. Tribó
En efecto, el Sr. Carlos Labala ha inventado una turbina de aviación realmente revolucionaria en su concepto.
El proyecto lo comenzó hace 15 años para los reactores nucleares que precisan turbinas. Pero luego empezó a desarrollar turbinas probadas con avionetas
Actualmente desarrolló una turbina para aviones con un valor económico de 250.000 dólares (un 25% del valor de las europeas y americanas y funciona con querosén.
Varias empresas americanas ya intentaron patentarla pero se niega ya que es Argentina.
Espero que le hagan llegar esta nota a la Fábrica Argentina de Aviones (FADEA), máxime si tenemos en cuenta que la FAA tuvo intervención en el mejoramiento del proyecto.
Ya es hora de desarrollar un proyecto aeronáutico totalmente argentino producido en serie (y las condiciones estarían dadas)
Esta turbina se perfeccionó en los laboratorios del Centro Atómico Bariloche (CAB), de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) por el equipo del Ing. Pablo Florido.
Hoy está funcionando esta turbina compacta y de gran potencia en el Proyecto SIGMA de enriquecimiento de Uranio moviendo gases de uranio.
Puede usarse en otras aplicaciones no aeronáuticas (generadores de electricidad de emergencia o para zonas rurales, por ejemplo) pero como turbina de aviación tiene características espectaculares.
El modelo GFL 2000 (compacto, liviano, resistente) ha sido homologado por la FAA y algunos de sus números son peso: 55 kg; potencia: 230 hp; vida útil estimada: 5000 horas.
Es decir, con una potencia similar a la de un motor común de avioneta, pesa cinco veces menos, ocupa un cuarto de su volumen, usa un combustible tres veces más barato, y dura mucho más.
El origen de estos datos asombrosos está en la sencillez y robustez del diseño.
Está hecha de treinta y tres piezas, casi todas simples, contra los centenares de elementos que tiene cualquier motor tipo pistón o turbina.
Hay más datos impactantes.
Probada en un avión Cessna 182 se observa lo siguiente: Encendido inmediato a toque de un botón , sin necesidad de darle pala a la hélice o esperar la entrada en régimen de la turbina.
Se le da plena potencia con los frenos clavados. No hay ruidos o vibraciones en la cabina. Levanta vuelo en 50 metros en terreno barroso contra 400 metros de carreteo del mismo avión con motor tradicional, trepada a 45° frente a las tradicionales pendientes de 12°. Si pensamos que en el mundo solo cuatro países fabrican turbinas de aviación.
Hoy se están exportando a México y EUA, fabricadas en forma artesanal, a precios del 20% de las tradicionales turbinas.
La potencialidad es enorme, y existe la posibilidad de desarrollar turbinas de mayor potencia y tamaño, pensando en los aviones de gran porte.
