Otro editorial de La Nación: antichavismo (casi) ilustrado

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Otro editorial de La Nación: antichavismo (casi) ilustrado

13 Julio 2016

Por Juan Manuel Ciucci

Alguna vez escuché a Daniel Santoro, el artista plástico que mejor ha interpretado al peronismo, decir que el pensamiento del movimiento nacional y popular había evolucionado con el tiempo, en sus más de 70 años de historia. Y que en cambio el pensamiento de los gorilas (no recuerdo si los llamaba así, aunque me parece lo más indicado) no, que había quedado petrificado en ese asombro oprobioso ante las masas del ´45.

En el día de hoy La Nación publica un editorial tan reaccionario que puede mover a risa, si no fuera porque han retomado el control del Estado y están operando en América contra los gobiernos populares que resisten la avanzada neoliberal. Por lo tanto al humor lo dejamos para otra oportunidad (que sea la del retorno).
El miedo a Cuba no se lo van a sacar nunca más, ni aun cuando el imperio yanqui haya logrado abrir una embajada en La Habana. Sigue siendo ese otro amenazante, el camino hacia el infierno. “Es momento de recordar que a lo largo de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner la Argentina había comenzado a transitar un camino opaco que conducía a ser como Cuba o Venezuela. Fue hecho con disimulo, para no generar resistencias en aquellos que comprendíamos que ésa es la vía que irremediablemente lleva a la pérdida de las libertades civiles y políticas más importantes”.

La terminología nos recuerda a la empleada por la última dictadura cívico militar, de la que la “tribuna de doctrina” fue una gran beneficiada en sintonía con su complicidad: “la ideología que impulsó Hugo Chávez en Venezuela a partir de 1998 y que contagió visiblemente a Bolivia, Ecuador y Nicaragua e infectó a algunos otros países de nuestra región”. Es el virus, que deben erradicar.

Sumado a esto, retoman la idea de un plan siniestro, oculto a las mayorías. Antes dijeron “fue hecho con disimulo, para no generar resistencias”, y luego dirán “cabe entonces imaginarse qué hubiera pasado en nuestro país si la artera deriva en dirección a Venezuela hubiera tenido éxito”.

Luego imaginan un país en el que hubiera triunfado ese camino hacia el chavismo, con vergonzantes comparaciones con la difícil actualidad que sufre la hermana nación bolivariana. Pero antes, festejan al macrismo: “El sabio cambio de rumbo político votado por nuestra ciudadanía en noviembre pasado evitó que el tránsito hacia el autoritarismo se consumara. Por eso, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, dijo lo correcto cuando recientemente señaló que ´la Argentina pudo evitar ser Venezuela´". Es de esta frase que sacan el título del editorial, como buenos citadores.

Esa patria chavista se parece más a la Argentina de Macri que a Venezuela: “habríamos sido testigos de la desarticulación de las instituciones de la democracia. Tendríamos un Poder Judicial completamente sumiso al Poder Ejecutivo”. Por ahora es un pacto entre pares, parece. “El desempleo habría crecido ferozmente y la inflación sería la más alta del mundo”, apunta La Nación, y en eso Macri se esfuerza por no ser menos.

“En materia de política exterior, estaríamos alineados detrás de Cuba y nuestro país tendría en sus servicios secretos y de seguridad una invasión de presuntos especialistas cubanos”. Parecen más tranquilos cuando los “especialistas” son yaquis, claro. Y apuestan a un final apoteótico: “Tendríamos, entonces, un país bien distinto, no democrático. Felizmente, la fachada democrática del chavismo se ha derrumbado. Y gracias a Dios, pese a que estuvimos cerca de transformarnos en un país como el edificado por Chávez y Maduro, eso no sucedió”.

Es tan sólo un claro ataque a uno de los movimientos populares más importantes de la historia americana, que devolvió a Venezuela a los primeros planos de la política internacional al enfrentar al imperialismo yanqui, a la par que impulsó la redistribución de la riqueza y la ampliación de los derechos de su ciudadanía. Y que desde hace años sufre la embestida de la derecha continental, que no le perdona haber osado desafiarla.

Es tiempo de defender al Pueblo venezolano, de denunciar estas maniobras internacionales, de las cuales desgraciadamente hoy la Argentina es parte activa. Es esa otra derrota que sentimos con profundo dolor, y de la cual debemos sacar una enseñanza. En especial, de los errores que hemos cometido y nos llevaron a este difícil presente.