"Lucha sí y risa también"

  • Imagen

"Lucha sí y risa también"

23 Noviembre 2015

Por Esteban Rodríguez Alzueta 

Se avance y retrocede. Los procesos no son lineales. Ahora nos tocará retroceder. Ganó Macri, pero perdió también el kirchnerismo. Habrá que pensar por qué ganó Macri y por qué perdió el kirchnerismo. Habrá tiempo para ello. Solo espero que esta vez el debate tenga una escena pública sin tanta obediencia debida. Habrá desbande y reposicionamientos, sobre todo al interior del PJ. Se sabe, como me dijo alguna vez Gonzalo Chaves: en el peronismo el que pierde es un traidor. Más allá de ello, las últimas dos elecciones son la mejor prueba de que la política se juega no sólo en el terreno de las conciencias sino de los afectos y los hábitos. No basta tener razón para ganar una elección. El miedo al delito y la búsqueda de tranquilidad en los barrios populares, la alegría boba que banaliza, son afectos que no se pueden desdeñar. Tampoco el consumo con todos sus hábitos. El consumo no genera consciencia social sino más ganas de seguir consumiendo. Esta fue una de las contradicciones del modelo, por donde se siguieron colando las subjetividades que se montaron durante el neoliberalismo. Macri venció, pero no hay que darle el gusto que siga venciendo todos los días. Nos querrán tristes y dispersos. Se necesitará mucha alegría para remar los días que vengan. No hay que dramatizar la derrota. No soy de los que piensan que estamos pasando a la resistencia, al menos, no por ahora. Prefiero hablar de insistencia antes que de resistencia. Después de todo fue una elección muy pareja y, lo que es más importante, las últimas semanas demostraron, la recomposición de una trama social y organizacional que no teníamos en la década del ’90. Ese es un dato cualitativo, nuestro punto de apoyo. Los cambios de los pueblos son muy lentos. Que la biografía nuestra no sea la medida de las cosas, hay que leer los procesos con los tiempos largos de la historia. Cómo dijo un viejo anarquista frente a su pelotón de fusilamiento durante la guerra civil española, ante el desconcierto de sus verdugos: “¡VIVA EL PERDER!”. Y como dicen los vascos: Lucha sí y risa también!